2 de marzo de 2011

El flamenco somos los andaluces

Aunque después del fantástico libro "La identidad andaluza en el flamenco" poco se puede añadir más, el flamenco es un asunto demasiado importante y nunca será demasiado el que los andaluces lo reivindiquemos como lo que es: Andalucía.

Porque el flamenco no es ni música, ni un mal recuerdo de humillación, obligada, a la andaluza. Que a los casposos españolistas les interese que así sea es normal. Cuando el flamenco era algo típico de lo más bajo de la sociedad, ningún español se hubiese atrevido a decir que era una manifestación cultural española. No, por aquel entonces al flamenco se le llamaba por su nombre: cante andaluz; dado que era lo más bajo de la sociedad. Eso de universal, algo impensable.

Pero entonces los europeos se fijaron en nosotros. Penoso momento. Y lo andaluz empezó a cobrar un prestigio inimaginable, y los españoles no perdieron la oportunidad de apuntarse el mérito. Es ahí cuando se comienza a reinventar la realidad que acabará con una Andalucía totalmente expoliada, hasta en su llanto.

Y digo que el flamenco no es cante, baile y toque. Porque el flamenco es el pueblo de Andalucía. Es nuestra música, nuestra cultura y nuestra identidad. Y por eso el andalucismo está obligado a reivindicarlo hasta la saciedad. No hay nada más que hablar, que opinar o que comentar: el flamenco es Andalucía.

El flamenco no es de, sino que es Andalucía. Ni lo trajeron los gitanos de Pakistán, ni es una mezcla absurda de pueblos que jamás se encontraron. Porque dicen algunos ignorantes profundos, que no soportan que un pueblo como el andaluz posea algo de tanto valor a ojos extranjeros, que el flamenco es un invento de diferentes pueblos que influenciaron al andaluz, y es ahí donde mezclan religiones con etnias, razas y naciones hasta llegar a un absurdo... que cala perfectamente entre quienes quieren ver el flamenco una de las señas de identidad de un inexistente pueblo, ficticio más bien, equivalente al de Mordor del gran libro de J. R. R. Tolkien, al que llaman pueblo español.

Como ya he dicho, el flamenco ha cobrado mucho prestigio. Genera interés en todo el mundo. Y el interés es negocio. De ahí que la mayoría de páginas web que venden productos, expoliados al pueblo andaluz, relacionados con el flamenco, residan en el Estado Español, pero fuera de Andalucía. Y para ello han desarrollado un marketing viral de lo más eficaz, al que han llamado lo universal. "No es andaluz, es del que lo sienta, es... universal." Al más puro estilo de un anuncio de compresas: ¿a qué huelen las nubes?

Eso se llama expolio. Pero para no decir que es expolio se le llama con otro nombre más metafísico... Y así es como el flamenco, la voz de un pueblo, el andaluz, oprimido, explotado y humillado, conquistado mucho antes de que los españoles llenaran sus arcas con el oro americano, ha seguido el camino de lo zen... Son los trucos publicitarios del capitalismo para que sociedades consumistas, llenas de individuos sin identidad, puedan ser, mejor dicho aparentar, lo que no son ni podrán ser nunca. Eso es España.

Por lo tanto, vuelvo a recalcar la importancia que tiene el flamenco para el movimiento de liberación andaluz. Porque flamenco no es el que compra un CD, sino el que nace en la Andalucía del llanto.

Andaluces, recuperemos lo nuestro y podremos recuperar nuestra soberanía.

¡VIVA ANDALUCÍA LIBRE!
¡SI ERES ANDALUZ, TÚ ERES FLAMENCO!

FUENTE: Kaos en la Red - Andalucía

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