3 de enero de 2010

2010

Comienza 2010, el que se plantea como el año más notable de la decadencia capitalista. Los economistas apuntan que éste será el año de las consecuencias sociales de la actual crisis del capitalismo. El año en el cual la crisis empezará a hacer mella, por si no lo había hecho ya, en las masas populares aragonesas e internacionales.
Nos plantamos en el 2010 con un 12% de paro en Aragón y casi un 18% en el conjunto estatal (1). El número de trabajadores afectados por EREs (2) a nivel estatal era de 462.590 desde enero hasta octubre del 2009, la mayoría de ellos (390.447) de carácter temporal. A los datos citados, faltan por añadir todos los trabajadores que han sido despedidos en el último trimestre del año pasado, que aumentaría más, si cabe, el nivel de parados a nivel nacional y a nivel estatal.
Desde el gobierno nacional y estatal capitalistas nos muestran noticias sobre el crecimiento de la economía y la salida de la recesión y la crisis. Pero, el nivel de parados sigue siendo el mismo: un 12% en Aragón y un 18% en el Estado Español, ¿qué consecuencias sociales produce ésto?
Teniendo en cuenta el elevado número de contratos temporales vigentes (4.046.000 trabajadores) y que esta cantidad era aún mayor antes (descendió un 18% en el tercer trimestre respecto al segundo), y considerando a su vez que la mayor parte de los contratos son de reducida duración, podemos pronosticar que las prestaciones por desempleo de todos aquellos parados que aún cobraban por su antiguo empleo van a menguar de manera progresiva, e incluso en muchos casos desaparecerán.
Esto ocurrirá porque la prestación que le corresponderá al trabajador por haber trabajado será bastante reducida ya que la duración de su contrato es bastante reducida. Que sea reducida se produce principalmente porque el carácter de un gran cantidad de contratos es temporal (precario).
Así podemos dar constancia de que el pronóstico no es descabellado ni mucho menos. Los trabajadores en paro dejarán de cobrar lo que cobran ahora por desempleo. Habrá muchos que ni siquiera recibirán la más mínima prestación por desempleo. Además, seguro que hay nuevos EREs y despidos. Ésto repercutirá directamente en la sociedad, en las relaciones sociales.
Las cosas pintan feas para los trabajadores. Si la crisis capitalista ya nos había afectado hasta la fecha presente, no nos queda en duda que nos seguirá afectando, incluso más ferozmente, durante este año 2010 que acaba de comenzar.
El sistema capitalista ha demostrado que está agotado. Los trabajadores no podemos exponernos a los continuos vaivenes de la economía de libre mercado. El sistema capitalista no defiende nuestros derechos y nos trata como simples herramientas y máquinas.
Nosotros somos los que ponemos el trabajo, somos los que trabajamos y producimos. Nosotros no somos en absoluto responsables de esta crisis, en cambio somos los únicos que la estamos pagando.
Cada vez que cierra una empresa, una fábrica, muchos de nosotros nos vamos a la calle. En cambio, ¿qué pasa con los empresarios? La empresa no cierra porque no sea productiva, ¡la empresa cierra porque no es competente en el mercado capitalista! ¿Y qué importa en ese mercado capitalista? La obtención de beneficios. Cuantos más beneficios, mucho mejor, ¿pero a quién le corresponden esos beneficios? Antes de la crisis, el incremento del salario de los trabajadores fue ínfimo mientras los capitalistas se forraban cada vez más.
Cuando se realiza un ERE, el movimiento que se produce no es la salida del empresario, que es quien tiene el poder económico, especula para obtener el máximo beneficio y es el responsable de los problemas de la empresa. Lo que se produce es un automático despido de los trabajadores. ¡Pero si los trabajadores no son en absoluto responsables de los problemas de la empresa! No es comprensible que cuando la empresa va bien todo el mérito sea del empresario y quien más beneficio obtenga del buen porvenir empresarial sea él, y que, en cambio, cuando la empresa va mal, los que paguemos las consecuencias seamos los trabajadores.
El empresario echa a los trabajadores para poder mantener su elevada posición económica porque, basándose en la fórmula de la eficiencia (productividad/costes), puede seguir manteniendo el mismo margen de beneficios que anteriormente, incluso puede que los incremente. Es evidente, si los costes disminuyen, aunque la productividad se reduzca un poco, la eficiencia se mantiene estable o incrementa. El ejemplo es claro: 4/2 = 2 < 3/1 = 3. En el segundo caso la eficiencia aumenta, a pesar de tener una menor productividad, puesto que los costes se han reducido.
El empresario no pierde su empleo, ni siquiera se empobrece. El empresario sigue manteniendo su posición dominante y lleva a cabo todas las medidas que le sean necesarias para ésto siga así. En cambio, los trabajadores nos vamos a la calle temporal o indefinidamente, sufrimos reducciones salariales, continuas presiones por parte de la empresa... y necesitamos el trabajo para sobrevivir en este sistema capitalista. Porque si no, ¿cómo alimentamos a nuestras familias?¿cómo pagamos las hipotecas y préstamos bancarios?¿cómo mantenemos nuestra vida?

