15 de junio de 2012

El blog asturiano Frayando Cadenes entrevista a Antonio Torres, secretario general de Andalucía Comunista



- En primer lugar, ¿Qué es ANDALUCÍA COMUNISTA y por qué su nacimiento?

ANDALUCÍA COMUNISTA es un partido comunista marxista-leninista andaluz. Desde nuestro punto de vista, un partido comunista en una nación oprimida como la andaluza ha de tener como primer objetivo, es decir, como objetivo estratégico fundamental para construir el socialismo y el comunismo, la lucha por la liberación nacional, por la autodeterminación y la soberanía nacional.

El por qué del nacimiento de ANDALUCÍA COMUNISTA se explica por la ausencia de un partido comunista que situase la lucha por la soberanía nacional andaluza en su lugar. O bien nos encontrábamos con partidos comunistas organizados a nivel estatal que o negaban la existencia del hecho nacional andaluz o lo minimizaban, o bien con partidos u organizaciones que situándose incluso en la izquierda revolucionaria defensora de los derechos nacionales de Andalucía tenían múltiples referencias ideológicas. Pero no sólo eso, ANDALUCÍA COMUNISTA nació con la vocación de ser un partido de cuadros comunistas que participan activamente en el movimiento obrero y popular, en sus diferentes expresiones organizativas construyendo en la medida de lo posible poder obrero y popular,  dándole un sentido dialéctico al centralismo democrático, mejorando formas y estilos de trabajo, haciendo mucho hincapié en la formación ideológica de cuadros comunistas, etc. En definitiva, queríamos superar muchos clichés y estereotipos que tienen apresados a muchos partidos comunistas y que se suelen traducir en la práctica en desviaciones derechistas o izquierdistas, según las circunstancias, e igualmente, intentar imprimir nuevas formas y estilos de trabajo serios y sistemáticos en el seno del movimiento obrero y popular andaluz y en el conjunto de la izquierda política soberanista andaluza.

- Como puede apreciarse, estáis organizando vuestro primer Congreso. ¿Qué esperáis de este congreso y con qué expectativas llegáis?
 
De nuestro próximo Congreso esperamos dar un pequeño salto en lo organizativo, somos modestos y no nos caracterizamos por vender humo a la clase obrera, pero ese salto por pequeño que sea será muy significativo y dará sus frutos más pronto que tarde consolidando y estructurando al partido. Hay que tener en cuenta que tenemos 2 años escasos de existencia como partido, por ahora no podemos aspirar a grandes saltos; por otro lado, en este Congreso lanzaremos definitivamente nuestro programa político, ahora mismo trabajamos en borradores que los diferentes órganos del partido van discutiendo en sus ámbitos a la vez que tratamos de recoger aportaciones y sugerencias de organizaciones y personas ajenas al partido. También discutiremos nuestra línea política centrada en las alianzas que estamos manteniendo con el objetivo de construir un bloque soberanista de izquierdas.

- Os encuadráis dentro del Movimiento de Liberación de Andalucía. Dicho movimiento, ¿consideráis qué es todavía embrionario o ya creéis que tiene bases y madurez suficiente?
 
No creemos que el MLNA esté en una fase embrionaria, al menos no en su conjunto. El MLNA entendido de una manera amplia está formado en algunos casos por organizaciones que cuentan con años de lucha y experiencia a sus espaldas en diferentes ámbitos, con una madurez política y organizativa nada desdeñable. Más bien, pensamos que el MLNA ha tenido un desarrollo muy desigual y descompensado que hace que sea percibido como débil o escasamente implantado. Por ejemplo, en el seno del MLNA se pueden encuadrar experiencias exitosas y maduras como las del SAT (Sindicato Andaluz de Trabajadores) o, en el terreno juvenil, Jaleo!!! o JIRA, sin embargo, en el terreno de la defensa de nuestra cultura y señas de identidad hay mucha dispersión, igualmente, también en otros ámbitos como en la defensa del medio ambiente, la solidaridad internacionalista, el movimiento vecinal, etc., hay un escaso desarrollo, habiendo también muchas diferencias según las localidades o comarcas. El reto de estructurar un amplio y sólido movimiento popular andaluz de liberación se antoja difícil pero a todas luces necesario para construir el poder obrero y popular soberano andaluz.
- ¿En qué tareas está involucrado vuestro Partido en estos momentos?
 
