Tenía que llegar y llegó. Era un problema de coherencia.
Lo verdaderamente extraño era la etapa que se estaba viviendo. Un partido con pretensiones y corte eurocomunista hipotecado o hipotecando un brazo armado. Las armas han callado. Llegó la liquidación.
Hace sólo un año, unos meses, unas semanas... una parte importante de las bases de ese partido hubieran rechazado como un insulto la pretendida liquidación de la rama armada. Hoy, lo aceptan con la naturalidad de lo que, en definitiva, es la culminación lógica de una trayectoria cuidadosa y minuciosamente llevada.
Una de dos: o Euskadiko Ezkerra (EIA) renunciaba al eurocomunismo o de otra forma tenía que liquidar a ETA político-militar. EIA se ha alineado definitivamente en el tren de Marchais, Berlinguer, Carrillo... y los fuegos artificiales de los poli-milis se han liquidado con la traca final de los cónsules.
Desde aquí simplemente constatamos el hecho: un hecho "cantado" e inevitable. Algo que se podía preveer hace ya mucho tiempo.
Y es que EIA constituía un caso aparte y único en el panorama europeo. Un partido comunista nacional, nacido de la lucha armada, y que seguía manteniendo su brazo militar.
El eurocomunismo de EIA no había vivido los "pactos por la libertad" del PCE, o el "compromiso histórico" del PCI, o el "programa común de la izquierda" del PCF. Había nacido extrañamente dentro de la lucha armada, en la escisión de los poli-milis y en el desdoblamiento político. Era un fenómeno aislado. Hoy todo ha quedado homologado. ¡Que no tiemblen los eurocomunismos!
Ahí están. ETA político-militar ha anunciado por fin la tregua indefinida. ¡Albricias! La democracia está de enhorabuena.
A la hora de situar el hecho quedan, sin embargo, muchos interrogantes en el camino. ¿En qué condiciones se ha tomado esta decisión? Porque nadie quiere creerse que hayan sido dejados en la estacada las decenas de prisioneros que, por defender el Estatuto con las armas, hoy purgan largas condenas en Soria, Carabanchel o Herrera de la Mancha...
Confiemos en que al menos este paso traiga la libertad a algunos. Confiemos... y esperemos que Euskadiko Ezkerra, por fin libre de su molesto hijo (¿o padre?), pueda por fin mostrarse sin tapujos como lo que es: un partido "de orden", de la izquierda "civilizada", el PSUC de Euskadi. Mientras tanto, ETA (m), a la que habrá que volver a llamar simplemente ETA, sigue la lucha.
FUENTE: Euskal Herria Sozialista
Lo verdaderamente extraño era la etapa que se estaba viviendo. Un partido con pretensiones y corte eurocomunista hipotecado o hipotecando un brazo armado. Las armas han callado. Llegó la liquidación.
Antiguo logo de Euskadiko Ezkerra (EE) |
Hace sólo un año, unos meses, unas semanas... una parte importante de las bases de ese partido hubieran rechazado como un insulto la pretendida liquidación de la rama armada. Hoy, lo aceptan con la naturalidad de lo que, en definitiva, es la culminación lógica de una trayectoria cuidadosa y minuciosamente llevada.
Una de dos: o Euskadiko Ezkerra (EIA) renunciaba al eurocomunismo o de otra forma tenía que liquidar a ETA político-militar. EIA se ha alineado definitivamente en el tren de Marchais, Berlinguer, Carrillo... y los fuegos artificiales de los poli-milis se han liquidado con la traca final de los cónsules.
Desde aquí simplemente constatamos el hecho: un hecho "cantado" e inevitable. Algo que se podía preveer hace ya mucho tiempo.
Y es que EIA constituía un caso aparte y único en el panorama europeo. Un partido comunista nacional, nacido de la lucha armada, y que seguía manteniendo su brazo militar.
El eurocomunismo de EIA no había vivido los "pactos por la libertad" del PCE, o el "compromiso histórico" del PCI, o el "programa común de la izquierda" del PCF. Había nacido extrañamente dentro de la lucha armada, en la escisión de los poli-milis y en el desdoblamiento político. Era un fenómeno aislado. Hoy todo ha quedado homologado. ¡Que no tiemblen los eurocomunismos!
Ahí están. ETA político-militar ha anunciado por fin la tregua indefinida. ¡Albricias! La democracia está de enhorabuena.
A la hora de situar el hecho quedan, sin embargo, muchos interrogantes en el camino. ¿En qué condiciones se ha tomado esta decisión? Porque nadie quiere creerse que hayan sido dejados en la estacada las decenas de prisioneros que, por defender el Estatuto con las armas, hoy purgan largas condenas en Soria, Carabanchel o Herrera de la Mancha...
Confiemos en que al menos este paso traiga la libertad a algunos. Confiemos... y esperemos que Euskadiko Ezkerra, por fin libre de su molesto hijo (¿o padre?), pueda por fin mostrarse sin tapujos como lo que es: un partido "de orden", de la izquierda "civilizada", el PSUC de Euskadi. Mientras tanto, ETA (m), a la que habrá que volver a llamar simplemente ETA, sigue la lucha.
FUENTE: Euskal Herria Sozialista
No hay comentarios:
Publicar un comentario