30 de julio de 2011

Badolatosa andalucista

Universo Andalucista
30/7/2011
Andalucía


El municipio de Badolatosa fue otro de los numerosos que se adhirieron a la Asamblea de Córdoba, conservándose en el Archivo de la Diputación Provincial de Sevilla, con el oficio nº766 del Negociado de Secretaría, la carta de su ayuntamiento designando al alcalde Manuel Cuadrado Cano como representante local en la Asamblea.


Esta localidad se hizo famosa cuando, a finales de los años 80, su alcalde Juan Antonio Romero "El Comandante" y su equipo de gobierno fueron objeto de una campaña mediática de desprestigio y difamación, por la que nunca nadie pidió disculpas desde ninguna portada. El diario ABC afirmaba las relaciones que Juan Antonio Romero mantenía con la coalición independentista vasca Herri Batasuna (HB) o con el gobierno de Libia, liderado por Muammar el Gadafi. Asimismo, el mismo diario afirmaba que Badolatosa era "una base logística de ETA en el corazón de Andalucía".


El 6 de enero de 1987, ABC emitió una nota de disculpa, siempre con esa manera tan peculiar que tienen de hacerlo:

"No ha hecho ABC ninguna acusación concreta sobre la eventual presencia de ETA en el pueblo sevillano de Badolatosa. Nuestro periódico se ha limitado a hacerse eco de una serie de denuncias de lectores sevillanos que conocen aquel pueblo y que señalaban en él circunstancias extrañas. Reporteros de ABC comprobaron en Badolatosa algunas de éstas circunstancias. Ni una sola de las afirmaciones concretas de ABC han sido desmentidas. Están contrastadas. No afirmamos pues que ETA o Herri Batasuna estén instaladas en Badolatosa, ni siquiera como asesores de operaciones subversivas en Andalucía. Sí afirmamos que existen indicios suficientes y circunstancias extrañas para que las autoridades efectúen una investigación seria sobre las actividades nacionales e internacionales del alcalde y algunos de sus partidarios. En enero de 1984 ABC se hizo eco de denuncias sobre la relación de ETA con la empresa francesa Sokoa. Se desmintieron oficialmente las denuncias -de las que nuestro periódico no hizo otra cosa que hacerse eco- y se produjo una querella contra ABC. Hace dos meses la Policía francesa descubrió un arsenal de armas de ETA en los almacenes de aquella empresa, incluidos misiles Sam-7 que pueden ser manejados por un solo hombre y derribar un avión o un helicóptero. No nos parece probable que ésta sea la situación de Badolatosa. Sí podría ocurrir que se pretenda organizar por algunos desde aquel pueblo maniobras dudosamente constitucionales que afecten a Andalucía. Herri Batasuna, algunos de cuyos dirigentes han visitado el pueblo, puede sin duda aportar su gran experiencia en este sentido."

17 de julio de 2011

Sobre el internacionalismo proletario

CCAS/BR
22/1/2008
Castilla/Estado Español

¿Qué es el internacionalismo?

En primer lugar, al hablar de internacionalismo tenemos que hablar de naciones, es decir, tenemos que hablar de la existencia de las naciones. Las naciones no son algo idealista, ni algo artificial, son un ente social que existe y se desarrolla a través de los tiempos, y que también tiene unas características concretas. Consideramos naciones las comunidades estables de personas que comparten un idioma y una cultura a través de un desarrollo histórico en el tiempo, que también comparten un territorio y unas relaciones económicas, lo que hace de estas sociedades unas comunidades psicológicas cohesionadas y diferenciadas unas de otras. Esta psicología se ve predeterminada por la acumulación de procesos y experiencias históricas ocurridas material y objetivamente a través de la Historia. Por todo ello, las naciones existen, y por su existencia, no pueden ser obviadas a la hora de hacer política.

Estas características se relacionan en distintas medidas. Así, habrá naciones distintas que compartan lengua, otras cultura, otras parte de lengua y parte de cultura. Hay distintas naciones que comparten un mismo idioma, como sucede con el castellano o el inglés, muy esparcidos por el mundo, pero forman comunidades psicológicas distintas. Esto se debe a un desarrollo histórico diferente, producido por la ruptura entre imperios feudales y burguesía liberal creciente; así como la independencia de las colonias europeas en América, se produjo por la agudización entre dos poderes, uno débil y emergente que representaban los intereses de la burguesía naciente ante el poder imperial absolutista, y otro fuerte pero en descomposición, como era el Antiguo Régimen que entorpecía las fuerzas productivas en Europa y América. Esta lucha de gran importancia histórica produce comunidades psicológicas distintas, resultantes de unas relaciones entre colonia y metrópoli que a la vez que se retroalimentaban, se excluían y terminaban chocando y enfrentándose.