Bueno, las tareas fundamentales del partido se centran en la participación en las organizaciones del movimiento obrero y popular andaluz, trabajando por su consolidación y coordinación, superando visiones cortoplacistas y parciales. ANDALUCÍA COMUNISTA piensa que las organizaciones del movimiento obrero y popular andaluz han de ser el germen del nuevo poder soberano, es decir, del Estado socialista andaluz. Igualmente, no dejamos las tareas internas como es la organización de nuestro primer Congreso, antes mencionado, la extensión territorial, o nuestras Escuelas de Formación. Y como no, nuestro trabajo en la Mesa Andaluza de la Izquierda Soberanista (MAIS), junto a otros partidos y organizaciones, para consolidar un referente político unitario soberanista de izquierdas.

- ¿Cómo entendéis la cuestión nacional andaluza? ¿Cómo la entendéis en el resto del Estado Español?

Entendemos la cuestión nacional andaluza desde el materialismo dialéctico y el materialismo histórico, ¿qué quiere esto decir? Que desterramos toda visión idealista y fuera del desarrollo histórico y de la lucha de clases de la nación andaluza. La conformación de Andalucía como nación es fruto de un desarrollo histórico peculiar, ese mismo desarrollo es el que ha configurado a Andalucía como una nación oprimida, dependiente, subdesarrollada y expoliada, especialmente con el desarrollo del modo de producción capitalista en el Estado español y con el papel asignado a Andalucía en ese desarrollo, aunque también habría que remontarse al proceso de conquista de los reinos cristianos peninsulares, encabezados por Castilla, de Al Andalus. Como comunistas, nos encontramos con esa realidad que no podemos obviar, es decir, con la existencia de una nación oprimida en lo económico, político y cultural, con todo lo que ello comporta en su globalidad: un marco específico de lucha de clases. Por tanto, consideramos que la revolución socialista aquí y ahora implica la liberación nacional. Sin liberación nacional no puede haber revolución socialista. A la vez, consideramos que la nación andaluza no es una abstracción, existen diferentes clases sociales, en concreto, en Andalucía existe una clara mayoría social oprimida, lo que venimos denominando como pueblo trabajador andaluz, conformado fundamentalmente por la clase obrera y por otros sectores sociales trabajadores  oprimidos, con lo cual, en realidad, si nos dejamos de abstracciones, liberar a Andalucía significa liberar a esa mayoría social de la opresión y la explotación que sufre.

En cuanto al Estado español, como hemos explicado antes, la cuestión nacional surge principalmente con el desarrollo del capitalismo, aunque también cabría remontarse a momentos anteriores para una mejor y mayor comprensión. El desarrollo del capitalismo trajo consigo un reparto territorial del trabajo dando lugar a la acentuación de diferentes realidades sociales (nacionales), también dio lugar a la formación de burguesías nacionales y a una poderosa oligarquía española conformada por la alianza de la gran burguesía terrateniente andaluza y sectores o fracciones de las burguesías industriales y comerciales vasca y catalana, fundamentalmente.

- Está siendo noticia la represión que está sufriendo el sindicalismo de clase andaluz. ¿Tenéis algún referente sindical fijo?

Por supuesto, tenemos un referente sindical claro: el Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT), a pesar de sus carencias y limitaciones en diferentes aspectos, nosotros trabajamos y seguiremos trabajando en el SAT. Militantes del partido en su momento se implicaron en la Asamblea Constituyente del SAT en septiembre de 2007 y en la actualidad hay militantes del partido ejerciendo diferentes cargos de cierta relevancia en el SAT.
En cuanto a la represión de que es víctima el sindicalismo andaluz de clase representado por el SAT, pensamos que es una consecuencia lógica de, por un lado, un sindicalismo que no se vende y que entiende que la lucha es el único camino consecuente para defender los derechos de los trabajadores, y por otro, de la naturaleza esencialmente represiva y antidemocrática del Estado español nacido de la muerte de Franco y de la Constitución de 1978.

- Hablando de sindicalismo, algunas organizaciones comunistas consideran que todavía es importante trabajar desde la base de los sindicatos capitalistas para trasformarlos, siguiendo una máxima del camarada Lenin. ¿Creeis que en el Estado Español se acabó el tiempo de esa estrategia y se ha de optar por el sindicalismo combativo, de clase y nacional?

