Capítulo II
¿Qué es un plan quinquenal?
Como su propio nombre indica es un plan con una duración de un lustro (cinco años). En términos generales podríamos hablar de una herramienta que utilizan múltiples organizaciones en los puntos más remotos del planeta y que parte del análisis de la situación actual y se marca unos objetivos a los que irán destinados los esfuerzos, alcanzando unas metas en ese periodo de tiempo.
Como todo plan, para poder ser útil debe contar con diversos elementos, el primero es un gran y profundo conocimiento de la realidad objetiva, el segundo es ser conocedor de cuales son las necesidades reales, y el tercero marcar unos objetivos que sean realistas.
Así, si un país con una economía derruida –pongamos el ejemplo de Eritrea- y sin capacidad industrial se marcara como objetivo de un plan el enviar a un compatriota a la luna, estaría cometiendo muy probablemente grandes errores en los tres elementos comentados anteriormente, en el primero por no haber valorado correctamente cuales son sus recursos y potencialidades, en el segundo porque el primer deseo de los ciudadanos no es muy probable que no sea ver la bandera de su país plantada ahí arriba, y en el tercero porque era un objetivo excesivamente ambicioso.
No estamos por tanto hablando de algo improvisado, sino de una complicada herramienta que precisa de numerosos indicadores (sociales, económicos…) y de un profundo estudio y trabajo para poder resultar de alguna utilidad.
Podremos observar si nos fijamos detenidamente que la totalidad de empresas grandes que suelen salir en los informativos o en la prensa salmón suelen hablar de sus "planes estratégicos", "planes de desarrollo" o sinónimos varios que no hacen sino evidenciar que en las más altas esferas saben que la mano invisible, con un guante resbala menos, de la misma manera que un buque precisa tener una ruta prefijada e información sobre los diversos factores que pueden influir positiva o negativamente (el viento, una tormenta, cruzarse con otro barco) las grandes empresas saben que o cuentan con un plan de ruta o se verán abocadas al fracaso.
Si bien el concepto de plan quinquenal puede parecer muy abierto, cuando se habla de economía está íntimamente ligado con la Unión Soviética, primer país que lo adoptó como herramienta para poder colocar la economía al servicio del desarrollo nacional y luchar de esa manera contra las crisis de superproducción, la inflación, el paro y la miseria de la población trabajadora más desfavorecida.
El primer plan quinquenal intersectorial de la historia entró en vigor en 1928, posteriormente, la mayor parte de los países socialistas (todos a excepción de Cuba) lo adoptaron como herramienta, siendo en algunos casos de 4, 6 o incluso 7 años pero con las mismas características. Es de destacar que incluso estados ideológicamente tan alejados de los posicionamientos socialistas optaran por esta vía para poder alcanzar sus objetivos, así, el III Reich alemán aprobó en otoño de 1936 un plan cuyo principal objetivo era tratar de lograr la autosuficiencia alemana de los sectores productivos y materias primas estratégicas para rearmar al ejercito y que pudiera estar preparado para las posteriores guerras.
Igualmente, ha habido otros planes en diversas partes del mundo, unos menos conocidos, como es el caso de Vietnam o Argentina, y otros muy estudiados en las escuelas como es el caso del Plan Marshall.
Por tanto, cuando se habla de un plan quinquenal, en términos generales se habla de una herramienta de intervención y planificación estatal que si bien está ligada inicialmente al modelo de desarrollo soviético no tiene por qué estarlo.
La planificación es una herramienta de la que se dota cualquier persona, organización o estado para alcanzar unos fines, el plan no es más que un mecanismo, que bien utilizado permite lograrlos. Al contrario de lo que plantean los liberales, la intervención del estado no es intrínsecamente mala -de hecho ellos hacen uso de la misma cuando ven las orejas al lobo- sino que son los fundamentos y objetivos políticos que hay detrás los que marcan su bondad o maldad.
Así, no puede compararse el intervencionismo económico practicado por soviéticos, nazis o norteamericanos porque partían de realidades y objetivos radicalmente opuestos, los primeros trataron en un primer momento de industrializar el país y mejorar el nivel de vida de gente, los segundos querían armarse para llevar la destrucción por toda Europa y los terceros desarrollar las economías occidentales a fin de frenar la influencia del socialismo.
Hay una cosa que es innegable, que en mayor o menor medida optaron por una vía determinada (el intervencionismo y no el libe mercado) y que obtuvieron resultados positivos.
La historia nos brinda ahora la oportunidad de juzgar lo que supuso cada uno de aquellos planes, en el caso soviético, un gran desarrollo industrial que mejoró la calidad de vida y poder adquisitivo de su población durante décadas, hasta que fue destruido desde dentro llevando a las diversas economías nacionales al caos y la destrucción propias de la ley de la selva llevada a la economía (liberalismo), en el caso nazi, a un proyecto criminal que causó millones de muertes y la destrucción de Alemania, y en el proyecto norteamericano, a un modelo de "Estado de Bienestar" en el que se palpa bastante malestar entre la población por la incapacidad de la economía (léase falta de voluntad de los propietarios del capital) para proporcionar un nivel de vida aceptable a la mayor parte de la población, afectada por hipotecas elevadas, tasas de inflación imposibles y una actualización irrisoria de unos salarios ya de por sí bajos.
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