Las contrarrevoluciones en el campo socialista marcaron un antes y un después en la historia de la humanidad, fueron un balón de oxígeno para el capitalismo central, un retroceso para los derechos fundamentales de millones de personas y significó un empeoramiento de la vida tanto en aquellas repúblicas, como en Occidente, donde la influencia comunista obligó a los gobiernos a construir el llamado “Estado del Bienestar” para apaciguar a la clase trabajadora, pero que actualmente está siendo desmantelado en beneficio de los oligarcas y por orden de la Unión Europea.
Cartel de la película, que se estrena estos días en el Estado Español |
Las nefastas consecuencias económicas y sociales han sido analizadas por muchos teóricos marxistas y por partidos comunistas, tales como el KKE o el PCPE, señalando que se ha redoblado la furibunda campaña anticomunista: ilegalización de la KSM, persecución al Partido Comunista de Polonia y al Partido Comunista de los Obreros Húngaros entre otros, los tres camaradas del PCPC y los JCPC encausados en Barcelona por su militancia comunista, la última petición de ministros exteriores europeos para perseguir legalmente a los que se opongan a las calumnias anticomunistas, la prohibición de símbolos comunistas en diferentes países europeos, la equiparación del nazismo con el comunismo, el revisionismo institucional ruso en el ‘caso Katyn’, reescribiendo la historia en libros de texto, etc. Todo ello promovido por la Unión Europea, con la complicidad del Partido de la Izquierda Europea, y todas aquellas organizaciones reformistas u oportunistas que niegan la vigencia del socialismo del siglo XX o tienen un silencio como respuesta.
Pero un aspecto que es poco denunciado es el cinematográfico, que tiene una importancia mayor de la que creemos, reproduciendo la propaganda anticomunista en películas como “Katyn”, de producción polaca, y que permanecen en las retinas y cerebros de miles de personas engañadas.
En estos primeros días del año se estrena un largometraje de producción americana, “Camino a la Libertad”, del famoso director Peter Weir (El Show de Truman, El Club de los Poetas Muertos, Master & Commander) ayudado por actores como Ed Harris o Colin Farrell, pura propaganda vendida incansablemente con las coletillas “inspirada en una historia real” o “basada en hechos reales”.
Dejando a un lado las barbaridades y calumnias vertidas contra la Unión Soviética, desmentidas ya por numerosos autores como Ludo Martens, yo me interesé desde el primer momento por esas coletillas: ¿Historia real, o invento para falsear y difamar?
En “Camino a la Libertad” nos narran como siete presos de un gulag escapan aprovechando una ventisca, iniciando una increíble caminata de casi 10.000 kilómetros, de Siberia pasando por las llanuras de Mongolia, el Desierto de Gobi, China, y el Himalaya, hasta la India, todo ello aderezado, como no, por grandes aventuras.
Toda persona inteligente habría de asaltarle muchas dudas de la veracidad de la historia… veamos si las sospechas se confirman: La película se basa en una novela “The Long Walk”, escrita por un tal Slawomir Rawicz, quien reivindicó que él mismo y 6 presos realizaron esta odisea. En una entrevista a Keith Clarke, guionista del film junto al mismo Peter Weir llega a declarar:
"Los registros indican que Rawicz era realmente un soldado polaco arrestado, torturado y condenado por los soviéticos", comenta Clarke. "Lo obligaron a marchar a un gulag de Siberia. Los registros también indican que no escapó, como afirma en el libro, sino que se le concedió una amnistía"
Ya tenemos la primera pieza del rompecabezas: no escapó, se le concedió una amnistía. Más adelante también desmiente que realizara la increíble caminata:
“El viaje de Rawicz no fue de Siberia a la India, sino que más bien se dirigió a Oriente Medio para unirse a las fuerzas polacas que se reagrupaban para aliarse con tropas británicas”
No tenemos una espectacular huída en medio de la ventisca siberiana, ahora tampoco tenemos el viaje a la India. ¡Veamos que más…!
"Creemos que Slavomir Rawicz (que falleció en Inglaterra en 2004) se topó con esa historia y otros testimonios de duros viajes a casa, más tarde, mientras se encontraba en Oriente Medio", sugiere Clarke. "Estamos convencidos de que se sintió sinceramente impulsado de todo corazón a desvelar al mundo los horrores del régimen de Stalin que él mismo había sufrido, así que creó un relato personalizado a partir de todos los demás que había reunido".
Así que tampoco fue un duro viaje a Oriente Medio, si no que la historia, creen, es de otros presos, y Rawicz inventó el relato. Pues es todo un detalle que reivindicara que fuera cierta y la protagonizara él mismo.
"Weir concuerda: 'Por los gulags pasaron 20 millones de personas. Esta es una historia ficticia sobre siete de ellos, inspirada en hechos reales'."
Así que hemos pasado de “inspirada en una historia real”, que es lo que señala el mismo cartel oficial de la película, a “historia ficticia inspirada en hechos reales”. Bien podrían decirlo todo: “historia ficticia inspirada en nuestra creencia de que el autor se topó con esa historia, creando un relato que reivindicaría como vivencia propia”
Por si fuera poco, en la Wikipedia inglesa se puede encontrar esta perla:
"Los registros soviéticos acerca de Rawicz confirman que era un soldado polaco encarcelado en la URSS, pero se diferencian de 'The Long Walk' en detalles sobre las razones de su detención y los lugares exactos de prisión. Fuentes del Ejército polaco muestran que la URSS dejó a Rawicz directamente en Irán en 1942, lo que contradice lo que cuenta en el libro”
Es decir, que tampoco hubo un viaje de Siberia a Oriente Medio (donde se “topó” con la historia) si no que la misma "demoníaca y abominable" URSS del "malvado" Stalin lo dejó directamente en Irán tras una amnistía. Y es que las mentiras tienen las patas muy cortas, no necesité mucho tiempo para encontrar estas declaraciones de los mismos guionistas.
En cualquier caso, a nadie le debería extrañar que utilicen mentiras, medias verdades, y manipulaciones para dar un mensaje político concreto: desprestigiar a la experiencia socialista del siglo XX y en concreto a la Unión Soviética.
Toda esta campaña anticomunista, en todas sus formas (como acabamos de ver, hasta en el cine) se da en un momento crítico para el capitalismo y fuerzas reaccionarias, se tambalea su sistema económico basado en la especulación y las fuerzas improductivas, redoblan esfuerzos para implantar las reformas antipopulares, privatizaciones, robos a la clase trabajadora. Tal y como dice la última declaración conjunta de partidos comunistas contra el anticomunismo, nos atacan no solo por estar en primera línea en defensa de los derechos del pueblo, sino también porque planteamos la única solución real al capitalismo y su crisis: el socialismo.
Los partidos comunistas deben responder con firmeza ante esta burda campaña de mentiras, difamaciones y manipulación, redoblando la batalla ideológica, solidarizándonos con aquellos que sean atacados, combatiendo las posiciones conciliadoras y revisionistas.
¡EL ANTICOMUNISMO NO PASARÁ!
Alejandro García,
Militante de los CJC
Militante de los CJC
"La historia se repite, aunque sobre bases nuevas. Lo mismo que antiguamente, en la época de la caída del feudalismo, la palabra jacobino provocaba en los aristócratas de todos los países horror y repugnancia, también hoy, en la época de la caída del capitalismo, la palabra bolchevique provoca horror y repugnancia en la burguesía de todos los países."
José Stalin, 7 de noviembre de 1927
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