El término nación ha cambiado a lo largo de la Historia. Siendo la nación, asimismo, no inherente a los cambios producidos en torno a la estructura económica y a la superestructura política, se ha pasado desde ser en el Medievo una significación puramente diferenciadora de idiomas y sitios de origen adoptado en las universidades para identificar a sus miembros en grupos, a ser el garante y modo de una superestructura de los modernos Estados burgueses, nacidos de las revoluciones burguesas de mediados del siglo XIX contra el feudalismo y el Antiguo Régimen como poder político, una vez superadas por la revolucionaria práctica, entonces, del capitalismo. De este modo, el término nación en la época de las revoluciones burguesas, viene unido al nuevo Estado burgués. es decir, lo nacional se identifica con la lucha de la burguesía contra el feudalismo, tomando la nación por bandera para afianzar las nuevas formas de Estado conforme a las nuevas leyes que rigen las relaciones de producción y, por tanto, las formas de la explotación. La época de la burguesía nacional que arrastra tras de sí al campesinado a luchar contra el campesinado por el bien de la nación, consistía en el control por parte de los primeros de los mercados interiores, requisito previo para la exportación de capitales y para el posterior desarrollo del imperialismo y del capitalismo monopolista.

La nueva Nación-Estado de la burguesía, por el contrario, no resolvería el problema nacional internacionalmente hablando, ya que el desarrollo de esta burguesía nacional terminó en el imperialismo. Hoy en día, conocemos naciones divididas en varios estados (Corea, Catalunya, Euskal Herria, Irlanda...), estados plurinacionales (Rusia, España) o simplemente estados nacionales.

En torno a la llegada del capitalismo también hay que reseñar que la nación, bajo éste, es un ente dialéctico en el que se confrontan diversas clases sociales en el marco de las relaciones de producción, las fuerzas productivas y los medios de producción. Como hemos dicho, el término o acepción de nación ha cambiado a lo largo de la Historia, las naciones también, no siendo éstas nada absoluto, tienden a desarrollarse e incluso a desaparecer, como tantos pueblos han desaparecido a lo largo de la Historia por desgracias, por luchas internas o por la acción de imperialismos que administraban una forma de vida acorde con su dominación y que chocaban frontalmente con las prácticas cotidianas de los pueblos más débiles.

¿Dos clases de internacionalismo?

La explotación capitalista de unas personas sobre otras, con su desarrollo, fue abarcando frentes más amplios hasta llegar al desarrollo del imperialismo. El imperialismo fomenta ya no sólo la explotación de unas pocas personas sobre la mayoría dentro de una misma nación o Estado, sino que traspasa las fronteras nacionales burguesas y se convierte en explotación directa de unas pocas naciones-estado sobre la otra mayoría de naciones. Es una alienación política y económica, que sin duda, pertenece al terreno de las relaciones internacionales. Es el llamado internacionalismo imperialista o burgués. En contraposición a éste, y con el auge del movimiento obrero, nace lo que llamamos internacionalismo proletario, es decir, el internacionalismo de los oprimidos del planeta.

El internacionalismo proletario se basa, ante todo, en la lucha contra el capitalismo, quiere unificar la lucha del proletariado de todas las naciones, ya que al ser el capitalismo transnacional e inherente a las fronteras marcadas por sí mismo, la lucha del proletariado, adaptada a las nuevas condiciones materiales del capitalismo, toma este terreno como un terreno de lucha necesario e imprescindible. 

La organización del proletariado en torno a la lucha contra el capitalismo en sus propias naciones, en pos del desarrollo de la República Popular Mundial, es el máximo exponente del internacionalismo proletario en la lucha contra el capitalismo.

La base del respeto y de la igualdad entre distintas naciones es el resultado de extrapolar las contradicciones que genera el capitalismo dentro de las naciones al nuevo marco del imperialismo. Así, recordamos las frases de Marx en las que decía que, al igual que desaparecería la explotación del hombre por el hombre, también iría desapareciendo la explotación de una nación por otra. Como ejemplo, podemos decir dos tipos de casos: uno, el de la Revolución Rusa, en el que el triunfo de la revolución en el país imperialista supuso la exterminación del problema nacional en un primer momento; y por otro, la lucha de liberación nacional en Vietnam supuso la liberación de una colonia en la que el país imperialista no se encontraba en un periodo revolucionario. En estos dos casos, vemos que la cuestión de la liberación nacional en torno al capitalismo no se trata de un dilema entre si lo primero es el huevo o la gallina, es decir, la liberación nacional revolucionaria de un país oprimido o la revolución de un país imperialista, siendo estas circunstancias subyugadas al desarrollo.

