28 de diciembre de 2009

Entrevista de H. G. Wells a Stalin (1934)

Wells: Le estoy muy agradecido, Sr. Stalin, por darme la oportunidad de conversar con Ud. Hace poco estuve en los Estados Unidos. Tuve una larga entrevista con el presidente Roosevelt, y en ella traté de averiguar, por cuáles ideas se deja guiar él. Ahora vengo con Ud. para preguntarle, qué hace para cambiar el mundo.

Stalin: No tanto.

Wells: Viajo por el mundo como hombre sencillo, y como hombre sencillo observo lo que sucede a mi alrededor.

Stalin: Hombres de la vida pública de su importancia, no son "gente sencilla". Naturalmente, sólo la historia pronuncia el juicio definitivo acerca de la importancia que tal o cual hombre haya tenido efectivamente; pero en todo caso, Ud. no contempla el mundo con los ojos del "hombre sencillo".



Wells: No finjo modestia. Lo que quiero decir es, que trato de ver el mundo con los ojos del hombre sencillo, y no con los de un político de partido o de un alto funcionario de administración. Mi visita a los Estados Unidos me ha dado más de un estímulo para nuevas reflexiones. El viejo mundo financiero allí se está derrumbando; la vida económica del país va siendo reorganizada según nuevos principios. Lenin dijo: "Debemos aprender a manejar nuestros asuntos, debemos aprender de los capitalistas". Hoy, los capitalistas deben aprender de ustedes, y asimilar el espíritu del socialismo. Me parece, que los Estados Unidos se encuentran en un profundo proceso de reorganización, está naciendo una economía planificada, una economía socialista. Ud. y Roosevelt parten de posiciones diferentes. ¿Pero acaso no existen, a pesar de eso, puntos de contacto entre lo que se piensa en Washington y lo que se piensa en Moscú? ¿No existe un cierto parentesco entre las respectivas ideas y necesidades? Las mismas cosas me llamaron la atención en Washington como ahora aquí: se constituyen oficinas, se crea una serie de nuevos órganos reguladores del Estado, se organiza el servicio estatal que hace tiempo hacía falta. Lo que se necesita allí como aquí es la posibilidad de intervenir con medidas directivas.

Stalin: Los Estados Unidos persiguen un fin diferente al nuestro en la URSS. El fin que persiguen los Estados Unidos se ha dado como resultado de los problemas económicos, de la crisis económica. Los americanos quieren encontrar una salida a la crisis, con medidas del capitalismo privado, sin cambiar la base económica. Intentan limitar a un mínimo el daño, las pérdidas que resultan del sistema económico actual. Con nosotros, en cambio, la vieja base económica ha sido, como Ud. sabe, destruida, y en su lugar fue creada una base económica nueva, completamente diferente. Aunque los americanos, a los que alude, alcanzaran su meta en parte, es decir, si lograsen limitar las pérdidas a un mínimo, no eliminarían las raíces de la anarquía inherente al sistema capitalista. Protegen el sistema económico que origina, forzosa e inevitablemente, anarquía de la producción. Para ellos no se trata, por lo tanto, de una reorganización de la sociedad, de abolir el viejo sistema social, del cual nacen la anarquía y las crisis, sino, a lo sumo, de restringir determinadas desventajas, de restringir determinados abusos. Subjetivamente, los americanos tal vez tengan la opinión de estar reorganizando la sociedad; pero objetivamente protegen la base actual de la sociedad. Por eso, objetivamente no habrá ninguna reorganización de la sociedad. Y tampoco una economía planificada. ¿Qué es la economía planificada? ¡Veamos algunas de sus cualidades! La economía planificada tiene como meta abolir la desocupación. Supongamos, que manteniendo el sistema capitalista, fuese posible limitar la desocupación a un cierto mínimo. Con seguridad, ningún capitalista aprobaría la eliminación total de la desocupación, la abolición del ejército de reserva de desocupados que está destinado a ejercer presión sobre el mercado de trabajo, y constituye una garantía de mano de obra barata. Ahí tiene Ud. una de las contradicciones de la "economía planificada" de la sociedad burguesa. ¡Sigamos! Economía planificada significa, impulsar la producción en aquellas ramas industriales, cuyos bienes son de especial importancia para la masa del pueblo. Pero Ud. sabe que, en el capitalismo, la ampliación de la producción se lleva a cabo de acuerdo a reglas totalmente diferentes, que el capital afluye a aquellos sectores económicos, en los que el pago de utilidades sea mayor. Nunca podrá Ud. inducir a un capitalista a que se infrinja pérdidas a sí mismo, y a que se contente con un pago de utilidades más bajo, para satisfacer las necesidades del pueblo. Sin que desaparezcan los capitalistas, sin que sea abolido el principio de la propiedad privada de los medios de producción, es imposible edificar una economía planificada.

Wells: Estoy de acuerdo con Ud. en muchos sentidos. Pero quisiera realzar, que, al decidirse un país entero por el principio de la economía planificada, al comenzar el gobierno lentamente, paso a paso, a imponer ese principio consecuentemente, al final habrá desaparecido la oligarquía financiera, y se habrá alcanzado el socialismo, en el sentido anglosajón de la palabra. El efecto que parte de las ideas "New-Deal" de Roosevelt es extraordinariamente fuerte para mí, esas ideas son socialistas. Me parece que en vez de acentuar el contraste entre ambos mundos, deberíamos aspirar a encontrar un lenguaje común para todas las fuerzas constructivas.

Stalin: Al hablar de la imposibilidad de realizar los principios de la economía planificada, manteniendo al mismo tiempo la base económica del capitalismo, no quiero, en lo más mínimo, rebajas las excepcionales facultades personales de Roosevelt, su iniciativa, su valor y su fuerza de decisión. Indudablemente, Roosevelt es, entre todos los líderes del mundo capitalista de hoy, uno de los personajes más vigorosos y sobresalientes. Por eso quisiera volver a acentuar una vez más, que mi convicción acerca de la imposibilidad de la economía planificada bajo condiciones capitalistas no significa que ponga en duda las facultades personales, el talento y el valor del presidente Roosevelt. Pero si las circunstancias no lo permiten, el líder más dotado de clarividencia no puede alcanzar el objetivo del cual Ud. habla. En un sentido puramente teórico, por supuesto no queda excluida la posibilidad de acercarse, bajo las condiciones del capitalismo, paulatina y gradualmente a la meta que Ud. llama "socialismo en el sentido anglosajón de la palabra". Pero ¿qué clase de socialismo será ese? A lo sumo refrenaría a los representantes individuales más desvergonzados del capital y aplicaría el principio de la intervención en la economía nacional en un campo algo más amplio. Todo muy bien. Pero tan pronto Roosevelt o cualquier otro líder del mundo burgués de hoy, quiera ir más allá, y quiera seriamente atacar las bases del capitalismo, irremediablemente sufrirá un fracaso rotundo. Los bancos, la industria, las grandes empresas, las grandes granjas agrícolas no le pertenecen a Roosevelt. Sin excepción son propiedad privada. El ferrocarril, la flota mercante, todo esto está en manos de propietarios privados. Y, finalmente, aún el ejército de obreros calificados, de ingenieros, de técnicos no está bajo el mando de Roosevelt, sino bajo el mando de propietarios privados: toda esta gente, sin excepción, trabaja para propietarios privados. Tampoco nos debemos olvidar de la función del Estado en el mundo burgués. El Estado es una institución que organiza la defensa del país y mantiene el "orden"; es una máquina para la recaudación de impuestos. El Estado capitalista no tiene mucho que ver con la economía en el sentido propio de la palabra; ésta no se encuentra en manos del Estado. Al contrario, el Estado está en manos de la economía capitalista. Justamente por eso, Roosevelt, a pesar de toda su energía, me temo que no logrará el fin señalado por Ud., siempre suponiendo que esté, efectivamente, persiguiendo tal fin. Tal vez sea posible, dentro de algunas generaciones, aproximarse un poco más a esa meta; personalmente, sin embargo, creo que ni siquiera eso es muy probable.

Wells: Quizá esté yo más convencido de una interpretación económica de la política que Ud. Los inventos y la ciencia moderna han producido poderosas fuerzas que impulsan hacia una mejor organización, un mejor funcionamiento de la sociedad, es decir, al socialismo. Organización y regulación de la actividad individual se han convertido, por encima de toda teoría social, en necesidades mecánicas. Si empezamos por el control estatal de los bancos, y, en un segundo paso, ampliamos el control hasta incluir la industria pesada, luego la industria entera, el comercio, etc., entonces este control, que lo abarca todo, equivaldrá a la propiedad estatal de todas las ramas de la economía nacional. Este será el proceso de socialización. Socialismo e individualismo no son contrarios como blanco y negro. Hay muchas gradaciones. Existe un individualismo que raya en el bandolerismo, y existen una disciplina y una organización, que son equivalentes al socialismo. La introducción de la economía planificada depende, en gran parte, de los organizadores de la economía, de la inteligencia técnica bien formada, que poco a poco puede ser ganada para los principios de organización socialista. Esto es lo que importa. Pues organización viene antes que socialismo. Es el factor más importante. Sin organización, la idea del socialismo queda siendo una simple idea.

Stalin: Entre el individuo y el colectivo, entre los intereses del individuo y los de la comunidad, no existen antagonismos incompatibles, o por lo menos no deberían de existir. No deberían de existir, ya que el colectivismo, el socialismo, no niega los intereses individuales, sino que, al contrario, los une con los intereses del colectivo. El socialismo no puede separarse de los intereses individuales. Sólo la sociedad socialista puede satisfacer al máximo estos intereses personales. Más aún: Sólo la sociedad socialista puede intervenir con decisión a favor de los intereses del individuo. En este sentido, no existen antagonismos incompatibles entre "individualismo" y socialismo. Pero ¿podemos negar los antagonismos entre las clases, entre la clase poseedora, la clase de los capitalistas; y la clase trabajadora, el proletariado? De un lado tenemos la clase poseedora, a la cual le pertenecen los bancos, las fábricas, las minas, los medios de transporte, las plantaciones en las colonias. Esa gente no ve más que su propio interés: quiere lucros. No se somete a la voluntad del colectivo; intenta subordinar todo lo colectivo a su voluntad. Por otro lado, tenemos a la clase de los pobres, la clase explotada, a la cual no le pertenecen ni fábricas, ni empresas, ni bancos, que, para poder vivir, está forzada a vender su fuerza de trabajo a los capitalistas, y que carece de la posibilidad de satisfacer sus necesidades más elementales. ¿Cómo armonizar intereses y aspiraciones tan contrarios? A mi parecer Roosevelt no logró encontrar el camino hacia la reconciliación de estos intereses. Eso es también imposible, como lo demuestra la experiencia. Por supuesto Ud. conoce la situación en los Estados Unidos mejor que yo, pues nunca he estado allí y me informo acerca de las condiciones americanas, principalmente por medio de la literatura. Pero tengo alguna experiencia en la lucha por el socialismo, y esta experiencia me dice, que Roosevelt, si realmente tratara de servir a los intereses de la clase obrera a costa de la clase capitalista, será substituido, de parte de esa clase capitalista, por otro presidente. Los capitalistas dirán: los presidentes van y vienen, mas nosotros no nos vamos, si tal o cual presidente no representa nuestros intereses, nos buscaremos otros. ¿Qué puede, a fin de cuentas, oponer el presidente a la voluntad de la clase capitalista?

