La crisis del modo de producción capitalista sigue su curso, despojando a la clase obrera y sectores populares de derechos y recursos, que son transferidos a las grandes oligarquías imperialistas para que éstas puedan continuar con su proceso de acumulación con toda normalidad. Descaradamente, ha quedado demostrado aquí y allá cómo el dinero destinado a salvar a las instituciones financieras está sirviendo para que sus gestores, esos que han dilapidado fantásticas fortunas en los mercados financieros, aumenten sus beneficios de forma escandalosa, a costa del sufrimiento de la clase obrera, de los sectores populares y prácticamente de pueblos enteros condenados a la miseria.
La crisis del capitalismo da alas a los sectores más militaristas, a esos que quieren recurrir sistemáticamente a la guerra. La actual agresión imperialista a Libia es un buen ejemplo de ello, con la excusa de defender los "derechos humanos" y la "democracia", las grandes oligarquías imperialistas occidentales pretenden acceder a importantes "recursos energéticos" y financieros con los que seguir acumulando.
La clase obrera y los pueblos oprimidos están reaccionando de forma desigual a estos ataques, dependiendo de diferentes factores que van desde los socioeconómicos y políticos a los culturales e históricos. De forma desigual, la clase obrera y los pueblos van comprendiendo que la riqueza y el derroche de las grandes oligarquías suponen su miseria y su riqueza. El capitalismo, hoy más claramente que nunca, demuestra que es un sistema caduco incapaz de proporcionar el bienestar y la prosperidad al conjunto de la Humanidad.
El gobierno del PSOE en el Estado Español se ha limitado a proponer políticamente a la clase obrera y los sectores populares los deseos de la gran oligarquía imperialista. El ataque al empleo público, la reforma laboral, las privatizaciones o la reforma de las pensiones han supuesto un fabuloso ingreso a las arcas de la gran oligarquía española, y todo ello, con la complicidad de los grandes sindicatos oficiales: CCOO y UGT. Mientras, la miseria y la pobreza crecen de forma alarmante, afectando dentro de la clase obrera especialmente a jóvenes, mujeres e inmigrantes.
En nuestro país, Andalucía, la situación es ya dramática. El paro, lejos de ser exclusivamente fruto de una mala situación económica, es producto de unas estructuras económicas débiles, atrasadas y subordinadas, propias de una nación históricamente desarrollada en la opresión y la dependencia. El alto paro juvenil, las tasas y marginación de pobreza, la falta de perspectivas y el monocultivo económico lastran a la clase obrera andaluza y sus sectores populares.
Desde Andalucía Comunista consideramos que de esta situación se puede salir si luchamos por una Andalucía libre con unas instituciones verdaderamente soberanas, puestas al único servicio de la clase obrera y los sectores populares. En la lucha por esos objetivos, consideramos imprescindible fortalecer al Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT), haciendo que sea el referente del conjunto de la clase obrera andaluza, frente a la traición y el entreguismo antiobrero de CCOO y UGT. Pero también consideramos fundamental la unidad política de la izquierda que lucha consecuentemente por la soberanía nacional andaluza, porque la clase obrera y el conjunto del pueblo trabajador andaluz necesitan de un instrumento político que conduzca esa Andalucía de hombres y mujeres verdaderamente libres de toda opresión.
La crisis del capitalismo da alas a los sectores más militaristas, a esos que quieren recurrir sistemáticamente a la guerra. La actual agresión imperialista a Libia es un buen ejemplo de ello, con la excusa de defender los "derechos humanos" y la "democracia", las grandes oligarquías imperialistas occidentales pretenden acceder a importantes "recursos energéticos" y financieros con los que seguir acumulando.
La clase obrera y los pueblos oprimidos están reaccionando de forma desigual a estos ataques, dependiendo de diferentes factores que van desde los socioeconómicos y políticos a los culturales e históricos. De forma desigual, la clase obrera y los pueblos van comprendiendo que la riqueza y el derroche de las grandes oligarquías suponen su miseria y su riqueza. El capitalismo, hoy más claramente que nunca, demuestra que es un sistema caduco incapaz de proporcionar el bienestar y la prosperidad al conjunto de la Humanidad.
El gobierno del PSOE en el Estado Español se ha limitado a proponer políticamente a la clase obrera y los sectores populares los deseos de la gran oligarquía imperialista. El ataque al empleo público, la reforma laboral, las privatizaciones o la reforma de las pensiones han supuesto un fabuloso ingreso a las arcas de la gran oligarquía española, y todo ello, con la complicidad de los grandes sindicatos oficiales: CCOO y UGT. Mientras, la miseria y la pobreza crecen de forma alarmante, afectando dentro de la clase obrera especialmente a jóvenes, mujeres e inmigrantes.
En nuestro país, Andalucía, la situación es ya dramática. El paro, lejos de ser exclusivamente fruto de una mala situación económica, es producto de unas estructuras económicas débiles, atrasadas y subordinadas, propias de una nación históricamente desarrollada en la opresión y la dependencia. El alto paro juvenil, las tasas y marginación de pobreza, la falta de perspectivas y el monocultivo económico lastran a la clase obrera andaluza y sus sectores populares.
Desde Andalucía Comunista consideramos que de esta situación se puede salir si luchamos por una Andalucía libre con unas instituciones verdaderamente soberanas, puestas al único servicio de la clase obrera y los sectores populares. En la lucha por esos objetivos, consideramos imprescindible fortalecer al Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT), haciendo que sea el referente del conjunto de la clase obrera andaluza, frente a la traición y el entreguismo antiobrero de CCOO y UGT. Pero también consideramos fundamental la unidad política de la izquierda que lucha consecuentemente por la soberanía nacional andaluza, porque la clase obrera y el conjunto del pueblo trabajador andaluz necesitan de un instrumento político que conduzca esa Andalucía de hombres y mujeres verdaderamente libres de toda opresión.
¡Viva el 1º de Mayo!
¡Viva la lucha de la clase obrera!
¡Viva Andalucía libre y socialista!
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