Presidentes de distintos países han asistido este sábado en Kuwait a la conmemoración del 50º aniversario de la independencia del país, invitados por el jeque Sabah Al-Ahmed Al-Jaber Al-Sabah.
Este acto se realiza en un tenso momento para el mundo árabe, marcado por las revueltas populares en Túnez, Egipto, Argelia, Yemen, Jordania y Bahréin, que demandan reformas democráticas a los gobiernos de turno de los respectivos países.
En este sentido, Kuwait no escapa a esta ola de protestas que sacude la región. Hace una semana, la Policía reprimió una manifestación que tuvo lugar en la ciudad de Jahra y que terminó con la detención de decenas de personas que reclamaban derechos de ciudadanía y mayor democracia en el país.
Organizaciones pro-derechos humanos han denunciado reiteradamente detenciones arbitrarias, torturas y homicidios extra-judiciales por parte de las fuerzas gubernamentales de Kuwait y civiles armados que actuaban frecuentemente con el conocimiento de las autoridades.
Pese a esta realidad, representantes occidentales como el primer ministro británico David Cameron, el presidente alemán Christian Wulff o el monarca español, Juan Carlos de Borbón, decidieron viajar al emirato árabe para apoyar a la monarquía kuwaití.
Al acto, también acudieron los presidentes de Turquía, Abdullah Gül, el de Pakistán, Asif Ali Zardari y el de Irak, Yalal Talabani.
Tropas norteamericanas con base militar permanente en la pequeña monarquía de Bahréin viajaron hasta el país para participar en el desfile militar conmemorativo.
La base de Bahréin cuenta con la presencia de 4.200 militares estadounidenses y el país es crucial para la estrategia de Washington en la región: supervisar las rutas de suministro petrolífero.
El máximo responsable del Ejército de los EEUU, el almirante Mike Mullen, también se encontraba presente en el acto.
Mullen está de gira en el Golfo Pérsico, en un intento de tranquilizar a sus países aliados, inquietos por la ola de revueltas que sacuden la región.
Movimientos por la democracia y en favor de los derechos humanos lamentan el doble discurso de Occidente, que por un lado exige aperturas democráticas y se posiciona favorable a las revueltas, pero por otro no retira su respaldo a gobiernos dictatoriales aliados.
FUENTE: KaosEnLaRed.net y LibreRed.net
El rey de España, Juan Carlos I, junto al emir de Kuwait y varios líderes militares kuwaitíes. |
Este acto se realiza en un tenso momento para el mundo árabe, marcado por las revueltas populares en Túnez, Egipto, Argelia, Yemen, Jordania y Bahréin, que demandan reformas democráticas a los gobiernos de turno de los respectivos países.
En este sentido, Kuwait no escapa a esta ola de protestas que sacude la región. Hace una semana, la Policía reprimió una manifestación que tuvo lugar en la ciudad de Jahra y que terminó con la detención de decenas de personas que reclamaban derechos de ciudadanía y mayor democracia en el país.
Organizaciones pro-derechos humanos han denunciado reiteradamente detenciones arbitrarias, torturas y homicidios extra-judiciales por parte de las fuerzas gubernamentales de Kuwait y civiles armados que actuaban frecuentemente con el conocimiento de las autoridades.
Pese a esta realidad, representantes occidentales como el primer ministro británico David Cameron, el presidente alemán Christian Wulff o el monarca español, Juan Carlos de Borbón, decidieron viajar al emirato árabe para apoyar a la monarquía kuwaití.
Al acto, también acudieron los presidentes de Turquía, Abdullah Gül, el de Pakistán, Asif Ali Zardari y el de Irak, Yalal Talabani.
Tropas norteamericanas con base militar permanente en la pequeña monarquía de Bahréin viajaron hasta el país para participar en el desfile militar conmemorativo.
La base de Bahréin cuenta con la presencia de 4.200 militares estadounidenses y el país es crucial para la estrategia de Washington en la región: supervisar las rutas de suministro petrolífero.
El máximo responsable del Ejército de los EEUU, el almirante Mike Mullen, también se encontraba presente en el acto.
Mullen está de gira en el Golfo Pérsico, en un intento de tranquilizar a sus países aliados, inquietos por la ola de revueltas que sacuden la región.
Movimientos por la democracia y en favor de los derechos humanos lamentan el doble discurso de Occidente, que por un lado exige aperturas democráticas y se posiciona favorable a las revueltas, pero por otro no retira su respaldo a gobiernos dictatoriales aliados.
FUENTE: KaosEnLaRed.net y LibreRed.net
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