Internacionalismo vs. chovinismo

En un mundo dividido por clases sociales, absolutamente todas las ideas y acciones del ser humano tienen un claro carácter predeterminado de clase. La cuestión nacional y el posicionamiento ante tal cuestión requiere ser abordado en lo concreto y en su desarrollo, el cuestionamiento de este problema en abstracto sería obviar el carácter de clase de la cuestión, lo que solo beneficia a la burguesía, que por ende, se desarrolla tendenciosamente hacia el imperialismo. Ante la cuestión nacional hemos de tomar posición de clase, ya que si no tomaremos la posición de la clase burguesa y eso no beneficia al principio de la autodeterminación de los pueblos. La base del desarrollo del imperialismo, es el primigenio capitalismo, el capitalismo por su carácter de acumulación de cada vez más capital en cada vez menos manos se desarrolla hacia el imperialismo. Para ello, se sirve de los métodos del Estado creados por ellos mismos: cuando se encuentra en graves problemas dentro del Estado devenidos de la contradicción entre las clases scoiales, utiliza la represión y el fascismo, cuando estas contradicciones se vuelven entre los países imperialistas o entre los países imperialistas y las naciones oprimidas, se recurre a la guerra.

Ante una sociedad dividida en clases, con las diferentes políticas de cada clase que defiende los intereses de una o de otra, se pueden tomar dos actitudes ante la cuestión nacional: una chovinista y otra internacionalista. La chovinista es la que apoya a la burguesía, la que a veces tiene destapados los intereses de clase y otras veces se deja ver de forma ambigua y abstracta, lo que solo beneficia a la burguesía. Apoyar el chovinismo es apoyar los intereses de las burguesías nacionales, que se atienen a las leyes económicas del capitalismo trasladadas a la política. Es decir, apoyar al chovinismo es apoyar al imperialismo; apoyar a la burguesía nacional es apoyar su desarrollo y devenir en el imperialismo, por lo que una posición chovinista nunca puede ser internacionalista si no es de una forma hipócrita y falsa.

La posición internacionalista pasa por la lucha de clases dentro de una nación, por tanto, no puede haber proceso de liberación nacional sin posición de clase. Habla de liberación nacional hipócritamente quien esgrime la lucha de la liberación nacional y no tiene posicionamiento de clase, porque sólo está permitiendo el desarrollo de una nueva burguesía o la pervivencia de una vieja burguesía cuyo desarrollo es el desarrollo del imperialismo, por lo que en lo general esta gente no luchará por la liberación nacional de los pueblos en sentido general, sino que seguirá perpetuando las condiciones para que siga la opresión de los pueblos. Por eso, el internacionalismo empieza por la lucha de las naciones contra el capitalismo, esa y no otra es la mayor demostración de solidaridad con los pueblos del mundo y para con nuestro propio pueblo.

Los nacionalismos burgueses de Alemania o Italia, con su lenguaje de populismo nacional, desarrollaron guerras imperialistas de reparto del mundo, del reparto de las naciones oprimidas; por el contrario, la lucha revolucionaria en Rusia exigía un programa de liberación nacional, no hacer eso habría supuesto no oponerse al imperialismo de las castas dominantes rusas, habría sido apoyar la opresión económica que se refleja en la opresión cultural y de poder popular de sus verdugos. Lenin, entre otros, entendió desde una posición de clases que la lucha de clases en Rusia pasaba por la posición de clase ante el problema nacional, y ello daba la conclusión de que para realizarse una verdadera revolución socialista en Rusia, el derecho de las naciones a la autodeterminación debía ser un punto incuestionable, no hacerlo era tomar una posición chovinista y, por ende, imperialista.

Por otro lado, los frentepopulistas franceses erraron en su política ante la cuestión nacional, pues ni en Argelia ni en Indochina tomaron una clara posición de clase, ya que de hecho se siguió la política imperialistas, no denunciando la opresión nacional de los imperialistas franceses, creyendo que el internacionalismo primeramente pasaba por la "unión" entre los obreros del mundo, tomando los marcos imperialistas de la opresión y extendiendo políticamente el carácter económico de la burguesía, no dándose cuenta de que toda estructura imperialista se apoya en una superestructura muy conflictiva en el imperialismo. Los izquierdistas de Francia no se posicionaron de una manera de clase, utilizaron un lenguaje "revolucionario" y administraron una política que se oponía a la liberación nacional en general. Debido a ello, hoy en día Francia sigue siendo un país imperialista de primer orden.

