L. Carmona (Resistencia)
PCE(r)
Febrero de 2004
Estado Español
¿Beneficia en los momentos actuales a la causa revolucionaria de la clase obrera esa posible secesión, incluso aunque esté encabezada por la burguesía? Nuestro Partido piensa que sí. En general, podemos decir que al proletariado revolucionario le beneficia todo aquello que contribuya a debilitar a nuestro enemigo principal: la oligarquía fascista e imperialista, y por tanto, debemos apoyarlo.
El que alguna burguesía periférica se vea empujada a la secesión como medio para lograr la independencia del Estado Español va a debilitar enormemente a la oligarquía española, facilitando, así, su derrocamiento; nuestro enemigo principal se vería obligado a combatir en varios frentes, contra el proletariado revolucionario y contra los pueblos de esas nacionalidades, a lo que se añadirían los "factores externos" derivados del contexto de rivalidad interimperialista y guerra que vivimos actualmente y que sólo puede recrudecerse.
Hay que tener en cuenta que el intento de secesión de una nacionalidad no quiere decir que ésta vaya a conseguirse por las buenas, tras unos cuantos rifi-rafes parlamentarios y unos cuantos "tira y afloja" judiciales; la oligarquía, desde luego, no va a dejar en ningún caso que troceen "su" mecado. De hecho, esto sólo significará agudizar al extremo todas las contradicciones y entrar en el terreno de la confrontación abierta para resolverlas. Y no vamos a ser tan ilusos como para pensar que la burguesía, por muy "nacionalista" que sea, vaya a ofrecer una gran resistencia; en el mejor de los casos, saldrá corriendo a su dorado exilio en cuanto aparezcan los primeros tanques... Eso cuando no dará marcha atrás vergonzosamente, como ha ocurrido en el pasado. Sólo de los trabajadores y otros sectores populares, encabezados por el proletariado, la clase más numerosa en todas las nacionalidades del Estado Español, puede esperarse un sostén consecuente del derecho a la independencia nacional que les asiste frente la violencia fascista e imperialista.
En consecuencia, este apoyo a la autodeterminación efectiva no cabe interpretarlo como un respaldo a los Arzalluz, Mas o Beiras; a éstos, como buenos burgueses, lo único que les mueve es cómo se hace el reparto del botín de la explotación a los trabajadores, y hay que seguir denunciándolos como tales porque, desde luego, la consecución de cualquier derecho democrático no va a venir de su mano. Todo lo contrario, de ellos sólo podemos esperar engaños, derrotismo y traiciones, y siempre la colaboración activa con el poder central para que el movimiento revolucionario no levante cabeza.
PCE(r)
Febrero de 2004
Estado Español
El que alguna burguesía periférica se vea empujada a la secesión como medio para lograr la independencia del Estado Español va a debilitar enormemente a la oligarquía española, facilitando, así, su derrocamiento; nuestro enemigo principal se vería obligado a combatir en varios frentes, contra el proletariado revolucionario y contra los pueblos de esas nacionalidades, a lo que se añadirían los "factores externos" derivados del contexto de rivalidad interimperialista y guerra que vivimos actualmente y que sólo puede recrudecerse.
Hay que tener en cuenta que el intento de secesión de una nacionalidad no quiere decir que ésta vaya a conseguirse por las buenas, tras unos cuantos rifi-rafes parlamentarios y unos cuantos "tira y afloja" judiciales; la oligarquía, desde luego, no va a dejar en ningún caso que troceen "su" mecado. De hecho, esto sólo significará agudizar al extremo todas las contradicciones y entrar en el terreno de la confrontación abierta para resolverlas. Y no vamos a ser tan ilusos como para pensar que la burguesía, por muy "nacionalista" que sea, vaya a ofrecer una gran resistencia; en el mejor de los casos, saldrá corriendo a su dorado exilio en cuanto aparezcan los primeros tanques... Eso cuando no dará marcha atrás vergonzosamente, como ha ocurrido en el pasado. Sólo de los trabajadores y otros sectores populares, encabezados por el proletariado, la clase más numerosa en todas las nacionalidades del Estado Español, puede esperarse un sostén consecuente del derecho a la independencia nacional que les asiste frente la violencia fascista e imperialista.
En consecuencia, este apoyo a la autodeterminación efectiva no cabe interpretarlo como un respaldo a los Arzalluz, Mas o Beiras; a éstos, como buenos burgueses, lo único que les mueve es cómo se hace el reparto del botín de la explotación a los trabajadores, y hay que seguir denunciándolos como tales porque, desde luego, la consecución de cualquier derecho democrático no va a venir de su mano. Todo lo contrario, de ellos sólo podemos esperar engaños, derrotismo y traiciones, y siempre la colaboración activa con el poder central para que el movimiento revolucionario no levante cabeza.
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