14 de junio de 2010

Seamos internacionalistas: ¡Que gane la República Popular Democrática de Corea!

Ninguno de los 23 jugadores norcoreanos se enriquecerá individualmente si su selección consigue un puesto destacado, mientras los jugadores españoles si son campeones ganarán 600.000 euros cada uno.


Por Aníbal Garzón

El marco teórico marxista analíticamente divide la estructura social entre burguesía y proletariado. En base a esta línea científica, las relaciones de clase imperan en la total construcción social del modelo capitalista, incluso en el campo deportivo.

La Copa Mundial de Fútbol de 2010 se iniciaba en Sudáfrica el pasado 11 de junio. Participan 32 selecciones, pero sólo una es selección del proletariado, la selección de Corea del Norte. Las 31 restantes son selecciones burguesas. Un dato que refleja contrariedad comparativa con la estructura social a nivel mundo, donde el proletariado y los pobres son la mayoría arrasadora cuantitativamente. En el capitalismo, el futbolista se convierte en clase burguesa empresarial al obtener un alto capital por el deporte, capital imposible de obtener por cualquier obrero del país. Mientras que en el socialismo, el futbolista es proletariado trabajador, igual que todo su pueblo. El esfuerzo de un futbolista es calificado materialmente por igual que el esfuerzo de un profesor, de un militar, de un doctor… mientras que en el capitalismo el futbolista está por encima. El futbolista español busca su victoria, el norcoreano busca la de su pueblo. La selección de España (y las 30 restantes) y Corea del Norte, dos ejemplos de fútbol de clase, el individualismo y el colectivismo.

La selección española, burguesía. Ganar para ellos mismos

La crisis no para de acelerarse en el Estado Español y el paro no deja de aumentar. Los recortes neoliberales y la reducción de los servicios del estado son cada vez más visibles, como la reducción de salario al funcionariado y la futura nefasta reforma antilaboral. Pero no afecta la crisis en todos los sectores, como el sector futbolístico (si lo podemos llamar así). Según el acuerdo alcanzado entre los componentes de la selección de fútbol española y la Real Federación Española de Fútbol, los 23 jugadores seleccionados se embolsarán, cada uno, 600.000 euros si vencen el campeonato internacional. Las primas no son insuficientes si solamente llegan a cuartos de final, 60.000 euros por futbolista. Llegar a semifinales 90.000 euros, y llegar a la final y no ganarla 120.000 euros. ¡480.000 euros por ganar un partido! Mientras el aumento del paro durante el mes que dure el mundial de Sudáfrica seguramente crecerá en el Estado Español, la clase futbolística puede ver crecer millonariamente sus riquezas.

En la Antigua Roma, los que realizaban el espectáculo eran esclavos que salían al circo a realizar sus obras y batallas. Actualmente, esos esclavos pasaron a pertenecer a la clase alta como imagen de mercado. El capitalismo con sus aparatos propagandísticos y de publicidad, sobre todo con el nacimiento de la televisión en los años 50, ha visto la posibilidad de explotar la imagen de los jugadores de fútbol para ser idolatrados por los espectadores y recibir a cambio millones de euros. El fútbol es parte del ocio social, pero a diferencia de otros campos sociales de gran trascendencia, la sanidad, la enseñanza… toda sociedad puede vivir sin él en sustitución de otros espacios. La funcionalidad del fútbol en el capitalismo es por las grandes ganancias que genera, no por su imagen de beneficio colectivo. Si la selección de fútbol española consigue hacer buen papel en el mundial de Sudáfrica, la clase trabajadora no recibirá ninguna mejora social-material. Justamente al revés, simbólicamente. El sentimiento de un estado monárquico mononacional (estado españolista) [1] será utilizado en los medios de propagada y difusión, como constantemente hacen, para reproducir la identidad española como un todo y destruir la conciencia de los nacionalismos periféricos, como el catalán, vasco o gallego… además de eliminar el concepto de clase social a más de 4 millones de parados mediante los aparatos propagandísticos del Estado Español con su identidad española como orgullo por el papel de su selección de fútbol en el Mundial. El fútbol en el capitalismo español potencia la identidad nacional (todo) y elimina la identidad de clase (parte), base del fascismo.