Sobre la República Popular Mundial

Contradicciones hay entre naciones y también entre clases. Para resolver la manera en que en cada una se determina la transformación, hay que mirar en el interior. Principalmente, las contradicciones se resuelven interiormente, los aspectos exteriores influyen mas no determinan. El problema del imperialismo es un problema mundial, se da a escala mundial, los imperialistas radican en las naciones, y esto produce que el desarrollo del capitalismo sea desigual y como regla general, se atenga a las particularidades por diversos factores, que pueden ser territoriales, geográficos, tecnológicos, históricos, etc. Por lo tanto, las condiciones del capitalismo, en su esencia iguales en todo el mundo, en lo concreto se desarrollan particularmente en cada nación y en cada estado, por ello, vemos que la contradicción general tiene sus matices encontrados en la particularidad. Por ello, el trabajo en la interioridad de la contradicción es el trabajo eficiente y real que se atiene a la materialidad y la práctica cercana, real de las cosas en las que se pretende incidir. Para cambiar el mundo se ha de incidir en la práctica, y para incidir en la práctica hay que interpretarla correctamente y estar en contacto con ella, de otra manera, todo sería ilusorio, tendría más que ver con la observación del mundo que con la acción transformadora del hombre. El materialismo y la dialéctica no se tratan del análisis abstracto y retraído del mundo, no se trata de ver los toros desde la barrera, se trata de torearlos habiendo analizado previamente su acción; por ello, el materialismo dialéctico se basa en la acción práctica del hombre como el sitio fundamental de interpretar la realidad y así, mediante ella, poder transformarla.

El marxismo influyó en todo el mundo como el sistema de concepciones de Marx guiado por el materialismo histórico, el materialismo dialéctico, la economía política y el socialismo científico. Su huella alumbra e ilumina a las distintas generaciones de trabajadores del mundo. El marxismo alumbra a la revolución, pero ésta se determina en las propias naciones donde las clases oprimidas toman conciencia y desarrollan la transformación de la sociedad. Así ocurrió en Rusia, en China o en otras partes del mundo.

15 de julio de 2011

Leopoldo del Prado, presente en la memoria, presente en la lucha

Antonio Torres "Antón"
Para Kaos en la Red
15/7/2011
Andalucía

El pasado miércoles 6 de julio tuvo lugar en la Sala de Grados de la Facultad de Derecho de la Universidad de Málaga un emocionado y muy sentido homenaje al gran dirigente comunista malagueño Leopoldo del Prado, con motivo del segundo aniversario de su fallecimiento. En su recuerdo, y con el fin de que figuras de la talla de Leo no se olviden nunca y su obra sirva para iluminar un presente y un futuro de lucha, se escribe este modesto y sincero artículo.

El gran comunista andaluz Leopoldo del Prado, fallecido en 2009

Su imagen era inconfundible: sus gafas, su bigote, sus botines, su chaleco, y ese vozarrón reflejo de su fuerte y poderosa personalidad, tan poderosa que hasta sus silencios, sus meros gestos eran capaces de conseguir la leal y sincera atención. Leopoldo del Prado, Leo, siempre acarreando esa maleta enorme donde se podían mezclar de forma natural la legislación laboral con el último comunicado del PCPE o de cualquier partido u organización comunista de cualquier parte del mundo, murió la tarde del lunes 13 de julio del 2009, pero jamás se fue de nuestros corazones, de nuestras mentes, y de los recuerdos ya imborrables de quienes con él compartimos trinchera en la lucha por una Humanidad libre de explotación y opresión.

Hablar de Leopoldo del Prado, para mí, es hablar de un maestro, de una persona que me ha enseñado a pensar, a comportarme, a sentir y a vivir como un comunista. Aún recuerdo la frase que me dijo en una ocasión y que jamás olvidare: "Antón, hasta de la persona que tú creas más estúpida siempre puedes aprender algo", justamente eso es lo que define a un buen maestro: no sólo su capacidad de enseñar de una forma unilateral y unidireccional, sino de enseñar aprendiendo, y Leo enseñaba aprendiendo, en realidad, estuvo toda su vida aprendiendo para enseñar, para compartir.