Wells: Me opongo a esa simplificada subdivisión de la humanidad en pobres y ricos. Desde luego que existe una categoría de gente, que sólo persigue afanosamente el lucro propio. Pero ¿acaso no se le ve a esta gente como a una plaga, en el oeste tanto como aquí? ¿No existe mucha gente en el oeste, para la cual el beneficio no es ninguna meta en sí, que dispone de ciertos medios financieros, que quiere invertir y costear el sustento de estas inversiones, sin que vean en esto su meta principal? Ven en las inversiones una necesidad desagradable. ¿Acaso no existen muchos ingenieros capaces, que cumplen con su deber, organizadores de la economía, que encuentran el acicate para su actividad en otra cosa que no sea el lucro? A mi parecer existe una clase numéricamente fuerte de gente capacitada, que admite que el sistema actual es insatisfactorio, y que jugará un papel importante aún en la sociedad capitalista del futuro. Durante los últimos años he pugnado mucho, he pensado mucho acerca de la necesidad de hacer propaganda por el socialismo y el cosmopolitismo en amplios círculos de los ingenieros, los pilotos, los empleados técnico-militares. Carece de sentido querer acercarse a esos círculos con una propaganda de una simple lucha de clases. Esa gente comprende, en qué estado se encuentra el mundo. Comprende que es un maldito caos, pero el simple antagonismo de la lucha de clases de Ud., lo toma como algo disparatado.

Stalin: Ud. se contrapone a la subdivisión simplificada de la humanidad en pobres y ricos. Naturalmente, existe una capa media; existe la inteligencia técnica a la que se refirió, y existen personas muy buenas y muy honestas en ella. También existen, en ella, personas deshonestas y malas. Generalmente Ud. encuentra aquí todo tipo de gente. Pero antes que nada la humanidad se divide en pobres y ricos, en poseedores y explotados, y apartar la vista de esta división fundamental, significa apartar la vista del hecho fundamental. Yo no niego la existencia de capas medias, intermedias, que se puedan poner del lado de una, o de otra de las dos clases combatientes, o que se mantengan en una posición neutral en esta lucha. Pero repito, apartar la vista de esta división fundamental de la sociedad, o de la lucha fundamental entre las dos clases principales significa cerrar los ojos ante los hechos. Esta lucha se está librando y se seguirá librando. Cómo termine la lucha, depende del proletariado, de la clase obrera.

Wells: Pero ¿no existe mucha gente, que no es pobre, y sin embargo trabaja, trabaja productivamente?

Stalin: Naturalmente que hay pequeños propietarios de tierra, artesanos, pequeños comerciantes; pero el destino de un país no depende de esa gente, sino de las masas trabajadoras que producen todo aquello que la sociedad necesita.

Wells: Pero tendrá que reconocer que existen géneros de capitalistas que difieren mucho entre sí. Hay capitalistas que sólo piensan en el lucro, sólo piensan en hacerse ricos; pero también hay quienes están dispuestos a hacer sacrificios. Tome por ejemplo al viejo Morgan. Sólo pensaba en el lucro; era sencillamente un parásito de la sociedad; sólo acumulaba posesiones. Pero tome a Rockefeller. Era un organizador brillante; ha demostrado de manera ejemplar cómo se debe organizar la explotación del petróleo. O tome a Ford. Desde luego que Ford busca el beneficio propio. ¿Pero no es también un organizador apasionado de la racionalización en la producción, del cual Ud. aprende? Quiero señalar que en los últimos tiempos se ha producido un cambio importante en la actitud de los países de habla inglesa con respecto a la URSS. La causa de esto hay que buscarla en la posición de Japón y en los acontecimientos en Alemania. Pero al lado de eso existen otras razones que no tiene su origen en la política internacional. Existe una causa más profunda, y está, justamente, en que mucha gente se va dando cuenta de que el sistema basado en el lucro privado se está derrumbando. Bajo estas circunstancias me parece que no debemos poner el antagonismo entre ambos mundos en primer plano, sino que nos deberíamos esforzar por unificar todas las corrientes constructivas, todas las fuerzas constructivas, en la medida de lo posible, en una línea. Tengo la impresión, de que mi posición es más izquierdista que la suya, Sr. Stalin, creo que el viejo sistema está más cercano a su fin de lo que Ud. cree.

Stalin: Al hablar de capitalistas, que sólo buscan el lucro, sólo buscan la riqueza, no estoy queriendo decir que esa gente no tenga ningún valor y que no sirva para nada más. Muchos de ellos disponen, sin duda, de grandes capacidades organizativas, que no pretendería negar ni soñando. No es poco lo que los hombres de la Unión Soviética aprendemos de los capitalistas. Y Morgan, al cual caracteriza de modo tan desventajoso, fue indudablemente, un organizador bueno ya capaz. Pero si habla de gente resuelta a crear un mundo nuevo, por cierto que no la encontrará en las filas de aquellos que sirven fielmente a la causa del lucro. Nosotros y ellos estamos en dos polos opuestos. Ud. ha mencionado a Ford. Desde luego que es un organizador capaz de la producción. ¿Pero no conoce su actitud para con la clase obrera? ¿No sabe a cuántos obreros lanza a la calle? El capitalista está encadenado al lucro, y ningún poder del mundo lo puede arrancar de allí. El capitalismo no es eliminado por los organizadores de la producción, por la inteligencia técnica, sino por la clase obrera, porque las capas que mencionamos no tienen un papel autónomo. El ingeniero, el organizador de la producción, no trabaja como él quiere, sino como debe, trabaja de una manera que sirve a los intereses de su patrón. Desde luego que hay excepciones; hay hombres en esa capa que han despertado del delirio capitalista. En determinadas condiciones, la inteligencia técnica puede lograr milagros y prestar grandes servicios a la humanidad. Pero también puede causar grandes daños. No es poca la experiencia que tenemos los hombres de la Unión Soviética con la inteligencia técnica. Después de la Revolución de Octubre, una determinada parte de la inteligencia técnica se negó a colaborar en la construcción de la nueva sociedad; se resistía a este trabajo de construcción y lo saboteaba. Hicimos todo lo que pudimos para integrar a la intelectualidad técnica a este trabajo constructivo; lo intentamos de una manera y de otra. Pasó mucho tiempo antes de que nuestros intelectuales preparados se encontraran dispuestos a apoyar el nuevo sistema activamente. Hoy, lo mejor de esta intelectualidad técnica está en la línea más avanzada de aquellos que construyen la sociedad socialista. Partiendo de estas experiencias, estamos muy lejos de subestimar tanto los buenos como los malos lados de esta intelectualidad; sabemos que, de un lado, puede causa daño, del otro, puede lograr "milagros". Naturalmente, las cosas serían diferentes, si fuese posible arrancar a la intelectualidad, de un solo golpe, del mundo capitalista. Pero eso es utópico. ¿Hay entre la intelectualidad técnica, muchos que osarían romper con el mundo burgués e intervenir a favor de la edificación de una nueva sociedad? ¿Cree Ud. que haya mucha gente de ese tipo, digamos, en Inglaterra o en Francia? No, son sólo pocos, los que estarían dispuestos a separarse de sus patronos y empezar con la construcción de un nuevo mundo. Además, ¿podemos ignorar el hecho que, para cambiar el mundo, se tiene que estar en posesión del poder político? Me parece, Sr. Wells, que subestima mucho la cuestión del poder político, que esta pregunta, en su concepción, no está considerada en absoluto. ¿Qué puede hacer esa gente, aún con las mejores intenciones del mundo, si no está en condiciones de plantearse la pregunta del poder, y no está, ella misma, en posesión del poder? En el mejor de los casos, puede apoyar a la clase que tome el poder, pero no puede cambiar el mundo por su propia fuerza. Eso sólo lo puede hacer una clase mayoritaria, que se pone en el lugar de la clase capitalista, y se convierte, en vez de ésta, en dirigente. Esta clase, es la clase obrera. Desde luego que hay que aceptar la ayuda de la intelectualidad técnica; y, en sentido inverso, hay que ayudarle a ella. Pero no se debe creer, que la intelectualidad técnica fuese capaz de jugar un papel histórico autónomo. La transformación del mundo es un proceso grande, complicado y penoso. Esta gran tarea exige una gran clase. Sólo grandes barcos emprenden largos viajes.

Wells: Sí, pero para emprender un viaje largo, se necesita un capitán y un timonel.

Stalin: Eso es correcto, pero lo primero que se necesita para un viaje largo, es un barco grande. ¿Qué es un timonel sin barco? Nada.

Wells: El barco grande es la humanidad, no una clase.

Stalin: Ud., Sr. Wells, por lo visto parte de la suposición, de que todos los hombres son buenos. Yo, mientras tanto, no olvido que también existen muchos hombres malos. No creo en la virtud de la burguesía.

Wells: Recuerdo la situación de la intelectualidad hace algunas décadas. En aquel entonces, la intelectualidad técnica era numéricamente pequeña, pero había mucho que hacer, y cada ingeniero tenía, técnica e intelectualmente, su oportunidad. Por eso, la intelectualidad técnica era la clase menos revolucionaria. Hoy, mientras tanto, hay intelectuales técnicos de sobra, y su mentalidad ha cambiado muy marcadamente. El hombre con formación profesional, que antes jamás habría prestado atención a discursos revolucionarios, ahora se interesa mucho por ellos. Recientemente estuve en una cena de la Royal Society, nuestra gran sociedad científica inglesa. El discurso del presidente fue una intervención en defensa de la planificación social y del control científico. Hoy, el hombre que está al frente de la Royal Society, sostiene ideas revolucionarias e insiste en una reorganización científica de la sociedad humana. Su propaganda de guerra de clases no ha podido adaptarse al paso de este desarrollo. El pensar humano cambia.

Stalin: Ya lo sé, sí, y la explicación de esto hay que buscarla en el hecho de encontrarse la sociedad capitalista en un callejón sin salida. Los capitalistas buscan un camino que los conduzca fuera de este callejón sin salida, que sea compatible con el prestigio de esta clase, con los intereses de esta clase, pero no lo encuentran. Podrán salirse un corto trecho fuera de la crisis, gateando con pies y manos en el suelo, pero no pueden encontrar un camino que les posibilite salir con la cabeza erguida, un camino que no atentara fundamentalmente contra los intereses del capitalismo. Esto se comprende, naturalmente, en amplios círculos de la intelectualidad técnica. Una gran parte de esos hombres empieza a comprender la comunidad de intereses con la clase que es capaz de mostrar una escapatoria al callejón sin salida.

