2 de enero de 2011

Partido Comunista Iraquí: más de 75 años de resistencia

Los primeros grupos marxistas de Irak surgen en Basora, a finales de los años veinte, entre los que se encontraban intelectuales y estudiantes universitarios, principalmente. En 1935, tras la unión de varios periódicos que difundían el ideal comunista en el Irak ocupado por los británicos, surge el primer Partido Comunista Iraquí, con Amin Flayyeh como primer secretario. Este primer PCI sería el resultado de la transformación de una organización llamada Jamiyyat Dudd Al-Istimar ("Asociación Contra el Imperialismo"), que luchaba por la independencia del país y la retirada de los colonos ingleses.

En octubre de 1936 tuvo lugar un golpe de Estado, y comenzaron las primeras medidas represivas contra los comunistas iraquíes. El nuevo presidente, Bkar Sidqi, desató una ola de detenciones contra los principales miembros del PCI en ciudades como Bagdad y Basora, donde se concentraban los principales núcleos de apoyo al Partido. Aunque Sidqi sería asesinado en 1937, gran parte de los cuadros del Partido habían sido ejecutados o muertos en la cárcel por las torturas a las que fueron sometidos, dejando un frágil PCI al mando del camarada Zaki Zkhairi, que logró la incorporación a las filas comunistas entre ciertos sectores independentistas del Ejército, principalmente entre los militares de menor graduación.

La Segunda Guerra Mundial supuso un serio dilema para los comunistas iraquíes, cuya delegación viajó a la URSS en busca de consejo. Ideológicamente, se alineaban, obviamente, con los soviéticos, pero tras el ataque del III Reich a tierras soviéticas, se vieron en una encrucijada moral y política. Finalmente, en 1942 declararon su apoyo a los Aliados, lo que en teoría los alineaba con la monarquía títere y los terratenientes británicos.

En 1941, Yusuf Salman Yusuf se convierte en secretario general del Partido, que hizo una labor excelente de reorganización tras la brutal ola represiva de 1936 y 1937. En julio de 1946, uno de los principales cuadros del Partido, el camarada Fahd, alias de Salman Yusuf, fue detenido y condenado a muerte, pero se le conmutaría la pena por la cadena perpetua, tras el I Congreso del Partido. Otro asunto polémico para los comunistas iraquíes fue el de la proclamación del Estado de Israel en 1948. Como árabes, la gran mayoría del pueblo iraquí era contraria a la presencia de un Estado hebreo en Palestina, y apoyaba la independencia de un estado árabe palestino. Pero el Partido, siguiendo los consejos de Moscú, reconoció a regañadientes al Estado de Israel.

La represión continuó, y a finales de los años 40 el principal núcleo de dirección del Partido se encontraba en las montañas del Kurdistán. Pero a pesar de la renovación que supuso la presencia comunista en tierras kurdas, se produjo un enorme descenso de la militancia, causada por las aliyás de militantes comunistas judíos hacia Israel. En 1953, el Partido Comunista Iraquí reconoce en su II Congreso el derecho a la autodeterminación e independencia del Kurdistán, hecho insólito en la época, así como la adopción de posturas panarabistas, con el socialista egipcio Gamal Abdel Nasser como fuente de inspiración. Ese mismo año, estallarían en Bagdad una serie de revueltas en protesta por la denigrante situación de los presos políticos, en su mayoría comunistas y republicanos. 

El presidente Abdul Karim Qassem, gobernante entre 1958 y 1963

En 1958, el general Abdul Karim Qassem da un golpe de Estado y pone fin a la monarquía, proclamando la República y el fin de los lazos con el Imperio Británico. Este hecho causó alegría entre el PCI, que apoyó a Qassem. Pero al año siguiente, el gran crecimiento de las filas comunistas incomodó al presidente Qassem, que decretó una serie de medidas menores contra los comunistas iraquíes. Este hecho desencadenó un nuevo debate interno en el Partido. Sectores cercanos a Salam Adil, el nuevo secretario general, sugirieron desencadenar una revolución para derrocar a Qassem, pero los sectores más ortodoxos del Partido se opusieron. 

En febrero de 1963 tuvo lugar un golpe de Estado por parte del Partido Árabe Socialista Baaz, un partido con presencia en Siria, Libia, Egipto e Irak, de inspiración panarabista e ideólogos de un nuevo "socialismo árabe" lejano al marxismo-leninismo. Este golpe desencadenó una ola de disturbios en las principales ciudades de Irak, entre partidarios de Qassem (entre los que se encontraban los comunistas) y los partidarios del nuevo gobierno baazista. Sofocados los disturbios, los baazistas desataron una nueva ola de represión contra los comunistas, llegando incluso a ejectuar al propio Salam Adil. A los pocos meses, el sangriento gobierno baazista fue derrocado.

En 1967, aproximadamente 15.000 personas engrosaban las filas del Partido Comunista Iraquí. Debido a la continuación de la represión, el dirigente del Partido Aziz al-Hajj decidió escindirse del PCI, creando el Partido Comunista Iraquí-Cuartel General (PCI-CG), que comenzaron una campaña de lucha armada de inspiración maoísta contra el gobierno.

Saddam Hussein, traidor y tirano de Irak entre 1979 y 2003

Al año siguiente, en 1968, los baazistas volverían al gobierno de Irak, ya desligados de la otra principal rama del Partido Baaz, en Siria. En 1973, el PCI participó en el llamado Pacto de Acción Nacional, en el que los baazistas solicitaron la participación de todos los partidos iraquíes. Pero la represión no cesó, y al año siguiente los principales miembros del Partido se vieron obligados a incrementar su seguridad. En 1979, tras la dimisión forzosa del presidente Ahmed Hassan al-Bakr, accede a la presidencia el infame Saddam Hussein. Saddam desencadenó una ola de represión contra los comunistas, que los condenaría a estar prácticamente desaparecidos y a hacer puntuales declaraciones, como la que se mostraba en contra del embargo de la ONU a Irak en 1991.

Camarada Hamid Majid Mousa

Tras la invasión norteamericana de 2003, también condenada por el PCI, el gobierno del Partido Baaz fue derrocado, siendo Saddam detenido en diciembre de ese mismo año. A partir de ese momento, el Partido Comunista Iraquí volvió a formar parte, legítimamente, de la vida política iraquí. Su actual secretario general es el camarada Hamid Majid Mousa, que ejerce como tal desde 1993.

Nacho F.

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