Pero sobre todo, hablar de Leo es hablar de una trayectoria de lucha intachable, de la historia viva y real del movimiento comunista en Andalucía, en el Estado Español, y en el mundo de los últimos 40 años aproximadamente. Hablar de Leo es hablar de una persona que tuvo la extraordinaria y nada fácil capacidad de mantenerse en sus principios comunistas y marxistas-leninistas sin la menor señal de sectarismo o estúpida arrogancia. Por eso mismo, Leo fue un militante comunista de una pieza, de firmes y vigorosos principios, sin miedo a decir lo que pensaba, como él mismo me dijo: "Yo en los Comités Centrales del PCPE digo lo que pienso y punto", o cuando contaba las anécdotas, llenas de ese humor ácido que rozaban a veces el absurdo, de sus discusiones con dirigentes soviéticos a los que les decía a la cara lo que pensaba, les gustara o no, en una época en que estos dirigentes se paseaban por el mundo entero creyéndose portadores de la única y verdadera teoría y práctica revolucionaria posible. Leo era una persona de principios, y cuando veía que esos principios se traicionaban o se vendían, reaccionaba consecuentemente.

Ser consecuente con sus principios le llevó, como no podía ser de otra manera, a organizarse en la clandestinidad, a ser detenido y a pisar las podridas cárceles del fascismo español, por eso mismo, y como se ha recordado en muchas ocasiones, Leo se tuvo que examinar de algunas asignaturas de la carrera de Económicas en la cárcel. Leo destacó como azote antifranquista en el frente estudiantil y como organizador del PCE y de las CCOO, a principios de los 70 del siglo pasado, en una Málaga que empezaba a despertar de una terrible pesadilla, de ese mal sueño de sangre, dolor, silencio y humillación en la que cayó un frío febrero de 1937, cuando las tropas de esa mala bestia llamda Queipo de Llano entraron por sus puertas.

Más tarde, tras la muerte de Franco, destacó consecuentemente en la crítica a la dirección del PCE, deseosa de asentar cómodamente al Partido en las instituciones del nuevo régimen postfranquista. Toda esa institucionalización del Partido suponía una traición a los principios por los que Leo se había jugado el pellejo, un auténtico desarme político e ideológico de gran parte del movimiento obrero y popular del Estado Español que había confiado ciegamente en el PCE. Leo se opuso la Constitución española de 1978, una Constitución que establecía una monarquía con un rey nombrado por Franco, que negaba la restauración republicana, que no respetaba el derecho de autodeterminación de los pueblos y que consagraba el modo de producción capitalista y la propiedad privada de los medios de producción, en definitiva, una Constitución hecha a medida del gran capital español. Como Leo solía explicar al respecto, si aprobaron la Constitución de 1978 fue por el chantaje al que sometieron a los pueblos del Estado Español dándoles a elegir entre una monarquía constitucional o una dictadura militar.

Esa misma actitud crítica que Leo tuvo frente a la Constitución de 1978 también la tuvo en la llamada "cuestión andaluza", cuando el PCE no se planteaba para Andalucía el más mínimo reconocimiento político, forzando en 1977 tras el 4 de Diciembre y el clamor por un verdadero autogobierno andaluz, sus posiciones.

A pesar de todo, y con los carrillistas enfilándole, Leo consiguió ser candidato a alcalde por el PCE en Málaga en las primeras elecciones municipales postfranquistas, en 1979, en una campaña electoral memorable, la famosa "campaña de los enchufes". Leo solía contar aquella experiencia con emoción, como reviviendo la ilusión de aquellos momentos ya lejanos. El resultado no pudo ser mejor: el PCE obtuvo 7 concejales, formando gobierno con el PSOE y el antiguo Partido Socialista de Andalucía, el actual PA. Leo consiguió ser así el primer Teniente de Alcalde, comunista, de la Málaga postfranquista. Sin embargo, las contradicciones se hacían cada vez menos conciliables y más evidentes, la situación era insostenible y terminó con la expulsión de Leo y de la camarada Gloria Fernández del PCE. Tras esta expulsión, alrededor de 500 militantes del Partido en Málaga se dieron de baja en solidaridad con Gloria y Leo. Como él mismo siempre señalaba, quienes le expulsaron del PCE hoy están en el PSOE, bien acomodados en instituciones locales y autonómicas. La famosa "campaña de los enchufes" del PCE en Málaga de 1979, en referencia a los "enchufes" que había que "desenchufar", en clara referencia a la corrupción municipal con la que se pretendía acabar y que tanto entusiasmo popular despertó, acabó finalmente con el PCE "desenchufando" a concejales comunistas honrados y "enchufando" a "los de siempre", como en el franquismo.