Wells: Si hay alguien que entienda algo de la revolución, del lado práctico de la revolución, es Ud., Sr. Stalin. ¿Acaso se han sublevado alguna vez las masas? ¿No es una verdad innegable, que todas las revoluciones son hechas por una minoría?

Stalin: Para hacer una revolución, es menester una minoría revolucionaria dirigente; pero la minoría más capacitada, más abnegada, y más enérgica, quedaría desvalida, si no pudiese basarse en el apoyo, por lo menos pasivo, de millones.

Wells: ¿Por lo menos pasivo? ¿Tal vez subconsciente?

Stalin: En parte también el apoyo semi-instintivo, y semiconsciente, pero sin el apoyo de millones aún la mejor minoría sería impotente.

Wells: Al observar la propaganda comunista en el oeste, tengo la impresión, que esa propaganda, en vista de la situación actual, suena muy atrasada, pues es propaganda para la insurrección. Propaganda a favor del derrocamiento del sistema social por la violencia, fue buena y justa, cuando iba dirigida contra una tiranía. Pero en las condiciones actuales, derrumbándose solo el sistema de todos modos, se debería de atribuir importancia al rendimiento, a la eficacia, a la productividad, y no a la sublevación. Yo encuentro, que el tono de sublevación es un tono falso. La propaganda comunista en el oeste es una contrariedad para los hombres de mentalidad constructiva.

Stalin: Naturalmente, el viejo sistema se derrumba y se pudre. Correcto. Pero también es correcto, que se están haciendo nuevos esfuerzos, para, con otros métodos, con todos los medios, proteger este sistema moribundo, y salvarlo. Ud. saca una conclusión errónea de una premisa correcta. Con razón afirma, que el viejo mundo se derrumba. Pero se equivoca, si cree, que se derrumba por sí solo. No, la sustitución de un sistema social por otro es un proceso revolucionario, largo y penoso. No es un proceso espontáneo simplemente, sino una lucha: es un proceso que se lleva a cabo en el choque de las clases. El capitalismo se pudre, pero no se le puede comparar sencillamente con un árbol, que esté tan corrompido, que tiene que caer a tierra por sí solo. No, la revolución, el relevo de un sistema por otro, ha sido siempre una lucha, una lucha penosa y cruel, una lucha de vida o muerte. Y cada vez que los hombres del mundo nuevo llegaron al poder, tuvieron que defenderse de los intentos del mundo viejo de restaurar el viejo orden por la violencia; estos hombres del mundo nuevo siempre han tenido que estar en guardia, siempre dispuestos a rechazar los ataques del mundo viejo al nuevo sistema. Sí, tiene razón al decir que se derrumba el viejo sistema social; pero no se derrumba por sí mismo. Tome por ejemplo el fascismo. El fascismo es una fuerza reaccionaria que, utilizando la violencia, intenta conservar el viejo mundo. ¿Qué quiere hacer con los fascistas? ¿Discutir con ellos? ¿Tratar de convencerlos? Pero así, con ellos, no se logra ni lo más mínimo. Los comunistas no glorifican, de ninguna manera, la aplicación de la violencia. Pero ellos, los comunistas, no tienen la intención de dejarse sorprender, no se pueden fiar de que el viejo mundo se saldrá del escenario voluntariamente, ven, que el viejo sistema se defiende por la violencia y, por eso mismo, los comunistas le dicen a la clase obrera: ¡Contestad a la violencia con la violencia, haced todo lo que esté en vuestras fuerzas para impedir que os aplaste el viejo orden moribundo, no dejéis que os aten las manos, aquellas manos, con las que derribaréis el viejo sistema! Ud. ve, por lo tanto, que los comunistas no consideran la sustitución de un sistema social por otro simplemente como un proceso espontáneo y pacífico, sino como un proceso complicado, largo y violento. Los comunistas no pueden cerrar los ojos ante los hechos.

Wells: Pero mire lo que está sucediendo en el mundo capitalista. Esto no es, simplemente, un colapso, es un estallido de violencia reaccionaria, que termina en el bandolerismo. Y a mi parecer, los socialistas pueden, cuando se da un conflicto con la violencia reaccionaria e inepta, acudir a la ley, y en vez de considerar a la policía como su enemigo, deberían apoyarla en su lucha contra los reaccionarios. Creo que carece de sentido operar con los métodos del viejo y rígido socialismo de insurrecciones.

Stalin: Los comunistas se basan en ricas experiencias históricas; esas experiencias enseñan, que una clase agotada no abandona el escenario voluntariamente. Piense en la historia de Inglaterra en el siglo XVII. ¿No decían en aquel entonces muchos que el viejo sistema social estaba podrido? Pero, a pesar de ello, ¿no fue necesario un Cromwell para anonadarlo por la fuerza?

Wells: Cromwell operaba sobre la base de la constitución, y en nombre del orden constitucional.

Stalin: ¡En nombre de la constitución ejerció violencia, hizo ejecutar al rey, disolvió y esparció el parlamento, hizo encarcelar o decapitar gente! O tome un ejemplo de la historia de mi país. ¿No estaba claro hace mucho, que se pudría, se desplomaba el sistema zarista? Pero ¿cuánta sangre tuvo que ser derramada aún, para abatirlo? ¿Y la Revolución de Octubre? ¿No hubo muchos que veían con toda claridad, que solamente nosotros, los bolcheviques, señalábamos una salida? ¿No estaba claro que el capitalismo ruso estaba podrido? Pero Ud. sabe cuán fuerte fue la resistencia, cuánta sangre tuvo que ser derramada para defender la Revolución de Octubre contra todos sus enemigos, en el interior y en el extranjero. O tome a Francia a finales del siglo XVIII. Mucho tiempo antes de 1789 ya estaba claro, cuán podrido estaba el poder del rey, cuán podrido estaba el sistema feudal. Sin embargo, aquello no pudo llevarse a cabo sin un levantamiento popular, un choque de las clases. ¿Por qué? Porque aquellas clases que tienen que abandonar el escenario de la historia, son las últimas en creer que su juego se ha acabado. Es imposible convencerlas de ello. Creen, que las grietas en la putrefacta estructura del viejo orden podrían ser remendadas, que la estructura tambaleante del viejo orden podría ser arreglada y salvada. Por eso mismo, las clases que están hundiéndose, acuden a las armas y se valen de cualquier medio, para mantenerse como clase dominante.

Wells: ¿Pero acaso la Gran Revolución francesa no fue encabezada por algunos abogados?

Stalin: Estoy lejos de querer menoscabar el papel de la inteligencia en movimientos revolucionarios: Pero ¿fue la Gran Revolución francesa una revolución de abogados, o una revolución del pueblo, que logró la victoria movilizando a amplias masas populares para la lucha contra el feudalismo, y defendiendo los intereses del Tercer Estado? ¿Y actuaron los abogados entre los dirigentes de la Gran Revolución francesa de acuerdo a las leyes del viejo orden? ¿No introdujeron un derecho nuevo, burgués-revolucionario? Ricas experiencias históricas enseñan que hasta hoy ninguna clase se ha retirado para hacerle lugar a otra voluntariamente. Esto, en la historia no tiene precedente. Los comunistas han aprendido esta lección histórica. Los comunistas celebrarían que la burguesía se retirase voluntariamente. Pero tal giro de las cosas es, como sabemos por experiencia, improbable. Por eso, los comunistas están prevenidos para lo peor, y se dirigen a la clase obrera con el llamamiento de estar alerta y preparada para la lucha. ¿De qué vale un dirigente que adormece la vigilancia de su ejército, un dirigente que no comprende que el enemigo no va a capitular, que tiene, que tiene que ser destruido? Quien, como dirigente, actúa de tal manera, engaña, traiciona a la clase obrera. Esta es la razón por la cual opino, que aquello que a Ud. la parece atrasado, para la clase obrera es, en realidad, una norma para la actividad revolucionaria.

Wells: No niego que sea necesario hacer uso de la violencia, pero sí es mi opinión, que las formas de lucha deberían ser concertadas como mejor se pueda, con las posibilidades que ofrecen las leyes existentes dignas de ser defendidas contra ataques reaccionarios. No hay ninguna necesidad de desorganizar el sistema viejo, ya que éste, tal como están las cosas, se va desorganizando por sí solo. Por eso, la sublevación contra el orden viejo, contra la ley, me parece anticuada y superada por el desarrollo. Estoy, dicho sea de paso, exagerando conscientemente, para que la verdad se haga visible de modo más claro. Puedo formular mi punto de vista de la siguiente manera: primero, estoy a favor del orden; segundo, ataco al sistema existente en tanto que no puede garantizar el orden; tercero, temo que la propaganda a favor de la guerra de clases vaya a alejar del socialismo justamente a aquellas personas cultas, que el socialismo necesita.

Stalin: Si se quiere lograr un gran objetivo, un objetivo social importante, se precisa una fuerza central, un baluarte, una clase revolucionaria. Como próximo paso, es necesario organizar el apoyo de esta fuerza central por parte de fuerzas auxiliares; en este caso, dicha fuerza auxiliar es el Partido, al cual están afiliadas también las mejores fuerzas de la inteligencia. Ud. acaba de hablar de "personas cultas". Pero ¿en qué personas cultas pensaba? En Inglaterra durante el siglo XVII, en Francia a fines del siglo XVIII, y en Rusia durante la época de la Revolución de Octubre, ¿no estaban muchas personas del lado del viejo orden? El viejo orden tenía a su servicio a muchas personas sumamente cultas, que defendían el viejo orden, que combatían el nuevo orden. La cultura es un arma, cuyo efecto depende de qué mano la haya forjado, qué mano la dirija. Por supuesto, el proletariado necesita personas sumamente cultas. Ciertamente; los ingenuos no pueden ser de ninguna ayuda para el proletariado en su lucha por el socialismo, en la edificación de una nueva sociedad. No subestimo el rol de la inteligencia; al contrario, lo subrayo. Pero la pregunta es la siguiente: ¿de qué inteligencia estamos hablando? Porque hay diferentes tipos de inteligencia.

Wells: No puede haber revolución sin cambios radicales en la instrucción pública. Basta citar dos ejemplos: el ejemplo de la República alemana, que no tocó el viejo sistema educacional, y que por eso nunca se convirtió en República; y el ejemplo del Labour Party inglés, que no tiene la intención de insistir en una transformación radical de la instrucción pública.

