La noche del 10 al 11 de agosto de 1936 las tropas fascistas fusilaban al que es considerado como el Padre de la Patria Andaluza, Blas Infante. El fascismo pretendía así, fusilando a una persona, acabar con el movimiento andalucista que se había venido desarrollando desde principios del siglo XX, pero no lo consiguió, la llama ya se había prendido, y el fascismo español al endurecer aún más las condiciones de opresión y dependencia sobre Andalucía, lo que hizo fue aumentar en el pueblo andaluz las ansias de justicia y libertad, tal y como se demostró el 4 de diciembre de 1977.
74 años después de ese fusilamiento, aún no ha sido anulada la sentencia dictada por el fascista Tribunal de Responsabilidades Políticas el 4 de mayo de 1940 que condenaba a Blas Infante. Aún hoy consta que Blas Infante fue condenado a muerte por significarse, según esa repugnante sentencia como “como propagandista para la constitución de un partido andalucista o regionalista andaluz”. En mayo pasado, el Parlamento andaluz aprobó una proposición no de ley para restituir el honor de Blas Infante, aprovechando el 125º aniversario de su nacimiento, sin embargo, la aprobación de esta proposición no de ley llega tarde y mal. Tarde porque es una auténtica vergüenza que hayan tenido que pasar 28 años de existencia del Parlamento autonómico andaluz para que se tuviera a bien restituir el honor de Blas Infante; y mal porque, como siempre, la figura de Blas Infante es desposeída de todo contenido y es desnaturalizada con el único fin de justificar la existencia de las actuales instituciones autonómicas andaluzas, unas instituciones que no sirven a los intereses del pueblo al que Blas Infante amó y defendió hasta la muerte: el pueblo de Andalucía, sus trabajadores del campo, los jornaleros a los que siempre defendió, y también de la ciudad.
Desde ANDALUCÍA COMUNISTA consideramos que a Blas Infante se le sigue fusilando una y otra vez cuando su figura es manipulada con el fin de justificar el inútil y corrupto régimen autonómico andaluz sustentado por los diferentes partidos del sistema; a Blas Infante se le sigue fusilando cuando no se difunde su ideario en toda su extensión, diversidad y complejidad; a Blas Infante se le sigue fusilando cuando se le desprecia y se ignora su pensamiento democrático y emancipador para ser convertido en una mera figura decorativa de parques y jardines, o en simple nombre de una calle o de un colegio. Si los cubanos tienen la figura de José Martí, los venezolanos y colombianos la figura de Simón Bolívar, los nicaragüenses a Sandino, o los afroamericanos a Malcolm X, el pueblo andaluz tiene también su personaje simbólico de lucha y emancipación y ese es, sin lugar a dudas, Blas Infante.
En estos momentos de crisis del modo de producción capitalista es cuando más evidente es la situación de opresión y dependencia de Andalucía. La reivindicación de soberanía nacional lejos de ser una pretensión abstracta se convierte en una auténtica necesidad para la clase obrera y los sectores populares andaluces, la vergüenza ocurrida con la venta de CajaSur al BBK, dinamitando así la posibilidad de crear una gran caja única andaluza, demuestra muy a las claras nuestra situación de subordinación y la inutilidad más absoluta de unas instituciones autonómicas que sólo sirven a los intereses de la gran oligarquía imperialista española y a las grandes multinacionales, pero no al pueblo trabajador andaluz. Necesitamos soberanía nacional y construir con ella un poder político al servicio único y exclusivo de la clase obrera y de los sectores populares andaluces, para construir una Andalucía libre y socialista en la perspectiva de una Humanidad liberada de toda opresión: “sea por Andalucía libre, los pueblos y la Humanidad”, como dice nuestro Himno. En esa lucha, la figura de Blas Infante nos sirve de referente, no para ser convertida en objeto de veneración, sino para que nos sirva realmente en la lucha por nuestro presente y nuestro futuro.
Desde ANDALUCÍA COMUNISTA aprovechamos la ocasión para mostrar nuestras condolencias por el fallecimiento de don Enrique Iniesta Collaut-Valera, gran conocedor y difusor de la obra de Blas Infante, sin cuya labor muy probablemente, la figura de Blas Infante seguiría estando en la más oscura de las tinieblas, como así les interesa a algunos. Enrique Iniesta, cura progresista adherido a la Teología de la Liberación, sensibilizado con los problemas sociales, políticos y culturales de nuestra tierra es un ejemplo de ese andalucismo liberador que ha de resurgir con fuerza y vigor. Don Enrique, DEP
¡Sea por Andalucía Libre, los Pueblos y la Humanidad!
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