A raíz de esta expulsión, Leo participaría en el denominado Movimiento para la Recuperación del PCE, una plataforma que se encargó de agrupar al creciente número de elementos críticos de izquierda expulsados del PCE. Esta plataforma, junto al PCEU (Partido Comunista de España Unificado), el PCC (Partit dels Comunistes de Catalunya) de Pere Ardiaca, y las Células del PCE dirigidas por el histórico Pepe Satué, junto a un buen número de militantes denominados "prosoviéticos" expulsados del PCE y encabezados por el también histórico Ignacio Gallego, llevaron a cabo el conocido como Congreso de Unidad de los Comunistas en enero de 1984, dando lugar primeramente el PC (Partido Comunista, conocido popularmente como el "pe cé punto"), y ya finalmente en el año 1986, al Partido Comunista de los Pueblos de España (PCPE). De todo aquel proceso, fue Leo no sólo testigo sino protagonista activo, como igualmente, fue protagonista en 1985 de la fundación del Partido Comunista del Pueblo Andaluz (PCPA), fruto de la confluencia en Andalucía del PC "punto" y del denominado Frente Leninista de Andalucía, junto a sectores críticos, también llamados por la prensa como "prosoviéticos" del PCA (Partido Comunista de Andalucía). Leo siempre formó parte de las direcciones tanto del PCPE como del PCPA prácticamente desde su creación y hasta su muerte.

Sin duda alguna, la labor incansable de Leopoldo del Prado, sin desmerecer la de otras personas, ha tenido muchísimo que ver en el fortalecimiento del PCPE como partido comunista. En el plano internacional, el PCPE le debe a Leo mucho de la relevancia que ha adquirido.

Igualmente, si por algo también ha destacado Leo políticamente es por la búsqueda de la unidad de la izquierda revolucionaria y combativa andaluza, por la búsqueda de un referente unitario de izquierdas, transformador y defensor de los derechos nacionales de Andalucía. Prácitcamente, podemos decir que Leo ha recorrido la geografía andaluza de norte a sur y de este a oeste en reuniones con diferentes organizaciones políticas andaluzas de izquierda. Habrá quien piense que todas esas reuniones, que todas aquellas plataformas políticas que fueron surgiendo y que, lamentablemente, acabaron desapareciendo, fueron un fracaso y una pérdida de tiempo, sin embargo, personalmente, de Leo aprendí que siempre valía la pena intentarlo, por muy difícil que pareciera, por muy condenado al fracaso que pareciera. Buscar la unidad en Andalucía valía la pena y lo sigue valiendo, y no porque sí, no por adorar el concepto de unidad en sí mismo sino porque es una necesidad vital para la clase obrera y los sectores populares andaluces el contar con ese referente político unitario. Como él mismo solía decir una y otra vez: "es una cuestión estratégica", y es que Leo creía firmemente que la lucha por los derechos nacionales de Andalucía debía servir de pegamento de la izquierda revolucionaria andaluza, con todas sus consecuencias políticas. Quién sabe, muy posiblemente, si algún día surge en esta Andalucía un referente político unitario, será de las cenizas de aquellos fracasos. Como siempre, Leo dio ejemplo al respecto encabezando en 2007 la lista del Bloque Andaluz de Izquierdas (BAI) a las municipales por Málaga, aun a pesar de mil dificultades y de mil discusiones tensas, y como no, de estar ya su salud tocada.

Lo mismo que hemos dicho en lo político, lo podemos aplicar al plano sindical, sin lugar a dudas podemos calificar la intervención de Leo en el proceso de conformación del Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT) como crucial y fundamental, no es exagerado, es así, y quienes en septiembre del 2007 nos dimos cita en la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla en la Asamblea Constituyente del SAT, así lo habremos de admitir.

Hace dos años murió un gran comunista, una gran persona, alguien con el que tuve muchísimas coincidencias y encuentros, y también desencuentros, alguien con el que milité en el PCPA-PCPE, en el SAT, en el BAI o en Asamblea de Andalucía, una persona con la que organicé no sé cuántas manifestaciones, charlas o encuentros. Jamás olvidaré los debates que tuve con él, ya fueran sobre la situación del movimiento comunista internacional, sobre la construcción del socialismo en los años 20-30 en la URSS o sobre la cultura andaluza, que por cierto, a nadie se le olvide tampoco que Leo fue un gran entendido en flamenco. Hace dos años murió una persona cuya figura y talla debe ser reconocida como referente político de primer orden del movimiento comunista y revolucionario en general en Andalucía y el mundo entero, no exagero ni una pizca. Pero también murió un gran ser humano, una buena persona, íntegra, con un sentido del humor ácido, irónico y muy muy inteligente, solidaria, culta, luchadora, tenaz y optimista.