Stalin: Muy acertado. Permítame ahora responder a sus tres puntos. Primero: Lo más importante para la revolución es la existencia de un baluarte social. Tal baluarte social es la clase obrera. Segundo: se precisa de una fuerza auxiliar, aquello, que los comunistas llaman Partido. Al Partido está afiliada la inteligencia obrera, y aquellos elementos de la inteligencia técnica que están estrechamente ligados a la clase obrera. La inteligencia se fuerte solamente, si se une con la clase obrera. Si se contrapone a la clase obrera, se convierte en una simple cifra. El nuevo poder político crea las nuevas leyes, el nuevo orden, el cual es un orden revolucionario. Yo no estoy a favor del orden sin más ni más. Yo estoy a favor de un orden que corresponda a los intereses de la clase obrera. Por supuesto, si algunas leyes del viejo orden pueden ser utilizadas en interés de la lucha por un orden nuevo, esto debería de hacerse. No tengo objeciones contra su postulación de que el sistema actual debería ser atacado, en tanto que no puede garantizar el orden necesario para el pueblo. Y, finalmente, está equivocado si cree que los comunistas están enamorados de la violencia. Con todo gusto renunciarían a la aplicación de violencia, si la clase dominante estuviera dispuesta a cederle su lugar a la clase obrera. Pero la experiencia histórica indica lo contrario de tal suposición.

Wells: Aunque también es cierto, que la historia de Inglaterra conoce un caso, en que una clase le dejara el poder a otra clase voluntariamente. En el periodo entre 1830 y 1870, la aristocracia, que en las postrimerías del siglo XVIII tuvo aún una influencia considerable, voluntariamente, sin lucha seria, le cedió el poder a la burguesía, lo cual fue una de las causas para el sentimental mantenimiento de la monarquía. En lo sucesivo, esta transferencia del poder condujo a que erigiera su dominio la oligarquía financiera.

Stalin: Pero Ud. se ha pasado imperceptiblemente de cuestiones de la revolución a cuestiones de la reforma. Eso no es lo mismo. ¿No opina que el movimiento cartista tuvo gran significado para las reformas en la Inglaterra del siglo XIX?

Wells: Los cartistas poco hicieron, y desaparecieron sin dejar huellas.

Stalin: No comparto su opinión. Los cartistas, y el movimiento huelguístico organizado por ellos, tuvieron un papel importante; obligaron a las clases dominantes a una serie de concesiones con respecto al derecho de sufragio, con respecto a la abolición de los llamados "distritos electorales corrompidos", con respecto a algunos puntos de la "Carta". El cartismo jugó un rol histórico de no poca importancia y obligó a una parte de las clases dominantes, a menos que hubiese querido tolerar continuas conmociones, a hacer ciertas concesiones, ciertas reformas. En general cabe decir que las clases dominantes de Inglaterra, la aristocracia tanto como la burguesía, se han mostrado desde el punto de vista de sus intereses de clase, del punto de vista del afianzamiento de su poder, ser las más hábiles, las más flexibles en comparación con todas las otras clases dominantes. Tome, digamos, un ejemplo de la historia de nuestros días -la huelga general en Inglaterra, en el año 1926. En caso de semejante acontecimiento, a saber, que el Consejo general de los sindicatos dé la orden de huelga, cualquier otra burguesía hubiese, en primer lugar, hecho detener a los dirigentes sindicales. No así la burguesía británica, que con ello actuó de manera absolutamente inteligente, desde el punto de vista de sus propios intereses. No me imagino que la burguesía de los Estados Unidos, de Alemania o de Francia hubiese aplicado una estrategia tan flexible. Para mantener su dominio, las clases dominantes de Gran Bretaña no han rehusado nunca hacer pequeñas concesiones, o reformas. Pero sería un error tomar estas reformas por revolucionarias.

Wells: Ud. Tiene una opinión más favorable de las clases dominantes de mi país que yo. Pero ¿existe gran diferencia entre una pequeña revolución y una gran reforma? ¿Acaso una reforma no es una pequeña revolución?

Stalin: A consecuencia de la presión desde abajo, de la presión de las masas, la burguesía puede, manteniendo el sistema socio-económico reinante, ocasionalmente conceder determinadas reformas parciales. Al actuar así, calcula que esas concesiones son necesarias para mantener su dominio de clase. Es pues, por este motivo, imposible caracterizar una reforma como revolución. Por ello, no hemos de esperar ningún cambio del sistema social que se realice como imperceptible transición de un sistema a otro, por vía de reformas, a través de concesiones de la clase dominante.

Wells: Le agradezco mucho por esta conversación, que para mí ha tenido una gran importancia. Cuando me estuvo explicando diversos puntos, posiblemente haya recordado el pasado, cuando en los círculos ilegales antes de la revolución, solía explicar los fundamentos del socialismo. Hay actualmente sólo dos personas sobre la tierra, cuya opinión, cuya más mínima declaración es escuchada todavía por millones -de Ud. y Roosevelt. Otros, que prediquen cuanto quieran; lo que digan no será impreso ni tenido en cuenta. Aún no puedo apreciar, cuánto ha sido logrado en su país. Pero he visto ya las caras contentar de hombres y mujeres sanos, y sé, que algo muy significativo se está realizando aquí. La diferencia, en comparación con 1920, es asombrosa.

Stalin: Mucho más se hubiera podido conseguir, si los bolcheviques hubiésemos sido más inteligentes.

Wells: No, si los seres humanos fuésemos más inteligentes. Sería una buena cosa inventar un plan quinquenal para la reconstrucción del cerebro humano, pues obviamente le faltan muchas cosas imprescindibles para un orden social perfecto.

Stalin: ¿Piensa quedarse aquí para el Congreso de la Unión de Escritores Soviéticos?

Wells: Desafortunadamente tengo varios compromisos, y me puedo quedar sólo por una semana en la URSS. Vine con el deseo de hablar con Ud. y estoy muy contento con nuestra charla. Pero, con los escritores, con los que pueda encontrarme, pienso hablar de la posibilidad de su afiliación al PEN-Club. Es ésta una organización internacional de escritores, que fue fundada por Galsworthy; después de morir él, yo me convertí en su presidente. La organización es aún débil, pero tiene grupos de afiliados en muchos países, y, lo cual es aún más importante, la prensa informa muy detalladamente acerca de los discursos de sus miembros. Su principio es la libre manifestación de opiniones -también de opiniones contrarias. Espero poder discutir este punto con Gorki. No sé, si aquí ya se está preparado para tanta libertad...

Stalin: Los bolcheviques llamamos a eso "autocrítica". Se acostumbra en toda la URSS. Si Ud. deseara alguna cosa, yo le podría ayudar con voluntarios.

Wells: Le estoy muy agradecido.

Stalin: Yo le agradezco por la entrevista.

Publicado en Bolchevik, número 17, 1934, Fuente: Marxists Internet Archive, año 2002

Extraído del blog "El Socialismo es la Solución"

Jaleo!!! - Cartel contra la Toma de Granada

Comunicado de NA con respecto a la celebración del Pendón de Almería

Año tras año, el Ayuntamiento de Almería viene celebrando la conquista de la ciudad por el ejército dirigido por la corona castellano-aragonesa, el día 26 de Diciembre. Ese día, 26 de diciembre de 1489, El Zagal entrega la ciudad de Almería a los Reyes Católicos en cumplimiento de las capitulaciones pactadas, por las cuales los almerienses entregaban la ciudad y rendían pleitesía y vasallaje a los reyes castellanos a cambio de conservar sus vidas, haciendas, costumbres, lengua y religión.

Lo que vino a continuación fue el incumplimiento de las capitulaciones por parte de los conquistadores y el genocidio sobre la población almeriense a la que decreto tras decreto se le fueron prohibiendo sus lenguas -árabe y romance andalusí- trajes, costumbres y religión, obligándoles a la conversión forzosa al cristianismo bajo penas de muerte, destierro, pérdidas de bienes y castigos físicos tras la creación de la institución que velaba por el cumplimiento de los ritos cristianos, la “Santa Inquisición”.

Hoy, 26 de Diciembre de 2009 las autoridades de nuestra ciudad: políticos, obispos y militares vuelven a celebrar el genocidio cometido sobre los almerienses en una clara y palpable demostración de que la “España” que nació de las cruzadas europeas contra Andalucía no ha muerto; que siguen vigentes los valores de cruzada que se implantaron tras la conquista:

- Unidad territorial forzada por la conquista militar tras el incumplimiento de las capitulaciones (tratado entre dos estados independientes, entre dos pueblos diferentes).

- Unidad religiosa en torno al catolicismo como religión de Estado, tras los decretos de conversión forzosa de musulmanes y judíos.

- Unidad de mercados que ha permitido el saqueo ininterrumpido de los recursos naturales y humanos de Andalucía en provecho de las aristocracias españolas.

- Unidad lingüística tras la prohibición de las lenguas que hablaban los andaluces y andaluzas y la imposición del castellano.

- Asimilación cultural mediante la falsificación histórica que a través de los cauces educativos y culturales nos ha hecho creer que aquellos almerienses nada tienen que ver con nosotros y que somos hijos de la conquista y la repoblación.

Esto celebran hoy las “fuerzas vivas” de nuestra ciudad, los herederos de aquellos invasores: políticos al servicio del estado surgido de la ocupación, obispos y militares, los mismos que llegaron con las cruzadas: “¡Las Cruzadas! El robo, el asesinato, el incendio, la envidia destructora, presididos por la Cruz” (Blas Infante)

Hoy, 26 de Diciembre de 2009 los almerienses y andaluces estamos en la misma situación de entonces con la salvedad de la carencia de conciencia del pueblo conquistado: leyes electorales que establecen una dictadura de facto, leyes de partidos que criminalizan las opciones revolucionarias, cierre de diarios y revistas, criminalización de minorías religiosas, tribunales políticos sin garantías jurídicas para los detenidos, torturas, terrorismo de estado, manipulación de la información, agresiones a pueblos libres, etc.

Por todo ello, desde Nación Andaluza - Almería queremos denunciar el acto totalitario que el Ayuntamiento de Almería organiza en este día y proclamamos nuestra inquebrantable voluntad de transitar libre y democráticamente por el camino de la soberanía y la independencia que nos lleve hacia la República Andaluza de Trabajadores.

¡No al Pendón, no al genocidio!

¡Viva Andalucía libre y socialista!

Almería, a 26 de Diciembre de 2009

Nación Andaluza - Almería

25 de diciembre de 2009

Este año no habrá militares en Juveándalus

Después de muchos años de protesta y repulsa por la presencia de un stand de las tropas españolas en el evento juvenil JUVEÁNDALUS, se ha confirmado que en la próxima edición este stand militarista no estará presente. A continuación emitimos el comunicado de la Coordinadora por la República Andaluza de Trabajadores.


