El peligro del nacional-bolchevismo

Nacido de las cenizas de una Unión Soviética humillada por el revisionismo, el nacional-bolchevismo surge como reflejo de las más reaccionarias fuerzas que habitaban el tardío Partido Comunista de la Unión Soviética. Fundado en el princípio do "eurasianismo" como opositor del "atlantismo", defiende el legado del Império Romano, Ruso, Alemán y Austrohúngaro. Es decir, para el Nacional-Bolchevismo lo que vale es el autoritarismo, la jerarquia, el comunitarismo forzado y el imperialismo. En esta sopa ideológica bizarra, coloca a Lenin, Mussolini, Hitler, Julio César, Pedro el Grande, Stalin y yo que se más, en el mismo barco. Los nacional-bolcheviques defienden una Rusia fuerte, que domine el continente de Este a Oeste, por tanto, defienden un Imperio Euroasiático.

El bolchevismo en ese nombre es obviamente utilizado de manera semejante al socialismo del NSDAP. Es una forma de atraer a jóvenes y personas en general que tengan tendencias socialistas, aunque sean inexpertos politicamente. Es una trampa para "rebeldes" en general. Ya que Lenin, Dzherzinsky, Stalin, Molotov, Kirov, entre tantos otros influentes bolcheviques, probablemente vomitarían después de leer alguna de las idiotices proferidas por Aleksandr Dugin, uno de los ideólogos fundadores del Nacional-Bolchevismo.

Cabe resaltar que el centro del bolchevismo eran las masas y las asambleas populares (que, en ruso, se llamaban "soviet"). El bolchevismo fue un movimiento proletario que pretendía barrer el mundo de autoritarismo, de la explotación del hombre por el hombre y de cualquier forma de imperialismo. La degeneración del entonces Partido Comunista Bolchevique de Toda la Unión acabó por formar algo que se asemeja al ideal nacional-bolchevique, pero la línea del partido ya no era bolchevique, aunque sí, revisionista. Hombres como Brezhnev vislumbraban a Rusia como la mayor potencia del mundo, subyugando a todos con su poderío militar. Su gobierno, que se le podría catalogar perfectamente de "nacional-imperialista", deseaba la supremacia soviética en el mundo, dejando las aspiraciones populares de lado. Él pertenecía a un ala revisionista conservadora y antiliberal, por entonces anticomunista también, tal vez un poco influenciada por las tesis euroasiáticas del inicio del siglo XX.

Por otra parte, el Nacional-Bolchevismo repudia el socialismo por ser hijo del Iluminismo, así como el liberalismo. ¿Entonces qué hay de bolchevique en eso? Nada. Era mejor el nombre de Partido Fascista Ruso, así no sería tan pronto ridiculizado. Además de esconderse tras el bolchevismo, esta ideologia monstruosa se afirma como algo justo, utilizando símbolos populares como la hoz y el martillo para engañar a los laicos que simpatizan con la lucha de Lenin y de la Unión Soviética. Ya vi varios supuestos socialistas apoyando esa aberración política, sin ni saber que tras aquella bandera roja está el fantasma de la antítesis del comunismo, el nacional-socialismo de Hitler y el fascismo de Mussolini.

Por tanto, comunistas y socialistas de todo el mundo, estemos alerta. No nos dejemos llevar por las retóricas y símbolos izquierdistas del Nacional-Bolchevismo. Esta ideologia, en realidad, es la unión de todas las porquerías contra las cuales los comunistas siempre lucharán. Es el renacimiento del espasmo político burgués del siglo pasado, es el hijo bastardo del liberalismo, es el capitalismo en su forma más agresiva y cobarde, es la escoria del pensamiento humano.

Agradecimientos al blog brasileño "Mamayev Kurgan" por este valiosísimo material.