Creemos que en este sentido no existe tal máxima de Lenin tal y como decís, al menos como máxima de “obligado cumplimiento”. Explicar esto nos puede llevar bastante tiempo y espacio, pero para resumir habría que ver si podemos asimilar esos sindicatos reformistas de los que hablaba Lenin en la Europa occidental de la primera década del siglo XX con lo que hoy son en el Estado español CCOO y UGT, esa es la cuestión que muy pocos se paran a analizar prefiriendo esa “vagancia mental” propia de dogmáticos o de oportunistas, que nada tiene de leninista, de asimilar situaciones y circunstancias como si nada. En el momento en que un sindicato deja de ser de clase, combativo y no tiene en cuenta las diferentes realidades nacionales deja de ser una herramienta válida, es más, deja de tener sentido como organización para la defensa de los intereses de los trabajadores para convertirse en otra cosa, por ejemplo, en una institución del Estado. El sindicalismo tiene sus limitaciones, la primera de ellas es la de estar muy mediatizado por la lucha por intereses económicos inmediatos, somos conscientes de que no le podemos pedir a un sindicato, por muy sociopolítico que sea,  que ejerza de partido político revolucionario, pero una cosa es eso y otra muy diferente es ya no cumplir esos mínimos de defensa intransigente de los intereses de los trabajadores, como ocurre con CCOO y UGT.

- ¿Participáis en la lucha por la III República Española? ¿Consideráis que un proyecto español, del tipo que sea, puede tener garantías revolucionarias y que den a los pueblos su derecho a decidir?

No, no participamos en la lucha por la III República española, consideramos, con todos nuestros respetos por quienes luchan por esa III República española, que esa lucha por sí misma no es garantía de nada. Vamos a ver, como marxistas-leninistas tratamos de relacionar dialécticamente dos cuestiones: una, el derecho a la autodeterminación y soberanía de los pueblos oprimidos, y la otra, la unión libre y voluntaria de los pueblos, por tanto, de lo que se trata es de aplicar esos principios. No se trata tanto de un proyecto español como de algo mucho más importante y que transciende a ese proyecto, pensamos que si de verdad se aplican estos principios el proyecto español deja de tener sentido. Ocurre también que determinados partidos comunistas están obsesionados con el marco estatal español sin contemplar nada más, forzando la existencia sí o sí de un proyecto español. No negamos que existe un Estado español con todo lo que eso significa en lo político o jurídicamente, también  somos internacionalistas y estamos dispuestos a estrechar relaciones con partidos y organizaciones revolucionarias del Estado español, sean de ámbito estatal o nacionales, pero eso no quiere decir que estemos por un proyecto español, sino por la unidad libre y voluntaria de los pueblos, sean del Estado español o no.

- En una entrevista que realizamos al blog "Universo Andalucista" hace ya un tiempo, nos apuntaban una realidad del soberanismo andaluz de izquierda, el problema de la multitud de siglas. ¿Compartís que hay una gran "sopa de letras" en el soberanismo andaluz? En ese caso, desde una óptica marxista-leninista ¿Qué solución proponéis para salvar esa situación y crear un referente coherente pero también masivo?

Sobre la “sopa de letras”, se puede contemplar como un terrible problema o como lo que realmente es: la expresión de diferentes concepciones políticas e ideológicas. Esas diferencias no tienen que ser en principio un problema y deben ser contempladas con naturalidad. Si tenemos esta visión natural, ese terrible problema encuentra solución: la creación de instrumentos políticos unitarios, sin que nadie renuncie a sus posiciones ideológicas ni siquiera a su organización. De hecho, ese instrumento unitario se está conformando ya con la Mesa Andaluza de la Izquierda Soberanista (MAIS) de la que formamos parte. Nosotros jamás renunciaremos a estar organizados como partido comunista andaluz, nadie nos puede pedir ese tipo de renuncias, pero a la vez, tenemos el deber y la responsabilidad histórica de crear ese bloque o frente político por la liberación nacional y social de Andalucía, actuando con respeto, lealtad y compromiso. Hablar de revolución es hablar de alianzas, así ha sido y así parece que seguirá siendo.

- Pasando a un nivel más internacional. ¿Creeis que de ésta el capitalismo se cae? ¿Considerais que estamos más cerca del socialismo hoy que hace 10-8 años?