COMUNICADO DE LA COORDINADORA POR LA REPÚBLICA ANDALUZA DE TRABAJADORES/AS DE GRANADA

“ESTE AÑO NO HAY PRESENCIA DEL EJÉRCITO ESPAÑOL EN JUVEÁNDALUS”


Desde la Coordinadora por la República Andaluza de Trabajadores/as (CRAT) nos felicitamos de que no haya sido necesario ejecutar el calendario de movilizaciones que teníamos previsto contra la presencia de un stand del ejército español en JUVEÁNDALUS. Varios compañeros de la CRAT han tenido oportunidad de comprobar la mañana del lunes 21 acompañados por la teniente alcalde del ayuntamiento de Armilla y el director de FERMASA, empresa organizadora de JUVEÁNDALUS 2009, que no había ni rastro de la presencia militar de años anteriores en esta actividad de ocio para niños y jóvenes.

A pesar de que desde la CRAT habíamos intentado contactar con las entidades organizadoras desde noviembre, recibiendo en algunos casos la callada por respuesta, y en el caso de FERMASA la negativa a proporcionarnos información, solo 48 horas antes de la inauguración de JUVEÁNDALUS 09 recibíamos una llamada informándonos de que la presencia militar había sido retirada. Hecho que han podido comprobar nuestr@s compañer@s.

Este feliz resultado no es producto sino de la lucha antimilitarista que se ha llevado a cabo durante varios años en JUVEÁNDALUS contra las actividades encubiertas de reclutamiento de jóvenes andaluces/zas llevadas a cabo por el ejército español. El año pasado compañer@s de Jaleo!!!, Nación Andaluza y ciudadanos de conciencia denunciaron a la organización del evento, su dispositivo de seguridad y Protección Civil por la actitud bochornosa ante una protesta antimilitarista y pacífica en el interior del recinto. Este año no ha sido necesario llevar a cabo acciones de este tipo.

Desde la CRAT señalamos como la lucha popular se revela como el único cámino para construir una Andalucía libre, que pasa por la constitución de la República Andaluza de Trabajadores. Manifestamos nuestra intención de estar alerta ante estas y otras actividades similares que puedan darse en otros puntos de encuentro de jóvenes granadinos por parte del ejército español.

¡VIVA ANDALUCÍA LIBRE Y DESMILITARIZADA!

Coordinadora por la República Andaluza de Trabajadores/as.

Granada, 21 de diciembre de 2009.

24 de diciembre de 2009

25 de diciembre, Día de la Lucha Popular de Liberación


En la madrugada del 25 de Diciembre de 1568, miles de andaluces, dirigidos por Abén Humeya, se levantaron en armas contra ese primigenio españolismo, el Imperio Español de los Austrias. Aquel alzamiento, que se inició en La Alpujarra y rápidamente se extendió por buena parte de las sierras andaluzas, fue una insurrección contra esos saqueadores a los que no bastándoles la conquista a sangre y fuego de nuestro país, el robo de nuestras tierras, el expolio de nuestras riquezas y la explotación de nuestros compatriotas, incumpliendo uno tras otro pactos y acuerdos internacionales, como las Capitulaciones de Granada, idearon el exterminio sistemático de nuestro pueblo, tanto físico como identitario, pretendiendo, deshaciéndose de los irreductibles y condicionando psicológica y culturalmente al resto, a través de la imposición forzosa de la cristianización, la castellanización y la europeización, asegurarse el sometimiento andaluz, así como la perpetuación de la ocupación de nuestra nación.

Sus propósitos asimilacionistas habían fracasado. Se estrello ante la resistencia de la gran mayoría de aquellos andaluces. En contraposición a la traición de parte de las antiguas élites dominantes, o sectores de las capas “cultas” y político-administrativas, que aceptaron y se vendieron, fue en las clases populares donde aquel proceso de españolización obligatoria encontró una trinchera infranqueable. De ahí que iniciasen una campaña destinada a doblegarlos y sojuzgarlos mediante el terror y la represión.

Esa política genocida, esa prohibición de poder ser ellos mismos y esa imposibilidad de vivir como andaluces libres, fue la causa de la insurrección de los mejores hijos de nuestra tierra. Los que en lugar de ser “prácticos” se levantaron por su soberanía. En vez de “adaptarse a las circunstancias” eligieron transformarla. Que antepusieron la dignidad al estómago. Que no aceptaron la opresión ni resignarse ante la dominación. Que prefirieron morir de pié, como hombres libres, a vivir de rodillas como siervos.

El 25 de Diciembre, los andaluces de conciencia conmemoraremos mucho más que un heroico levantamiento. Recordaremos y nos reafirmaremos en el espíritu infatigable e indomable, insurreccional y de lucha, que nos legaron esos antepasados y que ha permanecido vivo hasta hoy. Ese espíritu de rebeldía que ha seguido manifestándose, en distintos momentos y bajo distintas formas, durante los últimos quinientos años. El que ha estado tras cada lucha obrera y jornalera. El que encarnó Blas Infante. El que afloró un 4 de Diciembre del 77 en un grito de autoreconocimiento y combatividad.

Si en aquella ocasión, el alzamiento estuvo sostenido fundamentalmente por las masas populares de entonces: artesanos, jornaleros y pequeño campesinado, la izquierda independentista andaluza afirma que, de igual manera, hoy no serán otr@s sino l@s trabajador@s, la clase obrera y el resto de las actuales capas populares, l@s que asumiremos de nuevo el papel protagonista de la historia andaluza, llevando al conjunto de nuestro pueblo hasta la liberación social y nacional plena.

Hacemos un llamamiento a no cesar en el empeño. A seguir el ejemplo y ser dignos sucesores de aquellos para quienes una Andalucía libre no fue una frase hecha, sino la razón de su vida. Quienes estuvieron dispuestos a entregarla, no por “mejorar” las condiciones de la esclavitud, sino por romper las cadenas. Que despreciaron la paz de los cementerios y eligieron la briega por la justicia. Demostremos que tanta sangre derramada no fue en vano. Que el españolismo ha fracasado. Que a pasar de tanto y de tantos, aún hay andaluces en pié por su tierra y su libertad. Ese es el mayor tributo que podemos ofrecerles. La mejor forma de honrar su recuerdo. Por todo ello, el 25 de Diciembre, para el soberanismo andaluz, es el Día de la lucha popular de liberación.

¡Viva Andalucía libre! ¡Por la Independencia y el socialismo!

Andalucía, a 23 de Diciembre de 2009

Nación Andaluza – Comisión Permanente

http://www.nacionandaluza.info

Los gatos que no cazan ratones

Un grupo de comunistas vascos que se organiza en torno a las siglas EHK acaba de publicar un documento titulado “Sobre el partido Comunista de Euskal Herria” que refleja bastante bien las paradojas en las que se ven envueltos no sólo los comunistas vascos sino también los de Albacete. En el caso de EHK el problema nacional no es algo diferente sino algo añadido que se acumula a la perplejidad general. Si un grupo comunista no es capaz de enfocar (ni siquiera intuir) correctamente ningún problema social, la cuestión nacional los embrolla aún más.
Ni siquiera el lenguaje, los conceptos, son propios de marxistas. Por ejemplo, EHK afirma que el partido comunista es un “ariete teórico” de las masas trabajadoras. Yo siempre lo consideré -precisamente- como un “ariete práctico”. Pero en fin...

Para alguien que se denomina comunista, la cosa no puede ser más extraña: en el documento de EHK ni siquiera aparece la palabra capitalismo, por lo que la cuestión nacional no sólo ocupa el centro sino que lo ocupa todo, está hipostasiada en un limbo abstracto en donde nada parece vincularla a la “cuestión social”, es decir, a las clases sociales y a la lucha de clases. A mayor abundancia, no hay más que advertir los numerosos circunloquios con los que conceptos tales como “proletariado” o “clase obrera” aparecen sustituidos por otros, como masas trabajadoras o fuerzas populares, que casi se parecen un poco a ellos.

El núcleo de las tesis de EHK es que “Euskal Herria se encuentra en una encrucijada política”. La palabra “crisis”, algo que afecta hoy de manera tan directa al proletariado, tampoco aparece por ninguna parte. Si Euskal Herria sufre algo parecido a una crisis no es de tipo económico sino político según EHK. A su vez, naturalmente, una “encrucijada” de tipo político está ligada a la autonomía, es decir, a la estructura territorial del Estado. En eso consiste la encrucijada.

Por lo tanto, desde un principio la descripción de la situación no puede estar más desenfocada. Ni siquiera es la descripción de una situación concreta: podían estar hablando de 1983, de 1996 o de 2005. El centro de la atención de EHK lo lleva a la situación nacional. Por eso considera que “para la nación que es Euskal Herria es vital constituirse en Estado”. Yo creo que no es así y lo creo menos en alguien que se considera marxista por dos razones:

a) para Euskal Herria tan vital es crear un Estado propio, como unirse a un Estado ajeno, o seguir unida a los que ya lo está; realmente lo vital es que esa decisión la tome Euskal Herria y no la tome nadie por ella, suplantando su voluntad
b) como en cualquier otra nación, en Euskal Herria existen clases sociales; esas clases sociales tienen intereses contrapuestos; para un marxista es realmente extraño leer que si a la clase obrera vasca le interesa crear un Estado “propio”, a la burguesía vasca también le interese ese mismo Estado “propio”; creo que un Estado “propio” de la clase obrera es un Estado “ajeno” a la burguesía (y a la inversa)

No voy a entretenerme en desenmascarar las contradicciones subyacentes a la configuración política del Estado español que, por un lado, aparece como un “armazón” democrático burgués y, por el otro, se le acusa de “expulsar” a la vanguardia abertzale y socialista. Yo siempre creí que un país democrático no puede expulsar fuera de sí a un movimiento democrático (la izquierda abertzale) y a una prensa democrática (Egin, Egunkaria). Tampoco soy capaz de entender cómo es posible que un Estado (más una Constitución, más un Estatuto) se puedan calificar de democráticos a pesar de que, en realidad, todo eso no es más que un disfraz con el que se vistió el franquismo para “cambiar su aspecto”, como dice EHK. Cuando el franquismo trata de camuflarse no con un único disfraz sino que es ya el enésimo, yo me atengo al refrán castizo: “Aunque la mona se vista de seda, mona se queda”. Si realmente va cambiando un disfraz detrás de otro, ¿por qué no llamamos al franquismo por su nombre?

EHK no llama a las cosas por su nombre porque quiere introducirnos en un círculo vicioso, en un terreno definido exclusivamente por su carácter nacional “propio”, aunque -eso sí- con una argumentación envuelta en un lenguaje que casi parece marxista. Según EHK en octubre de 1917 los bolcheviques tomaron el poder para llevar a cabo la revolución democrático-burguesa. Esto es falso, pero prosigamos como si fuese cierto. En medio de su confusión lo que EHK quiere transmitir es lo siguiente:

- España es un Estado franquista disfrazado
- el Estado “propio” de Euskal Herria va a ser un Estado diferente, democrático-burgués
- aunque el “viejo nacionalismo” ha sido cómplice en la expulsión de la izquierda abertzale del Estado franquista disfrazado, su comportamiento político dentro de un Estado “propio” va a ser diferente
- conclusión: en un Estado “propio” los viejos nacionalistas van a dejar a la izquierda abertzale la manga ancha que no le han dejado en el “ajeno”

Pero el colmo del desvarío es cuando EHK considera que podría “dedicar su tiempo y esfuerzo” a constituir un partido comunista, pero, como los buenos contables, consideran que tienen que sopesar los beneficios y los inconvenientes. Lo más fantástico no es que la creación de un partido comunista pueda tener inconvenientes (para el proletariado) sino que efectivamente la conclusión final del documento es que los tiene y son tan importantes que es mejor no crear el partido comunista (de momento).