La selección Corea del Norte, proletariado. Ganar para el pueblo

De las 32 selecciones que van al Mundial, sólo en una selección juegan trabajadores, Corea del Norte, la llamada selección “Chojima”[2]. Ninguno de los 23 jugadores norcoreanos se enriquecerá individualmente si su selección gana o consigue un puesto destacado. Las conmemoraciones materiales que la FIFA otorgaría a la Federación Norcoreana de Fútbol, como a cualquier otra Federación Nacional, serán 30 millones de euros quien gane el campeonato, 24 a la segunda selección del Mundial, para la tercera 20, para la cuarta 18 y desde la quinta a la octava selección percibirán 14 millones. De los 30 millones, simplemente los 23 jugadores de la selección española se llevarán casi la mitad, 13.800.000 euros, si ganasen el mundial. La victoria de la selección de Corea del Norte, es la victoria para el pueblo, dado que esa cantidad pasa a manos del estado para realizar inversiones públicas en esferas como sanidad, educación, infraestructuras, a diferencia de la selección española que aunque gane su equipo el estado no dispondrá de ningún beneficio capital para gastos sociales. En la selección norcoreana la mayoría de los jugadores están en clubs de fútbol nacionales menos algunas excepciones. El jugador Jong Tae Se, el llamado “Rooney asiático”, es delantero y juega en el equipo japonés Kawasaki Frontale. Nació en Nagoya (Japón), pero es de padres surcoreanos, y aún así no ha obtenido la nacionalidad japonesa (llamados ciudadanos zainichi, ciudadanos de segunda), mientras si obtuvo la norcoreana por su visión política. Tae Se se educó en una escuela y universidad pro-norcoreana de Japón fortaleciendo así sus raíces coreanas. Tae Se argumentó, al ser educado en una sociedad capitalista, que le impactó que los mismos futbolistas deban lavarse la ropa, aunque crea un orgullo de comunidad. ¡Un futbolista es un trabajador más, no un vividor, como los futbolistas españoles! Algo que nunca habrá hecho Iker Casillas (portero de la selección española). Otro norcoreano que juega fuera de sus fronteras es Hong Yonj-Jo, en el Rostov ruso. Mientras sus colegas de equipo llevan coches caros, algo que no se puede permitir un obrero ruso, Yonj-Jo no tiene ningún vehículo propio dado que sus ingresos van al estado, de forma comunitaria, para poder reinvertirlos en políticas sociales en beneficio de la población civil. Un trabajador del y para el pueblo norcoreano, algo que nunca haría Fernando Torres (delantero español). Según Yonj-Jo “Todos mis pensamientos son sobre fútbol y el Partido de los Trabajadores". Otro futbolista que juega en la liga japonesa es Ahn Young-Hak, en el equipo Omiya Ardija. Tres estrellas norcoreanas que juegan a fútbol por el bien común, modelo dominante también en la élite mundial del deporte cubano.

Si España o una de las demás 30 selecciones ganan, entonces gana el rico, si gana Corea de Norte, gana el pueblo. ¡Pues no dejemos el internacionalismo, que gane la mayoría social clasista, que gane Corea del Norte! En 1966, único mundial donde Corea del Norte ha participado, y además en suelo británico, reinado que no reconocía al estado de Corea del Norte (por su enemistad desde la Guerra de Corea de 1950-1953) e intentó boicotear a la selección norcoreana no concediéndole los visados pero finalmente se tuvo que echar atrás, Corea del Norte jugó sus partidos de primera ronda en Middlesbrough, ciudad donde predomina la clase obrera. Así la población obrera de Middlesbrough, con su internacionalismo obrero como principio, empezó a simpatizar con la selección trabajadora norcoreana, acompañando 3.000 vecinos de Midlesbrough a la misma selección de Corea del Norte hasta Liverpool en su partido de cuartos de final frente a Portugal [3]. 3.000 personas que defendieron la dignidad independiente y la soberanía de Corea del Norte solidariamente, viendo la victoria de Corea del Norte como un beneficio para el pueblo asiático mientras la victoria de Inglaterra no le proporcionaba nada a la clase trabajadora, sólo a la clase futbolística y a los empresarios del sector.

Notas:


[1] Estado que nunca ha aceptado el concepto plurinacional, como si lo ha hecho Bolivia en su Nueva Constitución Política aprobada por referéndum en 2009.

[2] Nombre de un caballo mítico coreano con que se conoce a la selección.


[3] Véase el documental del director británico Daniel Gordon sobre el Fútbol en Corea del Norte y el Mundial de 1966, entrevistando a ingleses y norcoreanos. El documental se titula “The Game of Their Lives” (2002). Ver el documental en http://sharingcentre.net/13934-game-their-lives-2002-a.html

(Artículo publicado en el blog "Fútbol Rebelde")

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