Hemos leído en Insurgente.org la siguiente noticia: “Ucrania solicitará a la ONU que la muerte por hambre de millones de campesinos tras la colectivización forzosa de la tierra emprendida por Stalin en los años 30 sea declarada genocidio”.
Esto sugiere varias reflexiones inmediatas.
La primera, que los nacionalistas ucranianos (filonazis y aliados del imperialismo más desenfrenado, y hoy en día disfrazados de “naranja”), miran, como se suele decir actualmente, “al pasado” en lugar de “al futuro”. ¿Por qué? La cosa es clara. Porque “arreglar cuentas” con el pasado forma parte de la batalla ideológica del presente. Eso y no otra cosa es el problema de la memoria histórica, que en el caso de los fascistas es verdadera desmemoria, ocultación, tergiversación, falseamiento y hasta pura invención.
La recuperación de la memoria histórica de los “rojos” españoles es mala cosa, es mirar al pasado. La de los nazi-fascistas ucranianos y sus amiguetes, es conveniente y buena, es reparación histórica y justicia. El mal de los comunistas es eterno, el de los fascistas debe ser olvidado y perdonado, es más, casi premiado, pues actuaron “por nuestro bien”.
En este sentido no es casual que un medio fascista como Infonacional.com, que aglutina al conjunto de los fascistas españoles “externos” en principio al PP, recoja esta noticia con alegres comentarios de algunos de esos cabestros.
También debería ser motivo de preocupación para personas que quieren ser de izquierdas, el verse en compañía de estos elementos al adoptar posiciones trotskistas con tal de no verse relacionados ni de lejos con el “estalinismo”, como hemos visto entre los comentarios de lectores de la propia Insurgente.org.
Lo que nos lleva a la segunda reflexión. Que es preguntarnos: ¿quienes leen noticias como ésta, conocen acaso algo del problema en cuestión? Es decir, ¿cuál es la calidad de su información al respecto? ¿Qué fuentes, qué literatura científica han examinado?
Vaya por delante que la pregunta parece ociosa para la gran mayoría que se lanza a comentar rápidamente el tema, partiendo de la base siguiente:
- La “hambruna” es cierta;
- La “hambruna” es cierta y fue provocada;
- La “hambruna” es cierta y fue provocada por Stalin;
- Stalin era un sanguinario dictador, en algunos casos, un comunista asesino, en otros, un “traidor” al comunismo;
- La idea era aniquilar a los ucranianos;
- En efecto la “hambruna” tuvo la dimensión, por lo visto, de “entre 7 y 10 millones de campesinos entre 1932 y 1933”.
- El contexto temporal, histórico, de todas estas ideas es irrelevante.
Vamos simplemente a analizar algunas de estas ideas, con objeto, no de establecer demostraciones históricas que no son nuestro oficio, sino tan sólo de aclarar el papel concreto de esta cuestión en la “batalla de ideas”.
Adicionalmente aclararemos la radical diferencia entre este problema enmarcado en la campaña anticomunista del imperialismo y los relacionados con el genocidio, éste sí real, del nazismo.
Proponemos al lector que INVESTIGUE. Y esto es posible hacerlo sin ser historiador profesional y sin pretensiones excesivas a nivel científico o innovador. Es más, no necesita ninguna originalidad ni un esfuerzo particular, salvo, eso sí, de discriminación de fuentes, lo que incluye encontrar algunas de ellas que son sistemáticamente enterradas bajo montañas de propaganda imperialista, la cual a su vez conviene coger con pinzas.
Como se puede ver Ucrania limita con Rusia, Bielorrusia, Polonia, Eslovaquia, Hungría, Rumanía y Moldavia (donde se encuentra Transnistria):
En detalle:
Hechas las formalidades, hay que mencionar que Ucrania es uno de los lugares que más oposición hizo a la Gran Revolución Socialista de Octubre. En efecto, el proverbial y perdurable nacionalismo ucraniano, de corte reaccionario (religioso y racista), no podía sino oponerse a “los bolcheviques”, aunque todavía no a los de Stalin, sino a los de Lenin (que causó, cabe suponer, la primera hambruna de los años 20).
Este es el problema de la Rada ucraniana (parlamento), en torno a la cual se agruparon todos los reaccionarios y Guardias blancos liderados por Stepan Bandera, más los hombres del anarquista Nestor Makhno, hasta que pudieron ser derrotados por el Ejército Rojo. En estos años se produce una hambruna verdadera que de ningún modo es ocultada por el “régimen”. Y es que vino causada por la guerra y el sabotaje provocados por los elementos mencionados anteriormente.
En dicha ocasión la campaña de propaganda ya existió, aunque fue menor, limitándose (digámoslo así) a una documentación de los acontecimientos, sin ir más lejos, por parte de la Cruz Roja.
En ese momento la hambruna y sus consecuencias son denunciadas y combatidas por los comunistas. Entre los escritos de Lenin se pueden encontrar numerosos llamamientos y artículos, así como órdenes y demás comunicaciones, referidos al “hambre” y el combate contra la misma.
(Continúa en otra entrada)
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