Esta aberración la fundamentan en una serie de afirmaciones que son ciertas: lo de menos es el nombre, el partido comunista no es un fin sino un instrumento, etc. Pero eso lo envuelven en medio de su característica nebulosa, esta vez aderezada con un recurso a la conocida frase revisionista del no menos revisionista Deng Xiao-ping que han maquillado un poco: “Gato blanco o negro, lo importante es que cace ratones”. Pues bien, el revisionista Deng Xiao-ping hablaba de gatos blancos y gatos rojos y lo que ni él ni EHK saben es que en la lucha de clases los gatos (blancos o rojos) no cazan a los ratones sino que los gatos blancos y los rojos se cazan los unos a los otros.
A partir de su nebulosa, EHK sigue el recorrido favorito de los revisionistas, siempre partiendo de frases (pero se trata sólo de frases) que son ciertas: la tarea de un partido comunista es agrupar fuerzas. De acuerdo, pero ¿de qué fuerzas estamos hablando? Como tantos otros, EHK habla de “un acercamiento a otros comunistas y progresistas”. De modo que cuando ellos hablan de fuerzas lo quieren decir en realidad son siglas, y aquí y ahora si algo caracteriza a las siglas es -precisamente- la falta de fuerzas. Las siglas han dedicado tantas fuerzas a agrupar siglas (a agruparse entre ellas) que se han quedado sin fuerzas. A veces hasta se quedan también sin siglas.
Sigamos con el ridículo argumento de EHK, que en realidad es una manera de argumentar muy extendida entre todos los revisionistas de Albacete y de fuera de Albacete: el objetivo de un partido comunista es agrupar “fuerzas” pero realmente la mejor manera de agruparlas es no crearlo (de momento). Si no creamos un partido tendremos éxito en agrupar fuerzas. Pero cuando lo logremos, ¿para qué necesitaremos un partido? Ya habremos conseguido el resultado que buscábamos...

Al final llega la clave en forma de interrogante tipo test del carnet de conducir: “¿Se puede pretender agrupar a las masas revolucionarias en derredor de un Partido comunista que ni siquiera ha podido aún agrupar a gentes y colectivos que se declaran a sí mismos expresamente comunistas?” EHK plantea así la pregunta para que respondamos: no, pero la respuesta que ofrece la historia y la experiencia del movimiento obrero y comunista internacional es: si. No es que quepa imaginar que las cosas puedan suceder de otra manera, sino que han sucedido y sucederán así en lo sucesivo. Si creen lo contrario, estudien la historia del partido bolchevique, sin ir más lejos.
Como tantos otros grupos EHK separa lo que califica como comunistas de lo que califica como masas y cree que los comunistas lo son por el hecho de denominarse de esa manera a sí mismos, ponerse siglas y etiquetas. Pero en mi opinión, los grupos comunistas (en Albacete y fuera de Albacete) apenas van un poco más allá del nivel que alcanzan las masas en sus luchas espontáneas. Si estoy en lo cierto, lo que sucederá es que, lo mismo que las masas, todos esos que se llaman a sí mismos comunistas, si realmente lo son, se agruparán en torno al partido comunista. Es decir, en algún momento del proceso revolucionario se convertirán en algo que antes no eran: en comunistas. Pero antes de ese momento parece difícil pensar que realmente sean comunistas; no sólo digo que no están actuando como vanguardia sino que, además, pongo en duda que estén aportando al movimiento revolucionario algo que las masas no aporten por sí mismas.

Es cierto que el partido comunista es un instrumento, pero EHK debería añadir: es un instrumento importantísimo, decisivo. Además de agrupar fuerzas, un partido comunista cumple otras funciones, que EHK menciona sólo de pasada. Un partido comunista es la vanguardia del proletariado. A veces se toma la palabra “vanguardia” como sinónimo de “dirigir” y dirigir (para los revisionistas y los anarquistas) consiste en dar órdenes (a los demás) o, lo que es lo mismo, en decir a los demás lo que tienen que hacer. Es la manera de no ser capaz nunca de dirigir nada.
Para intentar explicar el papel de vanguardia de los comunistas, que es una responsabilidad, EHK utiliza palabras cuyo significado nunca he sabido descifrar, tales como “incidir” o “referente”. Mi problema es que hablo con otros términos. Para mí la vanguardia es la que está a la cabeza de la lucha revolucionaria del proletariado, en primera línea: como suele decirse, es la que predica con el ejemplo. Por eso antes he hablado de un “ariete práctico” contra el “ariete teórico” de EHK. No dice a nadie lo que tiene que hacer sino que hace y haciendo demuestra (a todos) que es posible seguir haciendo. Para entendernos: dirigir significa dar la cara y cuando alguien da la cara es el primero al que se la parten. Lo que nunca he entendido es que los que se llaman vanguaria permanezcan con su cara íntegra mientras el enemigo de clase se ceba con la de los que no son la vanguardia. Cuando ocurre eso alguien se está haciendo pasar por lo que no es; no hace sus deberes y se dedica a “incidir”. Esa es la conclusión timorata de EHK: en lugar de crear un partido comunista, en lugar de actuar como vanguardia revolucionaria del proletariado, lo que quieren es “incidir” en la estructura existente, la izquierda abertzale, en la que “funcionamos razonablemente bien”, según dicen.

Otra frase cierta que EHK toma de Lamarck y de Engels: “La función crea el órgano”. Para el proletariado la necesidad de hacer la revolución socialista le plantea, a su vez, la necesidad de disponer de un partido como instrumento suyo de dirección. Cuando un partido está ejerciendo en la práctica la tarea de dirección, la clase obrera pone sus ojos en él como estado mayor revolucionario. Se puede decir (y se ha dicho) de muchas maneras, con frases más o menos deslumbrantes, pero al final llegamos a lo mismo: cuando hablamos de agrupar fuerzas los comunistas nos referimos a agrupar al proletariado en torno a un programa revolucionario, a una línea política revolucionaria y a una organización revolucionaria. No hablamos de otra cosa sino de fuerzas sociales. Pero sobre todo no hablamos de juntar siglas porque aquí y ahora esas fuerzas sociales no están organizadas. Es justamente esto, la desorganización, lo que está salvando al podrido régimen fascista español del desastre y esa desorganización se mantiene por muchas razones, entre otras por las siglas que vienen proliferando desde 1956 como los champiñones después de la tempestad.

Pero no se crean ustedes que EHK se va a pasar la vida “incidiendo razonablemente bien”. No. Los cambios cuantitativos se convertirán algún día en cambios cualitativos y entonces, cuando dispongamos de la suficiente “masa crítica comunista” crearemos un partido. Me parece estupendo, aunque no se si tendré la suficiente paciencia como para esperarles a Ustedes hasta entonces, por más que me prometan que lo harán en “un plazo razonable”. Pero permítanme formularles una pregunta: cuando dispongan de la suficiente “masa crítica comunista”, ¿para qué querrán un partido? ¿No sería mejor lo contrario? ¿No creen Ustedes que las masas críticas y no críticas no se van a incorporar jamás a algo que no es un partido? ¿No piensan, como yo, que lo que los obreros buscan y lo que buscarán aún con más ahinco en el futuro es justamente un partido y no un succedáneo? ¿No opinan que agrupar a los obreros en torno a algo que no es un partido es agruparles en torno a algo confuso? Es decir, ¿no creen que están Ustedes contribuyendo a confundirles y desorganizarles?

Ésa es la premisa previa de EHK, que es pura metafísica: primero una cosa (que funciona razonablemente bien) y luego la otra (el partido). Hay que demostrar a EHK “que la constitución de una estructura política nueva es más necesaria y conveniente que la actual”. Ellos preguntan: “¿Qué ventaja añadida aporta ahora la constitución de una estructura de partido que no podamos realizar con nuestra actual forma organizativa?” EHK no advierte ninguna. En fin, a estas alturas de la historia hay que demostrar a EHK que un partido es más “necesario y conveniente” que la actual sopa de siglas. Mi opinión es la siguiente: un partido es necesario ahora precisamente por esa sopa de siglas de la que forma parte EHK y de la que seguirá formando parte en el futuro porque se siente a gusto en ella.

J.M.Olarieta

Extraído de nuestro blog hermano Pueblo Aragonés y publicado en Euskal Herria Sozialista.

23 de diciembre de 2009

Nacimos para ganar

¿Recuerdan aquel programa comparativo de tópicos que emitía una televisión española? Quizá no era tan de extrañar que el camarero vasco defendiera su restaurante, mientras que al andaluz no le importara lo más mínimo. Probablemente, además, la actitud del andaluz no fuera fruto de “esencialismo” alguno ni de su “carácter gracioso”, nada que ver con los tópicos sobre los que trataba el programa, sino la consecuencia directa de algo bastante más prosaico: sus condiciones de trabajo.

Aquello, claro, era una simple anécdota televisiva. Ahora bien, si extrapolamos tal anécdota a la situación política actual, podemos encontrar interesantes paralelismos. El más importante de ellos es que, mientras que la mayoría de la izquierda vasca defiende su casa, su tierra, su “restaurante”, a la mayoría de la izquierda andaluza ya parece no importarle nada, ni su casa, ni su tierra, ni su “restaurante”, ni -en una palabra- su ideología. Así está la cosa.

Más aún: no solo ocurre tal cosa en la izquierda andaluza, sino que además podemos hablar de una actitud semejante en el conjunto de los principales partidos del Estado Español autodenominados de izquierdas que se sitúan más allá del ámbito de la Izquierda Abertzale, y especialmente en aquella coalición de partidos y personalidades independientes que naciese en el Estado Español, allá por el año 1986, con el objetivo de aglutinar a todos los partidos situados a la “izquierda del PSOE”; aquello que llamaron Izquierda Unida y de la que han ido saliendo paulatinamente muchos de sus fundadores, unos por no estar de acuerdo con la deriva reformista de la coalición, y otros -los más- para sumarse a las filas de partidos con mayor protagonismo en las altas esferas del poder, principalmente el PSOE.

