17 de junio de 2011

Una historia, un camino, un futuro...

Kimetz
14/6/2011
Euskal Herria

De una u otra manera, la visión marxista del conflicto vasco influyó y caló decisivamente en muchos luchadores que con su palabra y obra marcaron el devenir de esa historia. Una historia llena de triunfos, fracasos, aciertos y errores, por supuesto. Una historia en la que no siempre los comunistas hemos jugado un papel importante o simplemente una historia en la que muchas veces no hemos podido o sabido jugar. Una historia llena de contextos, de peros, de condiciones... pero nunca de excusas para dejar de seguir organizándonos y cuanto menos de seguir influyendo en esa historia, de manera eficaz, con nuestro ejemplo comunista.

Ayer, gudaris de la talla de Goiherri empezaron el camino. Aún siendo militante del PCE de entonces, tuvo claro el camino que debía recorrer este pueblo. Un camino hacia el socialismo que debía de ir de la mano de la liberación nacional. Un camino que supieron comprender y seguir aquellos jóvenes que constituyeron la V Asamblea de una organización armada nutrida de militantes ansiosos de libertad y justicia: ETA. Asamblea de la que surge José Miguel Bañaran Ordeñana "Argala". Ideólog y activista de orientación marxista-leninista, responsable entre otros de la ejecución del almirante Carrero Blanco y el análisis que dejaría plasmado para la posteridad en el manifiesto "Agiri" (documento en el que se analizaban las consecuencias de la caída del régimen franquista y los cambios que se avecinaban, y en el que estudiaba el desdoblamiento que abarcaría todos los frentes de lucha sobre un nuevo modelo organizativo, dejando para ETA el campo militar).

Un camino lleno de obstáculos y trampas en el que han caído muchos burkides. En el que unas veces desde la clandestinidad y otras desde la coyuntura aperturista de la transición, hemos sabido dirigir verdaderos frentes de masas que han puesto muchas veces en jaque, no solo a los dos estados opresores de este pueblo, sino a toda una burguesía nacionalista dispuesta a renunciar a su causa por una mínima cuota de poder.

Un camino en el que partidos revolucionarios como EHAS, ES, LAIA, etc. dieron sus pasos hacia lo que se llamaría el MLNV, y en el que HASI, de la mano de Santi Brouard, escribiría los mejores momentos de su historia.

Un camino que nos heredaron y un camino por el que después de la caída del Telón hemos deambulado muchas veces a ciegas, hasta perdernos en otros derroteros.

El camino marcado por Goiherri, Argala, Santi y muchos otros, hoy no está bajo nuestros pies... y eso se nota. Se nota y duele sobre todo, en la pérdida de conciencia de clase de la base de aquel frente de masas, del que una vez los comunistas fueron vanguardia. Se nota en el abandono de los análisis marxistas del que una vez la izquierda abertzale fuera ejemplo. Se nota en la población inmigrante (y no por culpa suya). Inmigrantes que un día dieron el paso de entregar su vida luchando hombro con hombro junto a la clase trabajadora autóctona por la más justa de las causas: el socialismo. Se nota en muchas cosas pero sobre todo se nota también en nosotros mismos, los comunistas.

HASI fue el último partido de clase dentro de la izquierda abertzale. La historia oficial habla de la autodisolución, pero es un secreto a voces y conocido por todo aquel que estuvo inmerso en la militancia de entonces, que no se trató más que del desenlace de la pugna por la vanguardia política del movimiento, dentro de la Koordinadora Abertzale Sozialista (KAS).

De juzgar si fue el camino correcto o no, no nos corresponde a nosotros. La historia, sin embargo, si lo ha hecho, y no cabe más que aportar muchos datos objetivos al respecto.

El dejar el liderazgo político en manos del que fuera a ser responsable del frente militar (según el "Agiria" de Argala) no trajo más que la desconexión y el desentendimiento con el pueblo, la trinchera social se fue abandonando gradualmente en pos de una política nacional cada vez más fuerte... y todo esto con unos comunistas integrados en las estructuras, dando lo mejor de nosotros, apoyando las movilizaciones populares, dando confianza a los pasos dados... pero nunca renunciando a nuestra condición de clase.

Y en esa dinámica, muchos mostramos dudas, protestamos o simplemente renunciamos y formamos colectivos que reivindicarán de nuevo el estudio, el debate y la formación marxista como método y vía para el entendimiento y superación del conflicto social y nacional. Otros prefirieron formar corrientes e influir en un frente de masas convertido en partido, convencidos de transformarlo y direccionarlo.

Tampoco es tarea nuestra juzgar los pasos de otros camaradas, pero sí lo es evidenciar la falta de contenido de clase en el último txosten de la izquierda abertzale, cuyo único referente de modelo social es el socialismo del siglo XXI. Un socialismo que no rompe con las clases sociales y propone la reconciliación con la burguesía.

Definitivamente, no estamos en el camino de Gohierri, no estamos en el camino de Argala y desgraciadamente no estamos en el camino que podía haber marcado HASI. Por eso, nosotros hoy y aquí tenemos un compromiso. Un compromiso como clase, un compromiso como pueblo y un compromiso como herederos de aquel modelo socialista y euskaldun, que aquellos querían construir. Hoy, nosotros tenemos la responsabilidad de coger aquel testigo para construir nuestro propio referente de clase, para construir...

Una historia, un camino, un futuro...

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