La clase obrera y los pueblos que luchan por su liberación no pueden permitirse que la muerte de luchadores de la talla de Leo supongan un olvido, es una cuestión de principios, es algo elemental. En estos momentos de grave crisis del capitalismo, ejemplos de dignidad y honestidad en la lucha como los de Leo han de estar presentes no sólo en la memoria, sino, más importante aún, en la lucha. No olvidemos nunca que la memoria y el recuerdo deben ser un arma para luchar en el presente y conquistar el futuro que Andalucía, los pueblos y toda la Humanidad trabajadora se merecen.  

4 de julio de 2011

Desalojan la sede en Jódar del SAT

SAT - Unión Local de Jódar
Kaos en la Red
3/7/2011
Andalucía

En torno a las 18:00 horas, y sin previo aviso, los agentes municipales han entrado en las instalaciones del Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT) de Jódar y se han llevado todo tipo de enseres que se encontraban en el lugar. Han secuestrado los ordenadores y todo tipo de material (incluso megáfonos) que había en el interior del local del SAT. Estos enseres han sido llevados a dos camiones, sin que, de momento, los responsables locales del SAT sepan ni hacia dónde se los han llevado ni qué uso harán de ellos.

Cuando el segundo de los dos camiones permanecía en la puerta del local se concentraron más de 100 personas para impedir sus salida. Entonces, Kaos en la Red contactó telefónicamente con el responsable del SAT galduriense, Andrés Bódalo, el cual confirmó la gravedad de la situación y denunció públicamente lo que considera "un atraco a mano armada del gobierno municipal del PSOE al Sindicato Andaluz de Trabajadores", unos hechos que ha calificado como "los más graves de los que se tienen recuerdo en Jódar desde que llegase la supuesta democracia".

Una vez más, el PSOE y sus lacayos, sus perros guardianes, atentan contra el SAT, algo que ya es habitual en todos los rincones de Andalucía donde el SAT tiene presencia, y que ahora se está volviendo a repetir en Jódar. El PSOE, como siempre, al servicio del capital y contra el sindicalismo de clase. En pocas palabras: una vez más contra la clase trabajadora, demostrando quiénes son y a qué intereses sirven. El Comité Provincial del SAT en Jaén difundió este comunicado, en relación a la operación represiva que sufrió la sección galduriense del Sindicato:

El Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT) de la provincia de Jaén quiere poner de manifiesto su preocupación por la amenaza del nuevo alcalde de Jódar, José Luis Hidalgo, de desalojar la sede, de propiedad municipal, en la que la Unión Local del SAT desarrolla su actividad en el municipio desde hace años. Consideramos que, a falta de cualquier justificación razonable, esta iniciativa responde meramente a motivaciones políticas y a un intento de dinamitar la principal estructura de organización de los trabajadores y trabajadoras en Jódar, así como uno de los principales agentes sociales del pueblo.

Además, esta amenaza supone un intento de provocación y de creación de un conflicto totalmente innecesario en el pueblo. Lamentamos y denunciamos esa forma autoritaria y camorrista de ejercer el poder por parte del nuevo alcalde del municipio, y declaramos que: considerando que las razones para el desalojo son las expuestas y ninguna otra que pueda justificarse en beneficio de nuestro pueblo, el SAT, sin caer en provocaciones, no tiene la menor intención de abandonar el local ni de someterse a los intentos de desarticulación del movimiento social en el pueblo. El alcalde sabe que el SAT no se rinde a los poderosos y oligarcas, y por eso es tanto más lamentable su obsesión por la confrontación y por crispar el ambiente. 

3 de julio de 2011

Thomas Sankara vive

Thomsank.net
9/11/2006
África

El recuerdo de Thomas Sankara permanecerá eternamente en la memoria de África. Con sus palabras y sus actos respondió exactamente a la situación histórica que vivía su país.

Definió perfectamente las condiciones y emprendió valientemente las acciones necesarias para responder. Estos dos rasgos: la clara consciencia y la acción resuelta, unidas de forma excepcional en un líder que los pueblos raramente tienen, eran tan inadmisibles para los poderes que se ejercían sobre África, que una despreciable conspiración, que utilizó el rencor de los suyos para eliminarlo, vino a poner fin a su empresa. La conjunción de ambiciones rastreras y mezquinos intereses privó a Burkina Faso de la oportunidad histórica que el destino le había brindado.