El capitalismo se está cayendo desde hace muchos años por sus propias contradicciones internas. Lejos de las explicaciones de la burguesía o de esa pequeñaburguesía  socialdemócrata o keynesianista tan de moda que nos remiten a términos como “crisis financiera”, esta es una crisis del propio funcionamiento del modo de producción capitalista que nos lleva a la caída tendencial de la tasa de ganancia, explicada magistralmente por Marx, y está relacionada con la crisis de los años 70 de siglo pasado, siendo hasta cierto punto y a grandes rasgos una prolongación de la misma. La burguesía y la socialdemocracia nos presentan las consecuencias como causas confundiendo a la clase obrera y al pueblo. Las teorías del derrumbe del capitalismo siempre ha hecho correr ríos de tinta desde antiguo: Bernstein, Tugan-Baranowsky, Bauer, Kautsky, Lenin, Rosa Luxemburgo, Grossman, etc., enfrentándose cara a cara  el marxismo como teoría para la revolución con el revisionismo y el reformismo. La cuestión fue situada en sus justos términos en su momento: al capitalismo hay que hacerlo caer, ese es el quid de la cuestión, lo que nos lleva a la cuestión de la organización y a la lucha que ha de desarrollar la clase obrera y los sectores populares oprimidos y sus tareas políticas.

Ver las cosas en términos de si ahora estamos más o menos cerca del socialismo que hace 8 o 10 años nos parece poco serio. Para nosotros hacer ese tipo de planteamientos es hasta cierto punto situarnos fuera de la realidad. El hecho de pensar que porque existe un auge de las protestas o una mayor conflictividad social ya nos estamos situando más cerca del socialismo es puro idealismo, es más, ni siquiera la existencia de Cuba o Corea socialistas o de experiencias de países con regímenes antiimperialistas y progresistas nos hacen automáticamente estar más cerca del socialismo, a pesar del valor de todas esas experiencias y de nuestra defensa de las mismas. Del socialismo y del comunismo estaremos más cerca si somos capaces de ir creando el poder obrero y popular que destruya al poder de la burguesía en la fase imperialista, en ese sentido, existen muchas diferencias y matices según los países. Malcolm X decía que el poder solo retrocede ante el poder, para construir el socialismo debemos acabar, en primer término, con el poder político de la burguesía y eso solo lo podremos hacer con poder, ya que como decía Lenin, salvo el poder todo es ilusión y es cierto, además construir el nuevo poder obrero y popular no es tarea fácil y es aún más complicado que derrocar el poder político de la burguesía. Por otro lado, somos comunistas, el socialismo no es ningún ideal ni ningún paraíso ni ninguna meta en sí misma, caracterizamos el socialismo como la primera fase en la construcción de un modo de producción, especialmente de unas relaciones sociales de producción, diferentes y superiores al capitalismo, esto es, el comunismo. En el socialismo hay lucha de clases, no lo olvidemos nunca, y esa lucha puede ser feroz, ya que siempre existe la posibilidad de “dar marcha atrás”, los ejemplos de la URSS, las democracias populares del Este europeo o China deben servirnos de algo.

- Para cerrar, ¿que percepción teneis de nuestra nación, Asturies, y su situación política, socioeconómica y nacional? ¿Conoceis las luchas llevadas a cabo por movimientos políticos y sociales en nuestro país? ¿Teneis algún tipo de relación con alguna organización soberanista y revolucionaria asturiana?

Vemos Asturies como un país fuertemente golpeado por la crisis del capitalismo, especialmente en los sectores claves de su economía, sin poder político para hacer frente a las agresiones del capital. Reconocemos la existencia de unas claras señas de identidad asturianas que lógicamente respetamos y que merecen una consecuente defensa.  Por otro lado, el movimiento comunista en el Estado español no se puede entender sin Asturies, sin su combativa clase obrera, sobre todo los mineros, y sin comunistas asturianos de la talla de Juan Ambou, por poner un ejemplo. En Asturies, observamos experiencias sindicales muy interesantes y cercanas como es el caso de la CSI, militantes de nuestro partido en su momento formaron parte de ese movimiento de solidaridad que se desarrolló con el procesamiento de los sindicalistas Cándido y Morala. Actualmente, no tenemos relaciones con organizaciones políticas asturianas, sin duda una carencia que debemos cubrir...

Muchísimas gracias por vuestra entrevista y recibid un fuerte abrazo comunista desde Andalucía

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