Así, si algo hemos podido observar en estos 23 años, es la deriva de esta federación de partidos hacia unos postulados cada vez más desideologizados y reformistas, con la conciliación y el chalaneo con los partidos capitalistas como principal marco de referencia para su actuar político. La Izquierda Abertzale, en cambio, a pesar de sus debates internos, de sus distintas etapas histórico-coyunturales, de sus cambios a nivel de liderazgos y a pesar de otras circunstancias históricas y políticas, se ha mantenido firme en un discurso y, sobre todo, en una práctica que, en esencia, es hoy la misma que era entonces: la lucha por la autodeterminación, la organización de su acción política desde las asambleas de base, la práctica y el discurso en pos del socialismo y la defensa de los intereses económicos, políticos e ideológicos de las clases trabajadoras vascas; la reivindicación sindical de clase como estandarte de lucha, la renovación de sus cuadros a través de la constante presencias de jóvenes en sus principales puestos representativos; se han mantenido, en definitiva, firmes en la idea que el Che supiese resumir como nadie en su(s) famosa(s) frase(s) “hasta la victoria siempre (…) prefiero morir de pie que vivir de rodillas”.

Es por ello que las comparaciones, que según suele decirse son odiosas, se hacen en este caso concreto especialmente significativas: Tenemos, por un lado, a Cayo Lara, que afirma, como máxima expresión de sus planteamientos y presiones políticas al gobierno capitalista de turno, que “si Zapatero no da un giro a la izquierda” nos espera un “otoño caliente”, aunque -eso sí- sólo podrá haber Huelga General si así lo decide el sindicato amarillo Comisiones Obreras. “Otoño caliente”, pero caliente al estilo del verano en Alaska o Groenlandia, no al estilo del verano en Andalucía o el Sáhara. Pero por otro lado tenemos a Arnaldo Otegi, que en un mitin de Iniciativa Internacionalista, después de haber citado una frase de Fidel Castro acerca de la superioridad moral e ideológica del socialismo frente al capitalismo, afirmaba contundentemente que “nosotros no hemos nacido para resistir, nosotros nacimos para ganar... ¡y vamos a ganar!”. Dos frases, dos simples frases, pero que dicen tanto del carácter político de unos y otros, que, comparadas, ponen a cada cual en su sitio.

Tenemos aquí dos actitudes ante la política, dos actitudes que hacen un contraste tremendamente obvio: la actitud de que los que realmente desean ganar y, por tanto, no olvidan su objetivo, y la actitud de los que piensan que ya han perdido y que ahora únicamente se trata de salvar los muebles (eso sí: dentro del capitalismo). Los que prefieren morir de pie antes que vivir de rodillas, frente a los que prefieren arrodillarse antes que morir, porque saben que la muerte política les acecha y que difícilmente podrán esquivarla.

Pero, si hablamos de comparaciones odiosas, la cosa no queda ahí: Es bastante significativo también, por ejemplo, ver como Aminetou Haidar estaba dispuesta a morir por no besarle las posaderas a su monarca, mientras que Cayo Lara, incapaz de comprender tan enorme ejemplo, proponía que Juan Carlos I interviniera para salvar la vida de la activista saharaui. O contrasta ver como la mayoría sindical vasca convocaba una exitosa Huelga General el 21 de mayo, sin apoyo de los dos principales sindicatos españoles, mientras que el 12 de diciembre (sábado, para no molestar al patrón) estos dos sindicatos (UGT y CCOO) llevaban a Madrid a sus liberados en apoyo al gobierno, siendo incapaces además de movilizar a más de 30.000 personas en todo el conjunto del Estado para que se desplazasen hasta la capital de Reino (seguramente porque era día de fútbol y no había ganas de perderse los correspondientes partidos). Contrasta igualmente ver al parlamento cubano que lleva décadas exigiendo el desmantelamiento de la base de Guantánamo, mientras IU pidió el “Sí” a una reforma neoliberal del Estatuto de Andalucía, que no incluye ni una sola mención a las bases de Rota y Morón, ni a la profundización en la (hoy más que nunca) necesaria reforma agraria en Andalucía, ni -no digamos- a la soberanía andaluza. Comparaciones, odiosas comparaciones...

Cosas como éstas son, claro está, lo que diferencia a los que tienen dignidad política e ideológica de quienes, si alguna vez la tuvieron, se olvidaron de su existencia hace tiempo. Por eso este verano el Primer Teniente Alcalde de Sevilla, de IU, le negó un espacio público a los jornaleros del SAT tras la Marcha por la Dignidad y el Empleo (y a pesar de la deshidratación y el cansancio generalizados), mientras que sus amigos del PCE (los usurpadores de estas siglas, queremos decir) contaron con un pabellón sin el menor problema tras su manifestación del 29 de noviembre. Si trabajas en las instituciones y no en la calle, no tendrás dificultades para obtener estas cosas. Si solo gritas, pero no actúas, siempre tendrás todas las puertas abiertas. Si además de gritar, actúas, no te darán ni agua. Es lo que hay. Por eso mientras su sindicato español vende a los trabajadores, los sindicatos nacionalistas (CIG en Galicia, LAB en Euskal Herria, SAT en Andalucía, etc.) mantienen el pulso de la lucha de clases, aunque esto suponga pasar a formar parte de la lista negra de enemigos del Estado, en la cual no estarán nunca IU ni su sindicato.

Y es que IU, teóricamente, está en contra del latifundio en Andalucía. Sin embargo, recientemente ha consentido (eso sí, votando en contra) que su socio de gobierno en la ciudad de Sevilla levante una estatua en honor a lo más rancio de la clase terrateniente andaluza, causante de tanto sufrimiento y explotación histórica en el pueblo trabajador andaluz, sin plantear en ningún momento la ruptura del vergonzoso pacto de gobierno en cuestión, ni siquiera como modo de presión para forzar a su socio de gobierno a no ejecutar tal iniciativa que atenta de manera tan flagrante y a la vez tan simbólica contra el pueblo trabajador andaluz, que por tantos años ha tenido que sufrir a las Duquesas de Alba de turno, de punta a punta de la nación.

De igual modo, teóricamente, IU dice estar en contra de la Ley de Partidos (aunque Llamazares votara a favor “por error”). Sin embargo, el coordinador andaluz de esta coalición, Diego Valderas (que ahora plantea como una posibilidad el pacto con el partido de ultraderecha UPyD), amenazó de expulsión a 19 cargos electos de la CUT, y a la CUT en general, por haber firmado los avales para que Iniciativa Internacionalista pudiera concurrir a las elecciones europeas. Nada le dijo, sin embargo, a quienes firmaron los avales para que el POSI o el PCPE hicieran lo mismo: sólo a los que avalaron a la candidatura internacionalista. ¿También fue esto un error? Aunque ¿de qué puede uno extrañarse? El propio Willy Meyer, cabeza de lista de IU en esas elecciones, afirmó en El País que “como IU está en contra del terrorismo, está también en contra de esa candidatura [la de Iniciativa Internacionalista]”. Es más, Meyer dijo también que si los tribunales ilegalizaban la candidatura internacionalista, le parecería bien porque “estamos en un Estado de Derecho”. Como diría su amigo Rubalcaba, “o votos o bombas”, pero no te dejo votar. Curiosa paradoja.

Como paradójico es que IU esté en contra de la Ley de Partidos, pero a favor de que esta ley se aplique, tal cual se demuestra con lo anterior. ¿Celebrará también las expulsiones de inmigrantes que se perpetran en virtud de la Ley de Extranjería? Por si fuera poco, Meyer volvió a aparecer en el conocido diario de la multinacional PRISA, para asegurar haberse alegrado de la caída del Muro de Berlín, y definir su opinión acerca del socialismo con la tajante frase de “dictadura, ni la del proletariado”. ¿Qué pensarán de esto en Cuba? Willy Meyer tolera Rota y Morón, tolera una estatua a la Duquesa, tolera (y aplaude) que se ilegalicen partidos revolucionarios en virtud de la ley más fascista de Europa; pero cuando se trata de la dictadura del proletariado y el socialismo... entonces Meyer no lo puede tolerar, porque para él es una cuestión de “principios” (y si no le gustan, tendrá otros, según el público que lo escuche en ese momento, el auditorio para el que hable, o el diario para el que escriba).

Para nosotros, por supuesto, este artículo también es una cuestión de principios. La izquierda de los pueblos es soberanista y de izquierdas (radicalmente democrática, antimonárquica, antiimperialista, anticapitalista...); la izquierda del terrateniente se dice, a lo sumo, republicana pero -claro está- respetando a la familia real. Así lo queremos denunciar, porque esos son nuestros principios. No callar ante el izquierdismo de compra y venta.

Para colmo, los hechos políticos concretos de los últimos años demuestran que no existe un auténtico problema con la monarquía para estos (supuestos) republicanos; por eso Cayo Lara se reunió también con el rey (deben de ser amigos) para explicarle los planes de IU en pos de la III República. Curiosa manera de legitimar la figura del monarca y de concederle el rango de interlocutor válido. No en vano el republicanismo de IU salva la cabeza de Juan Carlos I, como si este siniestro personaje no fuera lo que es, porque resulta que, según dijo el Lacayo en el programa 59 Segundos, “la gente es juancarlista”. Cuando el Rey decida abdicar, sólo entonces, IU pretenderá un referéndum sobre la república. Pero entonces ¿para qué luchar contra la monarquía? Por tanto, lo mejor es simplemente esperar a que se vayan. En la misma intervención televisiva, Cayo Lara afirmó, con total claridad, que IU está ahí para pactar con el PSOE, y no con vocación de poder. Porque ellos, IU, a diferencia de la IA, no nacieron para ganar. Nacieron para pactar.

¿Es, pues, en estos parámetros en los que se definirá la famosa “refundación” de la izquierda? ¿En Andalucía esta refundación generará una unidad popular, o una unidad revisionista que agache la cabeza ante la duquesa y el rey? Al final, tal vez sea cierto que son anticapitalistas: ellos defienden el feudalismo.

En Andalucía, así como en la mayoría de los pueblos del mundo, no necesitamos una refundación de la izquierda del terrateniente, que se fundamenta en los pactos globales con Zapatero, es decir, con el mismo partido que nos introdujo en la OTAN, creó los GAL, invadió Yugoslavia y Afganistán, abarató el despido, creó las ETT's, privatizó la gestión de la universidad y un largo etcétera. Lo que necesitamos son espacios de convergencia de las izquierdas de los pueblos. Sólo así podremos llegar al socialismo, a nuestros socialismos, diversos pero basados siempre en la supresión de la propiedad privada capitalista y el establecimiento de la propiedad colectiva y de todo el pueblo sobre los medios de producción, como objetivo irrenunciable. Es decir, socialismos unidos en la heterogeneidad, y desde el respeto a las diversas soberanías nacionales y populares de los pueblos del mundo. Ese debe ser nuestro objetivo.