¿No existe una notable desigualdad social entre el empresario y los trabajadores? Lo hemos podido observar con ejemplos. Por mucho que nos engañen, empresarios y trabajadores no pertenecemos al mismo orden social, no pertenecemos a la misma clase. Ellos poseen y controlan los medios de producción, nosotros debemos vender nuestro trabajo para conseguir un salario.
Al trabajador, si le falla el salario, en este caso a causa de la crisis, está perdido. En cambio el empresario burgués, por mucho que le azote la crisis, no pierde ninguna de sus abundantes ganancias, por el contrario, la crisis le favorece para aumentar beneficios mediante reducción de costes (por ejemplo, despidiendo trabajadores). Así es el caso de que muchas empresas han llevado a cabo EREs no para sobrevivir, sino ganar más, camuflándolo en la excusa de la crisis.
Los precios también han descendido, ¿quién son los que mantienen sus anteriores ganancias? Pues esos mismos ahora pueden permitirse más ya que si mantienen sus beneficios y los precios de consumo son más bajos, ¡pueden comprar más! La crisis no perjudica a los empresarios, al contrario, les beneficia.
No existe la igualdad social porque trabajadores y burgueses no compartimos la misma posición social. Ésto es así porque el sistema capitalista es el sistema de los empresarios, de la burguesía. Si ellos construyeron y dominan el sistema, estemos seguros de que ellos no sufrirán nunca los problemas surgidos de su propio sistema, los que los sufrimos y sufriremos seremos nosotros.
¿Y cómo solucionamos la crisis actual? La solución está entre los propios trabajadores. Los trabajadores debemos ser los que consigamos hacer salir a la sociedad de esta crisis. El sistema capitalista arremete contra nosotros, nos ataca, ¡no podemos permitirlo!
Los sindicatos mayoritarios no son más que empresas de servicios administradas con dinero público por el gobierno. Si el gobierno es capitalista, ¿cómo podemos confiar en esos sindicatos? Su capacidad de reacción ante los ataques capitalistas es mínima. Su misión no es conseguir las condiciones que se merecen los trabajadores, se dedican negociar y recortar los intereses de la clase Trabajadora, ¿negociar con quién?¿con los empresarios, culpables de nuestra desdicha? Repito: nosotros ponemos el trabajo, nosotros ponemos las condiciones. Sin nuestro trabajo, ellos no obtendrián ningún beneficio. Los burgueses nos necesitan, ¿nosotros los necesitamos a ellos?
Debemos organizarnos. Debemos unir nuestros intereses, los intereses de la clase Trabajadora, porque sino nadie nos va a luchar por nosotros. Importamos al empresario lo mismo (o menos, incluso) que una máquina, ¡pero nosotros no somos máquinas, somos personas! y como personas nos merecemos una vida digna.
Debemos articular un movimiento popular que plante cara a la clase burguesa. Debemos reivindicar nuestras exigencias, debemos tomar medidas contra la represión de clase. Los objetivos de nosotros, los trabajadores, y de ellos, los burgueses, no son los mismos: ¡es la lucha de clases! Negociando con los empresarios no hemos llegado a nada positivo en todos estos años, el reformismo está agotado. Sus siervos PSOE e IU han cedido al chantaje capitalista. Por el contrario, las diferencias de clase se han incrementado considerablemente, la riqueza de unos pocos ha llegado a niveles insospechados incluso por el propio capitalismo.
El capitalismo es un sistema anárquico, es un sistema sin doctrinas: sólo avanza con objeto de aumentar más y más los beneficios de la burguesía.
La burguesía utiliza las teorías económicas que más le interesan en momentos sociohistóricos determinados. Así es, por ejemplo, que en momentos de crisis suele utilizar teorías keynesianistas, en cambio, en tiempos de benevolencia económica opta por el libre mercado neoliberal.

El capitalismo es el sistema de la burguesía porque es el que más beneficios le reporta. Las diversas formas de capitalismo no son más que teorizaciones históricas de egoísmo humano.
¡No podemos someternos a los intereses capitalistas!¡nunca nos van a traer nada bueno!¡sus intereses son antagónicos a los nuestros!
Los trabajadores somos la inmensa mayoría, somos los que ponemos el trabajo, los que realizamos la producción, ¡nosotros debemos decidir sobre el porvenir de la sociedad!
Los actuales políticos están interesados únicamente en sí mismos, ¡no luchan por nosotros! Y al sistema le interesa que ésto sea así, la tarea social de la clase política se reduce a obedecer todo cuanto los empresarios, la burguesía diga, ¡pero porque son partidos del sistema! Existen otros partidos políticos, partidos donde militan personas, trabajadores, que luchan por el porvenir de la propia clase Trabajadora.
Agrupémonos en todos los países del mundo, agrupémonos a nivel internacional, en torno al Partido Comunista.

¡No a la crisis capitalista!¡no al capitalismo! Socialismo o barbarie.

Jota. Camarada redactor del blog hermano Pueblo Aragonés.

(1) La cifras están extraídas del INE y del Ministerio de Trabajo e Inmigración Estatal. Estadísticas completas aquí.
(2) ERE: Expediente de Regulación de Empleo.

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