Pero lo que nunca podrá borrarse son las palabras del presidente Sankara, que resuenan mucho más allá de Burkina Faso. Desde su desaparición, África se sumió, todavía más, en los males cuyas causas había descrito Thomas Sankara. Sus observaciones siguen siendo totalmente actuales:

"Hay que proclamar que sólo podemos sanear nuestros pueblos si volvemos radicalmente la espalda a todos los modelos que los charlatanes de todos los pelajes han intentado vendernos durante 20 años. No podemos conseguir ese saneamiento fuera de dicho rechazo. No conseguiremos el desarrollo si no ponemos en práctica la ruptura.

Además, todos los nuevos 'guías intelectuales', que salen de su sueño sobresaltados por el empuje vertiginoso de miles de millones de desharrapados, asustados por la amenaza que proyecta sobre su digestión esta multitud acosada por el hambre, comienzan a remodelar sus discursos, y en una búsqueda ansiosa, exploran una vez más en nuestras zonas y emplazamientos las recetas-milagro de nuevas formas de desarrollo para nuestros países. Para convencerse basta con ver los innumerables actos y los coloquios y seminarios" (Discurso de T. Sankara ante la ONU, octubre de 1984)

Thomas Sankara quería una política africana, partiendo de las realidades africanas y con la vuelta hacia el desarrollo de una economía y una cultura africanas, con los medios y los objetivos que eran los suyos, una política completamente al servicio de los africanos. Sankara tenía un conocimiento absoluto de las vivencias de la gente, de sus problemas más elementales, e imaginaba soluciones realistas y concretas. Con pocos medios y mucha inteligencia obtuvo resultados prometedores y sobre todo, fomentó las iniciativas de jóvenes y mujeres para conseguir la independencia económica de éstos. Esos millones de iniciativas liberadoras que consiguen el único y auténtico desarrollo.

Hoy que nos siguen calentando los oídos con microproyectos, microcréditos que los tecnócratas organizan con condenscendencia desde sus despachos, se sigue ignorando el verdadero mecanismo del éxito, que reside en el espíritu de una política total, elaborada enteramente al servicio del pueblo. Thomas Sankara devolvió su sentido a la hermosa palabra que es "revolución". Sankara sabía que la sociedad africana aspiraba a cambios radicales que la sacarían de un sometimiento de siglos y quiso librarla del peso aplastante de ese sometimiento. Y porque el presidente estaba en el camino del éxito le asesinaron después de haberle atacado con las más vergonzosas campañas de difamación.

A la pobreza de los habitantes de Burkina Faso correspondía un Estado de una modestia ejemplar, sin exhibiciones fastuosas, pero un Estado orgulloso que no bromeaba con su dignidad y el respeto que le debía, el mismo que a los Estados más poderosos. Thomas Sankara representó magníficamente a su país en las tribunas de las organizaciones internacionales pronunciando discursos auténticos y no de conveniencia. Presentó la imagen de una África noble y segura de sí misma, imaginativa y original, en vez de una vulgar imitadora de otros, los nuevos ricos amantes de los lujos que han dado lugar a multitud de dirigentes indignos.

Podemos decir, por lo tanto y sin temor a equivocarnos, que al asesinar a Sankara se quiso asesinar a África, como se asesinó al África de Lumumba, que no pudo ser más que un breve destello, para permitir al África de Mobutu exhibir sus vicios durante décadas. Sankara encarnó la revolución africana que anunció Franz Fannon. Era consciente de la hostilidad que causaba su figura entre los partidarios del imperialismo. Quizá no era totalmente consciente de su excepcionalidad cuando decía que si le mataban otro Thomas Sankara, otro Patrice Lumumba u otro Kwame Nkrumah se alzaría para guiar a los africanos.

Siempre seguiremos esperando a otro Sankara, y mientras tanto, comprobamos que la mejor juventud africana se nutre con su ejemplo, reconoce la precisión de su discurso y sus actucaciones, y se inspira en su pensamiento. La existencia y la lucha de Thomas Sankara no fueron inútiles. La influencia que ejerce y seguirá ejerciendo sobre el destino de los africanos es incalculable. Pudieron asesinarlo vilmente, pero nadie puede conseguir que desaparezca su presencia con todo lo que conlleva de inteligencia y fuerza para todos sus seguidores. Sankara nos legó para siempre el ejemplo de su vida. Sigue aquí, y ante su presencia caen los impostores. A Thomas Sankara y a sus compañeros caídos, para que África viva, les ofrecemos nuestro reconocimiento y la seguridad de que siempre permanecerán vivos en nuestra memoria.
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