Porque tal vez sea cierto que en el momento histórico actual vayamos perdiendo el “partido”, pero al menos debemos tener claro que nosotros sí nacimos para ganar, y que todavía quedan por delante el segundo tiempo, la prórroga y hasta los penaltis. Estamos a tiempo de intentar, y lograr, la remontada. Porque nosotros -una vez más- nacimos para ganar, no para pactar nuestra derrota a mitad del partido solo porque el otro equipo nos vaya ganando pese a tener una plantilla más corta, mucho más corta que la nuestra. Sólo la ayuda del árbitro, que arbitra según las reglas impuestas por el otro equipo (“Estado de derecho” o marco que, desde la izquierda, mal que les pese a Meyer y el Lacayo, nunca aceptaremos ni legitimaremos); sólo la ayuda de ese árbitro podrá impedir nuestra victoria. Salvo que seamos nosotras y nosotros, cada una y cada uno de quienes escribimos o leemos este artículo, quienes, en lugar de esperar, nos organicemos en torno a algo nuevo, les hagamos claudicar y destruyamos sus podridas reglas, en la construcción de una realidad diferente. Como dijo Alfonso Sastre, seamos nosotros mismos los líderes que estábamos esperando. Nosotros mismos, porque nosotros mismos somos los que venceremos.

Ángel Velasco, Manuel M. Navarrete, Pedro Antonio Honrubia Hurtado y Antón J. Torres.

Unidad y firmeza: 70.000 personas en Gaza, festejando el 42º aniversario del FPLP


Unos 70.000 cuadros, militantes y seguidores del Frente Popular para la Liberación de Palestina y gentes de la Franja de Gaza se reunieron en el Estadio Palestina el 12 de diciembre para celebrar el 42º aniversario del FPLP, colapsando las calles contiguas y portando banderas palestinas, pancartas del FPLP y carteles de los líderes y mártires del Frente.

Desde las primeras horas de la mañana, una multitud de jóvenes y viejos, hombres, mujeres y niños viajaron desde las diferentes provincias de la Franja de Gaza y de todos los campamentos y aldeas de la ciudad para acudir a la manifestación, respondiendo al llamamiento del Frente para asistir bajo el lema de “Unidad, firmeza y resistencia. ¡Hasta la victoria!”.

El camarada Dr. Rabah Muhanna, miembro del Comité Político del FPLP y jefe del partido en Gaza, llamó a mantener y aumentar la resistencia general y, en particular, la lucha contra los enemigos sionistas, abogando por una resistencia coordinada a nivel nacional al servicio de la lucha por la recuperación de los derechos palestinos.

El camarada Muhanna hizo hincapié en que el camino de las negociaciones, desde Oslo hasta Annapolis, claramente llegó a su fin, y apostó por una declaración de todas las fuerzas palestinas para declarar la muerte de todas las llamadas “negociaciones” y al fin del llamado “período transitorio”, incluyendo acabar con toda coordinación en materia de seguridad con el ocupante.

Hizo un llamamiento urgente a la unidad nacional, diciendo que es una necesidad para la victoria y que todos los presos políticos en la Ribera Occidental y en Gaza deben ser liberados, y debe estabelecerse una unidad basada en la cuestión nacional palestina y los intereses nacionales, como respuesta a los sacrificios de miles de palestinos mártires, heridos y prisioneros: instaurar un Estado independiente con Jerusalén como capital, la autodeterminación y el regreso.

El camarada Muhanna homenajeó al pueblo palestino en la Palestina ocupada en 1948, en la Ribera Occidental, en Gaza, en los campamentos, y en todo el mundo de la diáspora y el exilio, expresando la completa determinación del Frente para luchar por la consecución de la victoria total sobre el régimen ocupante, fascista y criminal.

Esbozó la experiencia histórica del Frente en su confrontación con el sionismo, como una extensión de la lucha del Movimiento Nacionalista Árabe. Dijo que el Frente continuará por el camino de su histórica lucha revolucionaria para alcanzar la victoria y derrotar al enemigo sionista y criminal, y a los que le proporcionan su poder para agredir y debilitar al pueblo e impedir su progreso, el campo imperialista bajo el liderazgo de los EEUU.

El camarada Muhanna acabó su discurso con un llamamiento a la unidad nacional, apelando a los colores de la bandera palestina y de las distintas organizaciones palestinas: el verde de Hamas, el blanco de Al Fatah, el negro de la Yihad Islámica y el rojo del FPLP, llamando a todo el pueblo a unirse bajo la bandera nacional palestina.

Almazah Sammouni, que perdió a su familia en la agresión a Gaza de diciembre de 2008-enero de 2009, dijo: «Hoy vine aquí no para llorar por mi familia», la familia Sammouni, «que pereceron bajo el fuego y los misiles de los ocupantes como miles de mártires de nuestro pueblo, sino que vengo a declarar mi orgullo por sus sacrificios y compromiso». Hizo un llamamiento a todas las fuerzas palestinas, en particular Fatah y Hamas, para unirse bajo la bandera de la sangre de los mártires y la promesa de un futuro mejor para el pueblo y sus hijos, y para luchar para llevar ante los tribunales internacionales a los ocupantes y sus dirigentes por los crímenes cometidos contra el Pueblo Palestino.

La camarada Amna Rimawi, esposa del camarada preso Majdi Rimawi y jefe del consejo de la aldea de Beit Rima, uno de los héroes de la legendaria operación del 17 de octubre contra el extremista Ministro israelí de Turismo Rehavam Ze’evi, habló en el acto, saludando en nombre de los presos, y llamando a filas a los captores del soldado ocupante Gilad Shalit para que sigan los criterios que tienen para el canje de prisioneros, porque las familias y los prisioneros saben que su liberación solo puede llegar a través de la resistencia.

Mohammad Khalidi, un obrero palestino desempleado, habló con su uniforme de trabajo, denunciando la pobreza y el paro causado por el asedio y la ocupación. Dijo que: «Estamos aquí para demostrar nuestra firmeza obrera en la cara de la máquina de guerra sionista, el injusto acoso y el terrible desempleo.»

El acto, presidido por el camarada Hani Al-Thawabteh, miembro del Comité Central de la Franja de Gaza, y la camarada Shireen Abu-Oun, también contó con poesía, representaciones artísiticas, y decenas de mensajes de felicitaciones de los líderes da FPLP Hilda Habash, la esposa del fundador Dr. George Habash, y el Secretario General del Frente, el encarcerado Camarada Líder Ahmad Sa’adat.


La camarada Shireen Abu-Oun, el camarada Dr. Rabah Muhanna y el camarada Al-Thawabteh



La camarada Almazah Sammouni



El camarada Dr. Rabah Muhanna



El camarada Hani Al-Thawabteh



















(Información extraída y traducida al castellano desde el gallego a partir del blog Estoutras: Notas Políticas)

El Internacionalismo


El internacionalismo es un componente imprescindible del comunismo. Lo que nos divide a los seres humanos no son las naciones ni las lenguas ni las razas, es la clase social. Nosotros, los trabajadores. Ellos, los burgueses.

Y todos los trabajadores nos encontramos sometidos al sistema capitalista, independientemente de que seamos aragoneses, alemanes, pakistaníes, ecuatorianos o congoleños. El racismo y la xenofobia son una lacra para el avance de la revolución socialista mundial. Toda la clase trabajadora internacional vivimos similares situaciones de opresión social en nuestros diversos países por parte de los capitalistas. Esta opresión se da de una manera característica en cada nación, pero las diferencias entre unas y otras son ínfimas. El socialismo también debe caracterizarse de una manera especial en cada nación, pero su base internacional siempre es la misma. El "socialismo de un sólo país" no niega el internacionalismo.

Romper con el internacionalismo significa romper con el marxismo. El elemento determinante de la conciencia social es la cultura de clase (común a todos los trabajadores del mundo), la cultura nacional es sólo un complemento.

Por Jota, redactor principal de nuestro blog hermano Pueblo Aragonés.

Angustias García Parias

Traemos aquí unas notas en relación a la conservación de la casa de Blas Infante en Coria del Río, a colación de las últimas denuncias sobre su ocultación física e institucional por parte de la Junta de Andalucía:

"Ella nos contaba, cuando fuimos mayores, cómo, bebiéndose las lágrimas y tragándose su amargura, que procuró que no nos faltara de nada acordándose siempre de sus deseos de cuando le tenían preso".
"Mi madre fue vendiéndolo todo lo que era patrimonio suyo (...), pero jamás consintió deshacerse de la casa de Coria del Río que con tanto cariño él había hecho (...). Consideraba esta casa como su tumba. No cortaba las flores del jardín hasta que no estaban secas, considerando que, como no tenía tumba donde llevarle flores que sean éstas las suyas. Eso sí, se levantaba muy temprano, para coger los jazmínes con el rocío de la mañana y los ponía delante de los retratos que teníamos esparcidos por toda la casa".
"Y defendió la Casa como una leona", Mª Luisa Infante.
Fuente: Blas infante. Toda su verdad, Enrique Iniesta, Almuzara, Córdoba, 2007
Imágenes: Angustias en su Primera Comunión; retrato al gusto de la época; y un par de imágenes familiares.
Fuente: Blas Infante. Vida y muerte de un hombre andaluz, J.L. Ortiz de Lanzagorta, Fundación Blas Infante, Sevilla, 1979 (3ª edición, 2000)

ALGUNAS de las ANOTACIONES de ANGUSTIAS en su AGENDA DOMÉSTICA:














Anotación de cuando milicianos de la Confederación Nacional de Trabajadores (CNT) van a la casa de Coria, Dar Al Farah, Villa Alegría, a requisar sus armas, meros objetos de decoración:

JULIO
Domingo 19. Stas. Justa y Rufina, vgs. y mrs.
"De 2 y ½ a 3, vinieron tres hombres con escopetas a recoger las armas. Se llevaron la Pistola con su cargador y municiones. Dicen que eran el principal el de Pinales, un sobrino de Pande y otro que dicen se llama Camarón."


Anotación sobre la detención de Blas:

AGOSTO
Domingo 2. Nuestra Señora de los Ángeles.
"Empezando a tomar la cuenta de la plaza estaba cuando llamaron a la puerta principal y se presentaron por la falsa al ir a abrirla. El Sargento Crespo de Falange y otro y la casa rodeada. Llévanse a Blas. Se lo llevaron así como el aparato de radio y el altavoz a las 11 y 1/2 de la mañana de hoy. Los aparatos volvieron pero él no."






Anotación de Angustias en el reverso de una fotografía de Pedro Parias, primo de la propia Angustias y sobrino de Pedro Parias González, Gobernador civil franquista de Sevilla:

CASTELLANO
Fotógrafo
Todos dicen es éste el causante de su muerte

Artículos relacionados:
-Blas Infante
-Casa de Blas Infante en Coria del Río
-Condena a muerte de Blas Infante
-Fallece María Luisa Infante
-La Casa de la Tristeza
-Peñaflor Andalucista

(Artículo extraído del blog amigo Universo Andalucista)
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